El béisbol lleva inmerso una constante toma de decisiones. Involucras a la consciencia, tu experiencia y el instinto, que te dictan si debes tomar los riesgos con la debida prudencia o, por lo contrario, afrontarlos con poca cautela. Cada situación que se presenta en el juego es un momento, la clave de esto es poderlos transformar en momentums, esos instantes en las que tus acciones mantienen un ímpetu y una inercia en los que todo lo que haces te resulta para bien. Dicho lo anterior, si, el béisbol si se parece a la vida. En ocasiones, esos instantes pueden estar actuando a tu favor; otras veces, podría estar sucediendo a favor de tu adversario. Si eres capaz de adaptarte a estos últimos, si sabes reconocerlos y manejarlos, podremos decir que actúas bien bajo presión. Eso no te garantiza el éxito, pero te acerca a él. Eso es el béisbol, eso es la vida. Esos instantes se los fabrica uno mismo en cada acción realizada, salir airoso la mayoría de las veces no es cuestión de suerte o del azar. Para justificar el espacio que ocupa toda la verborrea previa, diré que los Cardinals tuvieron esos momentums a los que hago mención y el equipo de los Padres se adaptaron bien a ellos, los identificaron, no perdieron la calma, los superaron y esperaron a tener los propios. Ahora celebran el triunfo en una serie muy aguerrida.
Nada se les puede recriminar a St. Louis Cardinals, nada. Le hicieron frente a un gran equipo y de buena manera, poniéndoles en serios aprietos y haciéndolos disputar un doble juego de eliminación, con toda la liberación de adrenalina que eso conlleva. Los de St. Louis vendieron caras sus derrotas, los de la bahía californiana tuvieron que batallar cada entrada de las contiendas para poderlos doblegar.
Me quedó a manera de resumen con esos instantes que marcaron el rumbo de la serie y con el lado humano del beisbol. Qué mejor que el propio sentir de los que hacen esto posible, los actores intelectuales de esas emociones, que nos hacen que tú y yo estemos al pendiente del desenlace en cada juego, con sus dosis respectivas de intriga y suspenso.
Juego 1, victoria de Cardinals 7 a 4 ante Padres.
“Enviamos un mensaje, estamos listos para jugar” Paul de Jong de los Cards, declaró posterior al juego. Los de Missouri no se quedaron de brazos cruzados y tomaron la iniciativa a manera de vendaval. Su estrategia, atacar el primer lanzamiento de Chris Paddack, le hicieron daño desde temprano. Cuatro carreras le anotaron en el primer inning, seis en total al novel lanzador de los carmelitas en solo 3 innings en el montículo. Paul Goldchsmith abrió el marcador con homerun que venció a un Tommy Pham ansioso de que la pelota se quedara en el terreno.
Gran desempeño del bullpen. Tras la salida del coreano Kwang-Hyum Kim, hubo un empleo de lanzadores cuidadosamente seleccionados. Nos quedamos con el momento en el que Mike Shildt hizo enfrentar a Giovanni Gallegos ante Fernando Tatis, jr. El mexicano fue el vencedor en este matchup. El grupo de relevistas cumplió con 5.1 EL, toleró 3 hits, 1 carrera limpia, regaló 2 BB y se anotó 3 ponches. Alex Reyes que se afianzó el rescate con labor de 4 outs, confirmando su gran año.
Jóvenes y veteranos colaboraron. Dylan Carlson, con apenas 38 juegos en la MLB, incluyendo Postemporada, fue capaz de contribuir de la misma manera que Yadier Molina, un veterano que sumó 101 partidos y 101 hits en su carrera, tan solo en la época de Playoffs. Ambos brillaron de manera magistral a la ofensiva y a la defensiva, a Carlson se le dio la oportunidad ocupar el puesto de remolcador en el lineup y no desilusionó a nadie. En la defensa aportó un espectacular lance en el outfield a un batazo de Manny Machado que bien pudo haber sido un extrabase.
Juego 2. Los Padres evitan la eliminación, 11 a 9 el score.
Los Cardinals mantuvieron su ímpetu muy alto. Continuaron con la inercia ejercida en el 1er. Partido y Los Padres lucían sorprendidos. Tanto así, que tuvieron que pasar 15 innings jugados para que los Frailes tomaran la primera ventaja en la serie.
Echan temprano a Zach Davies. Sendos batazos de Molina, Matt Carpenter y Harrison Bader burlaron los switch defensivos de los californianos. Davies, abridor de San Diego, vio llegar una lluvia de hits en su contra. Kolten Wong redondeo un ataque que lucía imparable con un cuadrangular en la segunda entrada. St. Louis llevaba ventaja de 4 a 0.
Yadier Molina nos demuestra su calidad con el guante. El Yadi nos regaló una típica jugada de un ganador de 9 Guantes de Oro como receptor. Dejando ver sus habilidades, capturó un foul-tip de Fernando Tatis, jr. en la 3ª entrada que no fue un simple rozón del bat, fue un contacto que desvió en su totalidad la trayectoria original que dibujaba la pelota. Mostró que sus grandes reflejos están preservados.
El momentum de Cards fue superado, Los Padres se apoderaron del suyo. Algo hizo click en Los Padres, PARA MÍ el momento que cambió el rumbo fue del 6o al 8o inning del segundo juego, con Slam Diego en su máxima expresión. Con Tatis bateando dos para la calle, con Myers haciendo lo mismo, con Manny Machado respaldando a Tatis, conectando un jonron espalda-con-espalda, con unos Cardinals que no cedieron terreno. Tras una desventaja de 2 a 6, los de California le dieron la vuelta a base de batazos de 4 esquinas, 11 a 8 concluyó el parcial hasta ese momento.
“Desde que yo era niño, así es la forma como jugamos”, fue lo que dijo Tatis, tras su imagen circulando en los medios regocijándose después de conectar de su segundo homerun del juego, esa ilustración se recordará por muchos años, un bat flip épico. Sin saberlo en ese momento, se transformó en el 3er pelotero más joven de la historia en batear 2 cuadrangulares.
Otro hecho histórico, fue que, con el par de homeruns de Myers, él y Tatis se vuelven el 2º dúo en la historia en batear 2 cuadrangulares en el mismo juego de Postemporada. La otra dupla lo realizó hace 88 años y se hacían llamar Babe Ruth y Lou Gehrig.
Juego 3. Desfile de lanzadores, Padres triunfa 4 a 0
Y ¿quién lanzará el tercer juego? Ni yo lo sé, respondió Jayce Tiegler. Un día antes había utilizado a su probable abridor para el juego definitivo. Sin Dinelson Lamet, ni Mike Clevinger, sus dos estrellas del pitcheo fuera por lesión, el mánager uso 26 lanzadores para cubrir las 27 entradas de la serie.
“Meditamos (Tiegler y sus coaches de pitcheo) profundamente esta decisión la noche previa y esta mañana. Nos decantamos por traer temprano a Craig Stammen” Comentó el mánager en una entrevista breve durante el juego. La estrategia les funcionó, un relevista inició el juego y le siguieron otros 8. En total 9 lanzadores para un juego de 9 entradas, un récord en Postemporada.
Jake Flaherty vivió una gran noche al salir inspirado. Muy analítico entre sus lanzamientos, completó 6 innings, permitió 1 carrera y eliminó por la vía del strikeout a 8 carmelitas. Los dos bandos se llevaron los ceros en la pizarra hasta la quinta entrada, Fernando Tatis emergió como el bateador que levantó la mano para sacar de ritmo al pitcher de St. Louis. “El niño” conectó un doblete que dibujó la línea de la 3ª Base y fue a parar al jardín izquierdo, le siguió Eric Hosmer con un tubey para abrir el score.
La gran defensiva de St. Louis tuvo 2 descuidos que les cobraron factura en la 7ª. Entrada. Kolten Wong y Tommy Edman erraron sus disparos tras hacer grandes fildeos. Wong intentó una doble matanza y lanzó desviado a la segunda colchoneta. Unos bateadores después, Edman en la antesala lanzó picado a su receptor en un intento por evitar que anotara Jake Cronenworth. Eso abrió la puerta para que se ampliara el marcador, el mismo Cronenworth sentenció con batazo que clareó al jardinero central para el 4 a 0 final.
Conclusiones y lecciones aprendidas de esta serie.
A San Diego no basta con tenerlos en la lona, debes de asegurarte que ya no se levanten de ella. De no ser así, buscarán hasta su último aliento para continuar peleando y eso puede ser suficiente para derribar al adversario y vencerlo.
#LaEraTatis en la MLB está presente. Ese chico tiene el potencial de armar una revolución y ser la imagen de la liga por la siguiente década. Es la bujía deportiva y del estado de ánimo en el clubhouse.
El deporte es un negocio, pero lo más importante es la materia prima, en este caso el pelotero. Aunque la búsqueda del traspaso a Wil Myers en la offseason fue insistente y al final no fue posible, pelotero y directiva quedaron en buenos términos. Myers no defraudó a nadie, sobre todo, no se defraudó a él mismo que es lo que vale. Confirmó que los números que impuso en la temporada no fueron un espejismo.
En la circunstancia de ganar o irse a casa, ningún juego es el mismo de una entrada a otra, mucho menos de un día a otro. Los equipos realizan ajustes, se generan nuevas estrategias. Este deporte es de hombres, no de nombres.