Finalizaron las Series de Campeonato Liga Nacional, se impusieron los Ángeles Dodgers a los vigentes campeones de la Liga Nacional y de las Series Mundiales, Chicago Cubs, en cinco partidos. Los angelinos fueron superiores en todas las facetas del juego.
Comenzó la Serie y con ello el primer partido con la zozobra que generaba en la franquicia angelina la ausencia de Corey Seager para toda la serie, así como la presencia de Clayton Kershaw como abridor en un partido que se antojaba decisivo. No carburó en exceso del tejano, quien seguía con sus mediocres números en postemporada, ya con más de cien entradas lanzadas; eso sí, sin destrozar el partido Pero tampoco estuvo acertado, en el montículo de tierra, para los Cubs, José Quintana, aunque, por supuesto, le fue mejor que a su esposa en el aire.
Ambos starters lanzaron cinco entradas completas permitiendo dos carreras. A partir de la sexta, y con empate a dos, el partido se convirtió en una batalla de bullpens, que como era de esperar vencieron con claridad los Dodgers, una superioridad en los relevistas esquivadores que se antojaba decisiva de cara al resto de la serie que comenzábamos a vivir.
En la ofensiva dodger, inconmensurable Yasiel Puig, ese jugadorazo, de inigualable actitud, víctima del atroz del cuñadismo.
Llegamos al segundo partido, y nos valdría, en líneas generales la crónica del primero cambiando a Yasiel Puig por Justin Turner.
Ninguno de los dos abridores (Richard Hill y Jon Lester) superó las cinco entradas, en el caso de Lester ni llegó, en su salida más corta de sus veintiuna de postemporada, aguantó el partido, pero con dificultades, pasando de los cien lanzamientos, no era posible que continuase en el montículo. Y no cabía ninguna duda a los Cubs que, sin una salida larga de Lester, las cosas se complicarían.
Una vez más con el partido empatado, esta vez a uno, pasábamos a vivir la batalla de bullpens a partir de la sexta, los relevistas del Chávez Ravine, impecables, tras los dos primeros partidos quedaron en cero hits en ocho entradas, con un Kenley Jansen en plan estelar, una victoria y un save.
Pero esta vez no se hundió el bullpen Cubbie, esta vez fue un abridor metido a closer, John Lackey, quien por primera vez en su carrera jugó en partidos consecutivos, y quien, en la parte baja de la novena, con dos eliminados y dos hombres en base, colgó la bola en el centro de la zona de strike para que Justin Turner convirtiese un home run de tres carreras. No era su función, no era su lugar.
Un Justin Turner estelar, además de lograr el primer walk-off home run de su vida, impulsó todas las carreras de su equipo, logró además una base por bolas y dos hits.
Cambió el guion en el tercer partido, la batalla de bullpens quedó en un segundo plano, no hubo partido, pese a empezar dominando en el marcador, nunca dieron, los de Illinois, sensación de poder llevarse el encuentro, colapsados en el montículo, sin definir en ataque, dejaron ocho jugadores en base, y desesperados en defensa, cometiendo errores graves, dos contabilizados, recibiendo carreras en cinco de las siete entradas centrales, ofreciéndonos algo tan inusual como una base por bolas al pitcher con las bases llenas. Esta vez no se puede responsabilizar solo al bullpen de la derrota, si bien volvió a fallar y ahora ante un público tan incrédulo como sorprendido y apagado, que abandonó en su gran mayoría el Wrigley Field antes de finalizar el encuentro y que silbó a un Carl Edwards Jr. que no ha tenido su postemporada. La tan «peculiar» hinchada del norte de Chicago daba ya por perdida la eliminatoria.
Por supuesto, el bullpen angelino funcionó en su corta intervención. Y su ataque fue efectivo, capitalizado por Chris Taylor y André Ethier.
Notoria fue la diferencia en la intervención de ambos abridores, por un lado un Yu Darvish que con excepción del home run de Kyle Schwarber en la primera entrada estuvo inconmensurable, con 7 SO, justo para esto se le trajo en verano. Por el otro lado, Kyle Hendricks, lanzó cinco entradas permitiendo cuatro carreras.
Necesitaban los Cubs, una buena salida de Jake Arrieta en el cuarto encuentro para evitar la barrida, y el otrora Cy Young, en lo que podría ser su última salida con los Cubs, cumplió a la perfección, borrando las sombras de su temporada y postemporada. Dejó el partido en la séptima entrada tras ciento once lanzamientos, aclamado por su público. A punto estuvo de arruinarle la actuación un Wade Davis que, descontrolado y desconcertado, sufrió muchísimo en las dos entradas que lanzó, y no solo por el home run de de Justin Turner. Davis le dio emoción a un partido, que eso sí tuvo, y en el que al final, y pese a que todos estaban convencidos de ello, no se produjo remontada de los Dodgers
Nueva jugada polémica, nueva expulsión de Joe Maddon, esta vez tenía razón.
Y llegábamos ya al quinto partido, aunque al final no hubo partido, el último en la ciudad del viento, que resultó ser el último de la serie. Volvían los abridores del primero.
No estuvo en el partido José Quintana, lanzó únicamente dos entradas completas llevándose seis carreras en el zurrón, dejó el montículo en la tercera, con 3-0 en la pizarra y las bases llenas, le tocó a Héctor Rodón sufrir el grand slam de Enrique Hernández, que dejaba el partido en 7-0 cuando no habíamos acabado la tercera entrada.
En la cuarta el neo-relevista John Lackey se llevaba dos más quedaba el partido 9-0. Tampoco ayudó la defensa de Chicago a sus lanzadores. Aquí terminó el partido. Completándose el marcador con un home run de Kris Bryant y otro de dos carreras del propio Kike Hernández, que impulsó siete carreras y consiguió tres home runs, alcanzando el record Dodger de postemporada, 11-1.
Por los Dodgers, una vez más, todos los focos se centraron sobre Clayton Kershaw, fue plácida, no espectacular, su salida, y se le mandó a descansar tras ochenta y nueve lanzamientos, se lo podía permitir Roberts, seis entradas y una sola carrera. ¿Ha servido realmente el partido de anoche para su redención?
El MVP recayó sobre Justin Turner y Chris Taylor, por fin el puntero se centra sobre jugadores de posición.
Y respecto al gran protagonista de la serie, el bullpen angelino, sumó su vigésimo tercera entrada consecutiva sin recibir carrera.
Chicago ha devuelto lo que robó el año pasado a los Dodgers. Ya campeones de la Liga Nacional, ya en las Series Mundiales, veintinueve años depués, todo ello en la quincuagésima novena temporada del inigualable Jaime Jarrín. Series de Campeonato en las que los Dodgers han superado a los Cubbies en todas las facetas del juego, habiendo dominado por completo Dave Roberts a Joe Maddon en la batalla estratégica.
Por decimoséptima ocasión consecutiva no se repetirá campeón.