Volvían las Series Mundiales, el partido 6, al estado de la estrella solitaria, y volvían con unos Astros pletóricos que esperaban ver la primera victoria en Series Mundiales para Justin Verlander tras su inicial 0-5 terminando la peor racha desde inicio para un pitcher en la historia de las grandes ligas, evitando, con ello, un séptimo partido siempre impredecible, partido, éste último para el que se intuía a Max Scherzer en el montículo. Por el otro bando, unos Nationals que con su mejor pitcher hasta la fecha, Stephen Strasburg, buscaban sobrevivir a cualquier precio forzando el envite final, no era una situación que se les hubiese dado mal, 3-0 en partidos decisivos en esta postemporada, si bien jamás en toda la historia de las Series Mundiales se había vivido seis victorias visitantes consecutivas. Sin cambios inesperados o de relevancia en los lineups.
Empezó la primera entrada, que resultó tan problemática en el anterior duelo Verlander-Strasburg en estas Series Mundiales. Y si en el segundo partido supuso un 2-2, en esta ocasión el primer envite terminaría en 2-1 para los locales, carrera para Trea Turner, impulsado por Anthony Rendón, por supuesto, por el lado visitante; carrera para George Springer tras un doble y un robo de tercera, y home run para Alex Bregman, para los locales; pudo ser peor para los capitalinos, pues Juan Soto capturó una bola de Yuli Gurriel ya pegado a la valla de su bullpen. Euforia en las gradas.
No viviríamos jugadas de relevancia hasta la parte alta de la tercera entrada en que con hombre en primera y segunda, y dos outs, Justin Verlander eliminaría a Juan Soto, oportunidad perdida por los Nationals que volvían a un Minute Maid donde fijaron un 7/21 en posición de anotar por 1/21 en el Nationals Park. Idéntica oportunidad se le volvería a presentar a los Nationals en la cuarta entrada, esta vez con un eliminado y Víctor Robles en el plato, y con dos eliminados y Yan Gomes en el plato, nueva oportunidad perdida.
Pero en la quinta llegaría, por fin, la anotación para los de Washington, home run de Adam Eaton, sin hombres en base eso sí, que ponía el partido en 2-2. Los Nationals solo habían perdido un partido de postemporada en que habían anotado 2 o más carreras (el tercero de las Series de División frente a los Dodgers). Y en la propia quinta entrada se pondrían por delante Nats con un estratosférico home run de Juan Soto. 3-2. Los campeones de la Liga Nacional no habían perdido ningún partido en estas Series Mundiales en que se habían puesto por delante.
Dejaba el montículo Justin Verlander tras cinco entradas completas, 5 hits, 3 carreras con 2 home runs y 3 bases por bolas, 93 lanzamientos, se iba del partido con 3-2 en contra en el marcador, no iba a romper su sequía y acabaría anotándose la derrota. No tuvo más suerte el bullpen sideral que recibió en la séptima, y tras discutida interferencia que perjudicó a los Nats y que tuvo el partido parado por varios minutos para su revisión, home run de Anthony Rendón que impulsaría a Trea Turner. 5-2. Los Nationals no habían perdido en toda la postemporada anotando cinco o más carreras, mientras los Astros no habían ganado si recibían cinco o más carreras, además de que en toda la temporada y postemporada los Astros jamás habían vencido en un partido cuando salían de la octava perdiendo, extraño récord para un equipo con su número de victorias.
Ya en la parte alta de la novena, ampliarían la diferencia los Nationals, dejando la pizarra en 7-2, una vez más un pletórico Anthony Rendón impulsaba a Trea Turner y Adam Eaton. 5 carreras en impulsadas para Rendón, récord para un tercera base en Series Mundiales
En contraposición al pitcheo tejano, Stephen Strasburg llegaría a la novena entrada , 104 lanzamientos, dejándola ya con un eliminado, no tuvo problemas reales tras la primera entrada, las dos bases por bolas en la cuarta, y jugadores en segunda y tercera en la quinta quedaron en anécdota. Majestuoso, una vez más. Sean Doolittle cerraría el partido, 7-2 final.
Mañana tendremos séptimo partido, sin duda alguna lo máximo para cualquier aficionado a nuestro deporte, por supuesto que de pronóstico absolutamente incierto como debe serlo todo séptimo partido de unas Series Mundiales.