Séptima semana de béisbol en la MLB, semana donde se producen 3 cambios en el playoff picture provisional. En la liga americana, los Mariners de Seattle se aprovechan de una mala racha de 4 derrotas seguidas de los Rangers para colocarse líderes de su división, dejando a los Rangers sin posibilidad de repetir título. Y los Yankees apartan a los Orioles del liderazgo de la americana, en lo que promete ser una lucha sin cuartel durante todo el año. La Central sigue proporcionando 3 equipos a los playoffs, con Guardians, Twins y Royals. Sorprendente. En la liga nacional, los Padres apartan a los Nationals de la última plaza de wild card, única plaza que parece en juego, ya que el resto de los equipos clasificados parecen hacer bastante hueco, para la altura de temporada en la que estamos. Corremos riesgo de quedarnos sin emoción en la liga nacional de forma bastante prematura.
Aquí van cómo quedarían los playoffs, a día de hoy:
2 mejores campeones divisionales
Liga Americana: New York Yankees y Cleveland Guardians
Liga Nacional: Philadelphia Phillies y Los Angeles Dodgers
3 clasificados a la Wild Card
Liga Americana: Seattle Mariners, Baltimore Orioles, Kansas City Royals y Minnesota Twins.
Liga Nacional: Milwaukee Brewers, Atlanta Braves, Chicago Cubs y San Diego Padres.
Equipo de la semana
Pues no. Esta semana no hablaremos ni de Yankees, ni de Dodgers, ni de Braves ni de ningún trasatlántico. Porque la mejor racha de la liga la tienen los sorprendentes Colorado Rockies, equipo que lleva 6 victorias consecutivas. 6 victorias que apenas sirven para maquillar su pésimo comienzo de temporada, pero que les pone en el radar esta semana. Su producción ofensiva, esta semana, ha sido élite, liderando la liga en carreras (41), promedio de bateo (.308), siendo segundos en slugging (.474) y terceros en OBP (.352), así como en dobles y triples. Y es que los Rockies están bateando como los ángeles, con 7 jugadores sobrepasando los .300 de promedio. Además, una vez embasados, están corriendo bases (quintos esta semana), lo que proporciona oportunidades extras de anotar. Si a eso unes buenas actuaciones de una rotación compuesta por Austin Gomber, Cal Quantrill, Ryan Feltner o Ty Blach, el cocktail parece explosivo. Y, esta vez, no se puede decir que sea por el calendario porque las 6 victorias han sido contra Giants (1), Rangers (3) y Padres (2), tres equipos que deberían estar peleando por playoffs. Brenton Doyle, Ryan McMahon y Ezequiel Tovar son las luces verdes del semáforo Rockie, mientras que el lesionado Kris Bryant o la estrella del año pasado, Nolan Jones, son las rojas. Por lo que algo de margen de mejora debería existir para lo que queda de campaña. ¿Suficiente para competir realmente? No lo creo. Pero los Rockies son el segundo equipo de la historia en conseguir semejante racha sin haber ganado antes 2 seguidos antes.
El equipo más decepcionante
5 derrotas consecutivas de los vigentes campeones, los Texas Rangers, les dejarían, a mediados de Mayo, sin opciones de revalidar título, una cosa que parece una quimera en los últimos 20 años. Y las razones de semejante debacle hay que mirarlas al montículo. Con un ERA de 7.02 en los últimos 7 días se antoja difícil competir. Y es que con Cody Bradford, revelación de este comienzo de temporada, Dane Dunning y su ace actual hasta que se recuperen los Scherzer y deGrom, Nathan Eovaldi, fuera de la rotación por diversas lesiones, los Rangers han tenido que mirar hacia abajo, donde se han encontrado con un Jack Leiter que ha hecho una de los peores comienzos como profesional que recuerdo de un top prospect (ERA de 16.39 en sus tres primeras, y cortas, aperturas). Y hasta los, hasta ahora, imbateables del bullpen, David Robertson y Kirby Yates, parecen haberse contagiado esta semana. Con este goteo de carreras, es imposible hacer nada, por mucha capacidad ofensiva que tengas. Y, además, los Rangers, sin estar pésimos, tampoco han estado a su mejor nivel. Los Rangers se enfrentan, ahora, a los Angels y esperan capear un poco el temporal. Aunque temporal es lo que les viene luego con los Phillies, un martillo pilón con cualquier pitcher de la liga.
El bateador de la semana
El año pasado, pocos jugadores hubo en la liga tan sorprendentes como Brent Rooker, que aportó un rendimiento ofensivo totalmente inesperado. Con 30 HRs, Rooker pareció, en diversos momentos, un jugador de élite total en cuanto a poder. Sin embargo, su rendimiento era muy diferente cuando le lanzaban bolas rápidas que cuando le lanzaban rompientes o cambios de velocidad. Sin embargo, este año ha conseguido igualar bastante sus registros en estos lanzamientos, pasando de un 53,3 % de whiffs ante breaking balls a un 46,6 y un promedio de bateo de .141 a uno de .351 en 2024. Esto hace que todos sus promedios hayan subido exponencialmente. Esta semana, por poner un ejemplo, ha dado 13 hits, promediando .448. Esto no quita a que su poder haya bajado, ya que, según Savant, lidera la liga en Slugging esperado, con .634. A pesar de haber estado de baja por lesión, ya lleva 10 HRs. Como veis, me subo a la ola de Victor Cano y su elefante blanco. ¿Saldrán Rooker o Mason Miller este mismo año del equipo? No hay que descartarlo, obviamente, en un barco tan a la deriva como el de los A’s.
El lanzador de la semana
En una semana propicia para los pitchers, se ha hecho complicado quedarme con uno. Desde Reese Olson, que compite a Tariq Skubal por el puesto de ace de los Tigers. O Max Fried, que hizo no hits en dos de sus 3 últimas aperturas de, por lo menos, 6 entradas, o Ranger Suarez, auténtico sleeper del año para el Cy Young con un astronómico ERA y WHIP. O el increíble duelo entre Michael King y Tyler Glasnow del fin de semana. Sin embargo, hay que hablar esta semana de otro pitcher de Atlanta, Chris Sale, fichaje “estrella” de la franquicia de Georgia, y que despertaba muchas dudas, sobre todo, por el tema médico. Sin embargo, el fideo zurdo del montículo está pareciéndose mucho a aquel pitcher generacional que fue antes de sufrir la plaga de lesiones que tuvo, a aquel pitcher al que cualquier bateador temía enfrentarse. Esta semana, ante Red Sox y Cubs, ha estado colosal, dominante. En 13 entradas, no ha permitido ninguna carrera, propinando 19 ponches, concediendo 8 hits y apenas 1 base por bolas. Con su slider generacional, y habiendo subido todas las velocidades de sus lanzamientos, está permitiendo velocidad de salidas muy bajas. A fecha de hoy, Sale tiene un ERA de .254, con 11,05 SO por cada 9 entradas.
La sorpresa
Si miramos los líderes en ERA de la MLB, aparte de los lanzadores Shota Imanaga y Ranger Suarez, ya enormemente publicitados en la liga, en segunda posición aparece otro relevista convertido en abridor, circunstancia muy repetida en los últimos tiempos. Casos como Seth Lugo (ERA de 1.66) o Jordan Hicks (ERA de 2.44) se unen a esta corriente de la que el estandarte es, no nos olvidemos, Corbin Burnes, que, aunque ya fue hace bastante, también hizo el mismo camino. Y estamos hablando de un Reynaldo Lopez que, con un ERA de 1.34, es el estandarte de la rotación de unos Braves, junto a Max Fried y el anteriormente mencionado Sale, tocada por la lesión de Spencer Strider. Basado en un slider antológico, que no para de ganar movimiento vertical, logra, con ese lanzamiento, un 46% de whiffs. Sin embargo, el pasado lunes era sustituido por Snitker por problemas en la espalda, que no parecen graves, tras lanzar 71 lanzamientos. En la comparación con Imanaga y Suarez, Lopez concede el doble de walks y consigue menos SO, lo que hace que su WHIP y su FIP no sea tan élite. Pero conseguir esto de un lanzador que era relevista hasta este año no deja de ser sorprendente.
El subidón
Al igual que hicimos con Jackson Holliday, esta semana ha debutado otro de los prospectos que más está dando que hablar en los últimos años. Aunque esperamos que le vaya un poco mejor de lo que le ha ido al bueno de Holliday. Este Sábado Paul Skenes, tras dominar Triple A a su antojo, salía a la lomita. En 7 aperturas, Skenes había logrado hacer 45 SO en 27 entradas y un tercio, logrando un ERA de 0.99, basado en una bola rápida que alcanza, con facilidad, los tres dígitos, un enorme slider y ha desarrollado varias armas más, como su cambio, curva y un híbrido entre sinker y splitter. A pesar de que muchos pedían su ascenso desde el Opening Day, la brillantez con la que Jared Jones, otro rookie, ha comenzado la temporada, ha hecho reducir la presión sobre la gerencia de los Pirates en subirle. Ahora, con Mitch Keller, y los otros dos mencionados, los Pirates tienen ya, de por sí, un trío sobre el que basar su reconstrucción. A pesar de que su debut comenzaba esperanzador, con un primer inning soberbio, su segundo fue más problemático, logrando salir de una situación con bases llenas y apenas 1 out. El cuarto inning tuvo sus luces y sus sombras, encajando su primer HR como profesional, de Nico Hoerner, para luego eliminar por 3 SO a los siguientes 3 bateadores. Comenzando el quinto, y después de encajar un doble y otro hit, fue sustituido, aunque al hacer carreras estos dos corredores en base posteriormente, fueron cargados a Skenes, afeando un poco su estadística. 7 SO en 4 entradas y alcanzar las 100 millas con facilidad son aspectos a destacar en su debut. Y es que desde que debutó Strasburg en MLB, pocos debuts de prospectos habían conseguido semejante seguimiento.
El bajonazo
Nada está saliendo bien en San Francisco en esta nueva temporada. El jardinero Jung Hoo Lee, después de perderse varios partidos, volvía y, en su intento de evitar un extra base hit de Jeimer Candelario, colisionaba con el muro del outfield, saliéndose el hombro. Una lesión que puede acabar, de forma prematura, con el primer año del contrato firmado por el coreano en el pasado invierno, que le garantizaba 113 millones por 6 años. Lee había empezado su andadura americana de forma tibia, aportando, más o menos, lo que se le presuponía, es decir, un buen bate de contacto, una buena defensa en los jardines y dificultad para ser eliminado por SO. Los Giants, sumidos en la mediocridad, pueden ver como uno de sus principales fichajes es baja para toda la temporada, lo que, unido al flojo comienzo de Blake Snell, ahora mismo embarcado en una rehabilitación, hace que lo parecía una offseason bastante buena parezca mediocre. Y no nos olvidemos que sus compañeros en el outfield, Michael Conforto y Jorge Soler, también se encuentran fuera del campo. Mal comienzo de los Giants de San Francisco.
https://www.mlb.com/video/jung-hoo-lee-exits-after-hitting-the-wall-in-center
La frase de la semana
“Se lo dije a los chicos antes del partido. Hoy no hay secretos. Nadie os va a sustituir, ni para batear, ni para correr. Vogelbach, Kirk, espero que os sintáis rápidos. Sí, es sólo 13 de Mayo, pero es una enorme victoria.”. Así hablaba el manager de los Toronto Blue Jays John Schneider después de una terrible victoria por 3-2 ante los Orioles. Una victoria especial, al tener un virus en vilo a casi todo el equipo canadiense que les dejaba con apenas 9 jugadores de campo disponibles e, incluso, dudar si el abridor, Jose Berrios, podría lanzar. Sin embargo, los Blue Jays, fruto de una actuación sensacional de Daulton Varsho, que monopoliza los highlights del partido, primero robando un HR a Ryan O’Hearn, para luego, conseguir, en la octava entrada, empatar el partido con otro HR, conseguían un importante triunfo en una temporada que ha comenzado de forma tan discreta para los de Ontario.
https://www.youtube.com/watch?v=C6f1R-Hc0Y4
La estadística de la semana (o estadísticas)
Cada vez se lleva más la estadística de % de éxito de una acción. En nuestro país, en el deporte rey, el fútbol, cada vez que hay un gol, siempre se analiza el % de que esa finalización acabe en éxito. En nuestro deporte, cuando se produce un batazo, analizando el ángulo de salida y la velocidad con la que la pelota sale del bate, también se analiza la probabilidad de que ese batazo acabe en las gradas. Cuando cualquier espectador va a un campo a ver un partido de béisbol, muchos nos llevamos un guante. Por si suena la flauta y aparece por allí un HR. O un foul ball. ¿Qué probabilidades hay de que una bola bateada acabe en tu guante? Yo diría que ínfimas. ¿Y de que acaben dos bolas en tus manos? Yo creo que el valor se aproximará a 0. ¿Y qué probabilidad de que dos batazos seguidos acaben en tu poder? Sinceramente, milagroso. De lo más milagroso que puede haber en un campo de béisbol. Pues esta semana ha pasado con dos batazos de Josh Rojas consecutivos que han acabado en manos del mismo aficionado. Una cosa que tardaremos en ver. Fíjense si es raro, que los Mariners le han dado la oportunidad de lanzar los primeros lanzamientos del siguiente partido. Su nombre es Josh George y trabaja en un casino. ¿Se imaginan que en vez de trabajar allí se dedicara a jugar? Aunque igual gastó toda su fortuna en aquellos dos batazos de Rojas. Increíble historia.
La jugada de la semana
Primeramente, mi pequeño homenaje a uno de los jugadores más excitantes de la liga, Bobby Witt, Jr., que hace una increíble captura colándose en medio del tercera base y del jardinero izquierdo, jugándose el tipo ante una posible colisión. Un ejemplo de la habilidad del joven SS de los Royals en cubrir mucho campo
Otra acción decisiva es el walk off hit del nuevo jugador de los Padres, Luis Arraez, para acabar el partido ante los Dodgers en una serie que supone un plus para los Padres. Su debut en casa no pudo ser mejor.
La serie del finde
Dos series copan mi atención este fin de semana. La primera es la que enfrentan a los Minnesota Twins y Cleveland Guardians, duelo que puede dirimir el liderato de la central americana, ya que, a día de hoy, apenas 1 partido les separa en la clasificación. Pero, por duelo de pitchers, me voy a quedar con la serie que enfrenta a Baltimore Orioles y Seattle Mariners en un duelo apasionante entre dos líderes divisionales. El duelo entre pitchers comienza tibio para calentarse, y acabar con un duelo entre aspirantes a Cy Young. El Viernes Bryce Miller se enfrenta a John Means, en un enfrentamiento bastante parejo. El sábado Luis Castillo da la ventaja, a priori, a los Mariners frente a Dean Kremer, dejando para el Domingo el plato fuerte, un duelo entre Corbin Burnes, ace de los Orioles, contra uno de los maestros del control George Kirby. Un duelo que lo tiene todo.