¡Qué vienen los rusos! (con el tanque de las derrotas en su haber). Si los comisionados de las ligas afirmaran que los tanques a destruir las ligas estadounidenses con las derrotas desproporcionados, en cuestión de horas tendríamos el problema resuelto. Pero como el único causante de esto es la avaricia de los dueños -con la connivencia de los aficionados-, no es un tema peligroso a los intereses de los que mandan en la liga. Solo cuando la baja competitividad de algunos equipos ha puesto en desequilibrio los ecosistemas competitivos -precioso eufemismo puesto al bolsillo de los dueños-, los mandamases se han puesto las pilas. Esto nos lleva a la pregunta vital de cómo resolver el tanking. Pues, sinceramente, no tengo la solución, solo una acumulación de ideas vagas sobre cómo podría mejorase el sistema. Eso sí, sin ninguna pretensión de acertar en la respuesta, ni que alguna de las expuestas son la tabla rasa de una solución al problema del tanking. Sin más dilación vamos a exponer que puede ser de ayuda para que los dueños no decidan romper organizaciones enteras a costa de la liga, el resto de equipos y cientos de carreras de jugadores.
1. Orden del draft
El peor equipo se lleva el pick 1. El segundo peor el 2. Y así en cadena hasta completar el orden los 30 picks -sin contar las complementarias- que componen las distintas rondas del draft MLB. Es un sistema fácil, para todo: para hacer trampas, para dejarse perder partidos y para no tener a los mejores en el diamante. ¿Por qué no complicarlo un poco más? Para el aficionado no será tan fácil de entender, pero para los equipos no será tan fácil saltarse el sistema.
Un sorteo de las posiciones del draft resolvería -en principio y puede que menos de lo deseado- que los equipos intenten perder lo máximo posible para ser el peor equipo de la liga. Calcando el sistema NHL, el peor equipo tiene -por sistema- uno de los tres primeros picks por obligación. El peor, puede ser de 1 al 3, no es el #1 por imposición. Es un cambio muy sustancial, ya que en NHL el 55,6% de veces el peor va a ser el #3 del draft. O sea, ser el peor te asegura un pick top 3, pero es más posible que sea el #3 que #1. Véase la tabla inferior.
Evidentemente, el sistema no es perfecto. Hay quien dice que un sorteo de draft incentivaría -aún más- a los equipos a perder porque lo único que te garantiza un pick alto en el draft es estar entre los tres que más pierden. Es una posibilidad, pero repasemos los datos:
-En la temporada 2018-2019 (la última completa en NHL), 9 equipos estuvieron por debajo del punto por partido -el equivalente al .500 de beisbol-. En beisbol en la temporada pasada hubo 16 equipos que estuvieron por debajo del .500. En la NBA también hay sorteo de draft y la temporada pasada (solo con 10 partidos menos de lo habitual) hubo 14 equipos por debajo del .500. Está claro que el sorteo no previene de que los equipos no sean más competitivos. Solo es una solución para que los peores no den tan mala imagen. En 2019, en la NBA 6 equipos bajaron del .400, en NHL solo hubo un equipo por debajo de esa marca. En MLB fueron tres por debajo del 40%. Ya vemos que las ideas no siempre se cumplen…
2. Limitar los movimientos de los jugadores formados en el equipo
La NBA tiene un sistema muy claro: si te quedas en el equipo en el que estás, ganas más dinero. Si quieres dinero tienes que quedarte aquí. Imaginad que Seager solo pudiese obtener ese 325×10 en los Dodgers y, que, si quisiera jugar con los Rangers, tuviera que aceptar un 240×8. Por supuesto Seager puede elegir irse con los Rangers a un estado con las ventajas fiscales de Texans, pero tiene que renunciar a tiempo y a una buena cantidad de dinero.
Sobre el papel esto incentivaría que haya jugadores que no quieran ser traspasados el 31 de julio para poder optar a más dinero en la agencia libre. Esto haría que los equipos malos fueran algo mejores y no hubiera tanta diferencia entre equipos. En teoría… Esta, tal vez sea la solución más romántica, pero ¿os imagináis ahora a Machado en los Orioles? El equipo sería malo, pero -tal vez- menos malo y con un candidato a MVP en sus filas. Y la narrativa sería -tal vez- el que hay que montar un equipo competitivo ya para aprovechar los mejores años de Machado, en vez de que hay que destruir el equipo para ser más competitivos en el futuro. Puro romanticismo, puede. Mejor de lo que hay, sin duda.
3. Distribuir el dinero (mejor)
Porque claro está, ¿de qué sirve incentivar que los jugadores quieran quedarse en sus equipos si estos no tienen -bueno, mejor dicho, no les obligan- para gastárselo. En principio, el Revenue Sharing es un sistema de equilibrio presupuestario entre los dueños y los equipos para que la diferencia de ingresos de cada franquicia se mitigue lo máximo posible. Esa es la teoría, pero la realidad es que los dueños no gastan dinero en grandes ligas, sino que lo reinvierten en otros departamentos de los equipos o, directamente, se lo embolsan ellos. El elemento que hace que los equipos sean lo más cercanos entre sí solo ha servido para que se invierta menos en la liga y el salario medio baje durante el último Convenio Colectivo. Está claro que el sistema no funciona, por ello urge que el dinero que se reparta vaya de verdad a donde tenga que ir.
El revenue sharing es un sistema que no creo que tenga que ser modificado en su base: porcentaje, cantidades, sistema de reparto, penalizaciones, etc. Lo que debe cambiar es el control que se hace de ese sistema. Hay que imponer unos límites sobre como se mueve ese dinero. Por ejemplo, que el 75% del dinero obtenido en el revenue share se debe dedicar a los jugadores de MLB. Según Forbes, en 2019 los Rays recibieron 46 millones de dólares de transferencia neta (la diferencia entre lo que aportaron y lo que recibieron) de este sistema. Matemáticas rápidas, tendrían que gastar 34,5MM de los obtenidos bajo este sistema en jugadores MLB. El payroll de los Rays fue de 65MM durante la temporada 2019, por tanto, los dueños solo tendrían que invertir 30,5MM de dinero propio para mantener ese equipo. No parece descabellado para milmillonarios, supongo.
Lo mismo que nos hemos centrado en el revenue share, podríamos hacer el mismo principio y calculo con todos los ingresos generales de la liga: Televisiones, apuestas, campañas globales, etc. Sería una forma de establecer un mínimo de gasto, pero sin un salary cap al uso. Y subiría conforme lo hagan los ingresos y la inflación de la MLB, es decir, no tendría que renegociarse año a año, sino que sería automático el cálculo, como los salary cap de NHL, NBA y NFL, pero sin serlo. Pero, en el fondo, siéndolo.