La serie llegaba a Los Angeles cargada de diferentes sensaciones. por un lado teníamos al equipo de los Red Sox, que después de conseguir dos triunfos claros en Fenway, querían llevarse a su rival por delante y sentenciar prácticamente la suerte de los angelinos. Y por el otro estaban los Dodgers, golpeados animicamente a causa de dos aplastantes derrotas y con la necesidad de conseguir un triunfo si o si, para no quedar a las puertas de un abismo del que nadie volvió, un abismo llamado 3 a 0.
Para el juego numero 3 los managers de los Red Sox y Dodgers optaron por Porcello y Buehler respectivamente para hacerse cargo de la bola. A priori sonaba como un duelo muy bueno, ambos lanzadores con una calidad mas que probada pero también con ciertas inconsistencias.
Por el lado de los bateadores, tanto Cora como Roberts cambiaron bastante las alineaciones que presentaron en los dos juegos anteriores. El manager puertorriqueño a cargo de los Red Sox tuvo que cambiar a su alineación, que funciona como un reloj suizo, debido a las implicancias de jugar en campo de Liga Nacional. Estaba frente al dilema de dejar fuera a su bateador designado J.D. Martinez (con el bate, el hombre mas peligroso de todas las grandes ligas) o de incluirlo a jugar en el outfield, aunque esto conllevaría sacrificar a uno de sus jardineros titulares, que para agregar dificultad al asunto, los 3 son buenísimos. finalmente opto por la segunda alternativa y el sacrificado fue Benintendi.
El manager japones a cargo de los angelinos por otro lado tenia que arreglar dos actuaciones como minimo lamentables y para ello alineo a los zurdos que tenia en la banca (Bellinger, Pederson, Muncy y Grandal, este ultimo que batea a ambos lados).
El juego comenzo con Buheler en la loma donde desde temprano empezó a lanzar directamente puro fuego, sus rectas se mantuvieron en 98-100 mph y por 7 entradas enteras los bates de los Red Sox no tuvieron nada que hacer ante los envios del novato. Su actuacion fue mas que destacable, con 24 años, con la responsabilidad de mantener a flote el equipo y enfrentandose al que por lejos demostró ser el mejor equipo del año, no se dejo ver nervioso ni le temblo el pulso. Temple de Ace.
Por su parte Rick Porcello, Cy Young en 2016, también tuvo una gran actuación, tirando sus acostumbrados lanzamientos llenos de movimiento que complicaron a todos los Dodgers menos a uno, Pederson encontró un lanzamiento cuando ya moría la 3er entrada y lo deposito en lo profundo de Dodger Stadium poniendo así el 0-1 en la pizarra. Cuando transcurría la 5ta entrada y ya con 2 outs conseguidos, Cora considera cambiar el lanzador, dejando fuera a Porcello que con pocos lanzamientos y con una gran actuación se va del partido de manera prematura.
A partir de ahí el juego seria dominado por los infravalorados relevistas de los Red Sox limitando el daño a esa sola carrera solitaria de Pederson, mientras que por los Dodgers en la 8va entrada salia a lanzar Kenley Jansen con la intención de conseguir un Salvamento de 6 outs, objetivo que no alcanzo al encontrarse en la 8va con dos outs (un clasico de los Red Sox) y enfrentándose a Jackie Bradley Jr. el cual impacto la pelota de lleno y la deposito en las gradas del jardín derecho del ballpark, para enmudecer a los casi 55000 fanáticos que lo abarrotaban.
Las 9 entradas reglamentarias terminaron 1-1 con Jansen y Price (fungiendo como relevista) lanzando para sus respectivos equipos.
A Partir de ese momento el partido ya iba a ir tornandose en algo que con el transcurso del mismo finalmente se convirtió, en un juego histórico.
Extra innings. Empieza el Maratón
Por los dodgers sale a lanzar Baez que lo hace durante dos entradas (10va y 11va) manteniendo el marcador tal cual como lo encontró. Por el otro lado sale a lanzar Kimbrel, «El Piromano», que como de costumbre se mostró muy solido. Luego termina la 11va entrada Hembree, muy solido también.
En este momento los bates de ambos equipos se mostraban apagados y estaban a merced de los lanzadores.
A partir de ahí es que las estrategias de ambos managers van a diferir notablemente entre si. Por el lado de los Dodgers, Roberts optaría por la clásica figura del relevista haciendo lanzar una o dos entradas a cada uno de sus lanzadores, Mientras que Cora, el piloto de los Red Sox, optaba por mandar a su lanzador de confianza a la loma, Nathan Eovaldi, que iba a lanzar como si no hubiese un mañana.
En la entrada numero 13 fue cuando el partido parecía que se acababa. Por una serie de errores a la defensiva por partes de los dodgers y un doblete de Sandy León los patirrojos se ponían adelante 2-1, hundiendo a los Dodgers en la desesperación mas absoluta. llegaba el turno al bate para los locales, que empezaba de manera prometedora embasandose Muncy por una base por bolas, después Eovaldi eliminaría a Machado y a Bellinger para luego , con 2 outs conseguidos, enfrentarse al «caballo loco» Yasiel Puig, ya habiéndose movido Muncy a segunda gracias a un fly de bellinger. Y como no podía ser de otra manera, el cubano seria el que saque a flote nuevamente al equipo, pegando un palazo por el medio del diamante que controla Kinsler, pero que se equivoca al momento de tirarla a primera permitiendo que Muncy llegue a home y consiga el empate que le devolvía el alma a los expectadores locales.
A partir del empate 2 a 2 el juego iba a transcurrir sin mayores sobresaltos para los lanzadores (Eovaldi por los Red Sox y un desfile innumerable de brazos por parte de los Dodgers).
Hasta que por fin, cuando parecia que esta maratón de béisbol nunca iba a terminar, apareció en la 18va entrada Max Muncy, que le conecto un home run de oro a un reventado Eovaldi que batallo durante 6 entradas y 97 lanzamientos ya habiendo lanzado en los dos juegos anteriores.
Los dodgers dejaban en el terreno a los Red Sox con un marcador de 3 a 2 y poniendo la serie 2 a 1.
La alegría en Dodger Stadium no pudo ser mayor, la gente que se mantuvo en sus lugares durante 7 horas y 20 minutos disfruto el juego mas largo en la historia de las World Series, una auténtica maratón, (que no es precisamente una historia corta) y se volvio a sus hogar sabiendo que todavia hay serie mundial, que todavia los Dodgers tienen una vida mas.