Después de haber pasado ya la mitad de la temporada, poco parece haber cambiado en la situación de los Colorado Rockies. Partían como el cuarto equipo en discordia de la división oeste de la Liga Nacional y ese es precisamente el puesto que están ocupando, lejos (lejísimos) de unos cada vez más inalcanzables Dodgers, lejos también de las plazas de wildcard, a las que ni se acercan a pesar de que este año se suma una más a repartir, y con el aliento encima de unos Dbacks con los que van a tener que pelear por evitar el farolillo rojo de la división.
Y lo malo es que nada de lo que está ocurriendo en Denver es una sorpresa. Las cosas se están desarrollando tal y como todo el mundo preveía. El fichaje de Bryant, que se ha pasado más tiempo lesionado que en acción, no ha sido suficiente como para revertir la situación de un equipo que no levanta cabeza desde la marcha de Arenado (incluso desde antes) y cuyo futuro sigue sin estar claro.
El bateo funciona sin que haya una estrella clara, y el pitcheo flojea sin que tampoco haya un único culpable. ¿Blame it on Coors Field? Puede ser, pero es que fuera de casa tampoco están funcionando las cosas y los resultados son aún peores, con derrotas en dos tercios de los partidos disputados, así que echarle la culpa a la altura del estadio para lo bueno y para lo malo parece lo fácil. No, los problemas de los Rockies con más profundos y quizás haya que buscarlos más en la gerencia deportiva y en sus bandazos poco claros de los últimos años para entender por qué el equipo no está compensado.
MVP del equipo
Muy complicado elegir al mejor jugador de un equipo que lucha por no ser de los peores de toda la MLB. Con un diferencial de carreras que ya se acerca a la centena negativa, poco se salva de la quema. Pero si tuviéramos que destacar a algún jugador quizás habría que hablar de C.J. Cron, que con un OPS cercano al .900 se está mostrando como uno de los jugadores mas temibles de la rotación de bateo de los Rockies.
También hay que destacar al veterano Charlie Blackmon y al propio Kris Bryant, que a pesar de haber jugado la tercera parte de muchos de sus compañeros, cuando está en el campo es uno de los destacados. Si antes hablábamos de lo errático de ciertas decisiones de la gerencia de Denver, el fichaje de la otrora estrella de los Cubs ha sido sin duda uno de sus grandes aciertos y la base sobre la que ha de pivotar todo el futuro de la franquicia a corto plazo.
Cy Young
Habla de un posible candidato al Cy Young en los Rockies es casi un chiste. Es que ni uno solo de los lanzadores abridores se salva de la quema. Sólo Chad Kuhl tiene una ERA inferior a 4.50, lo que ya nos deja muy claro donde está uno de los principales problemas de los del medio oeste.
Así que si tenemos que elegir al mejor pitcher de la franquicia, ese título se lo lleva sin duda Daniel Bard, el cerrador del equipo, que no es que tenga demasiadas oportunidades de brillar pero que cuando tiene que salir a hacer su trabajo lo realiza con bastante precisión. Con un WAR de casi 2.0 y 20 encuentros salvados hasta el momento, sin duda el titulo de Cy Young local es para él.
La decepción
Tras una temporada de debut en 2019 del que parecía que podía ser una de las estrellas del equipo, Sam Hilliard va cada vez a menos y ya es hasta complicado encontrarlo en las alineaciones del equipo. Este año empezó la temporada con el equipo grande pero en junio tuvo que ser enviado de vuelta al equipo de AAA para revertir una situación que se había enquistado.
Sus buenos números en Albuquerque le volvieron a abrir la puerta del equipo grande, en donde parece que poco a poco empieza a entrar en juego. Sin duda es una pieza que necesita carburar de nuevo si los Rockies quieren que sus pobres estadísticas mejoren.
Expectativas ante el cierre del mercado
Cuando un equipo pasa la fecha del All Star con la certeza de que la temporada ya está acabada para ellos, la única opción que le queda es la de no moverse mucho y continuar la reconstrucción. El problema es que tampoco tiene piezas muy atractivas para los equipos que busquen reforzarse antes del 2 de agosto, así que lo más normal es que los Rockies pasen bastante desapercibidos durante estos próximos días.
De todas maneras habrá que estar atentos a los posibles movimientos por Daniel Bard. El veterano jugador será agente libre al finalizar esta temporada, por lo que la gerencia no vería con malos ojos la posibilidad de conseguir un par de piezas jóvenes de algún equipo necesitado de un cerrador de confianza.