El 90% de los que vais a leer esto lo hacéis desde España o nacisteis aquí, ¿El otro 10%?, o bien colaboráis con pitcheos salvajes u os parecen la mar de entrañables estos españolitos que hablan de béisbol con tanta fruición. Y también resulta evidente que ese 90% no os aficionasteis al béisbol con el maestro Fernando Díaz siguiendo sus retransmisiones en un televisor de 20” de un comedor social.
Y aún tengo más claro que en esta serie todos ibais con los A’s, porque sois gente de principios y no os gustan los tramposos, por supuesto. También porque os identificáis con Moneyball, sois así de rebeldes y, además, es una peli que os hace sentir bien. Pero sobretodo estáis con los A’s porque os encanta ese punto obrero-americano de Oakland frente a la más glamourosa San Francisco. Ahora bien, vuestro cariño por la clase obrera acaba ahí. Ya estéis a un lado u otro, cuando se trata de la piel de toro, nunca mejor dicho, todo cambia. Unos, porque no podéis entender como no asume la clase obrera que solo le irá bien si al honesto empresario español le va bien, pues cuanto mayor es el beneficio recibido por el industrial mayor es el reparto que hace del mismo, una interpretación sui generis e interesada y/o ingenua del concepto de Plusvalía. Otros, porque lo que no entendéis es como la clase obrera vota a la derecha, cuando sois vosotros mismos los que les habéis dejado claro, por activa y por pasiva, también a través de partidos de profesores universitarios ajenos a la realidad social, que la izquierda es cosa de licenciados, graduados y élites intelectuales, como aquella juez (jueces, ese cáncer silencioso) que perdió su alcaldía por dar la espalda a los trabajadores tratando de atraer con desesperación a los pijoprogres de Malasaña.
Pertenezcáis al grupo que pertenezcáis…que os jodan, ya tenéis a los Astros en finales de campeonato, y lo han hecho jugando a lo que hacía falta en cada caso. Si en la ronda de wild card, basaron su poder en el pitcheo abridor y relevos largos, en una ocasión a través de otro abridor y en otra a través de un bullpen, en el primer partido de la Serie de División al fallar el pitcheo abridor, con un McCullers que recibió carreras en todas las entradas que lanzó excepto en la 1ª, se solucionó la sangría a base de carreras que fueron llegando a partir de la 6ª entrada, esto es, cuando eran necesarias, y a través de los denostados y vilipendiados jugadores que se llevaron el anillo en el 2017, y también gracias a un bullpen (infalible hasta el tercer partido) que tuvo que cubrir cinco entradas en las que no permitió ni un solo hit, alcanzando los 5 SO, y empleando para ello 63 lanzamientos por los 75 que había precisado Lance McCullers en sus 4 entradas de salida.
Y es que, tal y como dijo Carlos Correa tras este partido, en octubre la energía es simplemente diferente, da igual el record con el que te hayas clasificado o lo que lleves a tus espaldas. Además, asistimos a un capítulo más de Mr. 5 de octubre, Alex Bregman, quien desde 2017, y de forma ininterrumpida, ha anotado Home Run en todo 5 de octubre.
Al final 10-5 para los tejanos y 1-0 en la eliminatoria, el 72% de los conjuntos que habían ganado el primer partido de una eliminatoria a cinco habían pasado a la siguiente ronda, el 75% desde 2010.
Si había algo que quedaba claro en el “sentir popular” de cara al segundo partido de la serie es que A’s no dejaría pasar su oportunidad de empatar la eliminatoria, nuevo fracaso del “sentir popular”. Los Astros se volvieron a hacer con el partido y al estilo que les dio la clasificación en la wild card, abridor sólido, en este caso un Framber Valdez que permitió 2 carreras en 7 entradas alcanzando los 103 lanzamientos y enfrentándose a 24 bateadores, en su primera salida en postemporada (Un Framber Valdez que de cada tres frases cuatro son dar gracias a Dios, cosa que critico yo que escribo desde un país en que se grita Viva el Rey como el que da los buenos días), y la anotación necesaria, con un George Springer que anotó o impulsó más de la mitad de las carreras de su equipo, un inconmensurable Springer que ya ha superado a Babe Ruth en la lista de home runs en postemporada. Ninguna carrera admitió el bullpen, en este caso Enoli Paredes (con mantis religiosa posada en su hombro, signo de buena suerte, incluida) y un Ryan Pressly que se llevó el salvado y que deja bien a las clara que estos Astros tienen ese cerrador imprescindible para llegar lejos en play-off.
Acabó el partido con 5-2 y 2-0 en la eliminatoria, el 88% de las franquicias que se habían colocado 2-0 en una eliminatoria a 5 partidos se clasificaron para la siguiente fase. Hablar, en una situación como esta, del récord de partidos consecutivos ganados por los Astros a domicilio en play offs queda fuera de lugar.
Llegaba el tercer partido, y aquí os dieron lo que más os gusta, lo que hizo que os hayáis enamorado directa y perdidamente de los A’s, un discursito que cambió la historia, ¿El protagonista? Ramón Laureano, el Paco Buyo del béisbol: estéticas palomitas, mucho presunto talento y brazo poderoso, pero con las neuronas de un botijo. Un discurso que convirtió un 7-4 para los Astros en un 9-7 para los A’s, eso y los amigos Josh James y Brooks Raley claro, un bullpen que recordaba sus pretéritas pesadillas.
El Covid ha desterrado a los militares mutilados y a las viudas moribundas, pero no ha podido con las putas arengas que se convierten en portadas de periódicos y hojas parroquiales. 9-7 para los californianos y 2-1 la eliminatoria.
Pero el sermón solo siguió desplegando sus efectos en el cuarto partido sobre el propio Laureano, quien impulsó todas las 4 carreras relevantes de su equipo, las 2 de la 9ª son una mera propina. Lo cierto es que el papel de Laureano con 2 HR, frente a un renqueante Greinke que reconoció tras el partido que no fue buena idea hincharlo a sliders, permitió que los californianos dirigieran el marcador hasta la 4ª entrada en que con 5 carreras los maltratados Astros destrozaban al, siempre sobrevalorado, Frankie Montas, que no pudo contener el desastre. Siguieron anotando los Astros a pares durante las tres entradas siguientes sin que los A’s encontraran soluciones, 11 tantos llevaban ya los tejanos cuando finalizó la 7ª, solo entre Altuve, Brantley y Bregman se llevaron 8 al zurrón. Volvimos al estilo de días pasados, , los Astros se ponían a anotar cuanto y cuando lo necesitaban, y su bullpen hacia el resto.
11-6 y la eliminatoria para los de la estrella solitaria, que alcanzan cuatro finales de campeonato consecutivas, algo que desde que se instauró, hace más de 50 años, esta ronda solo han conseguido tres equipos más….¿Estáis sentados?, espero que sí, Braves de 1995 a 1999, Yankees de 1998 a 2001 y Cardinals de 2011 a 2014, los mejores equipos en medio siglo.
Mirad lo que valen los números en la serie regular para hacer profecías, a lo San Malaquías, para postemporada, Astros pasaron de batear .206 frente a Oalkland en temporada regular a batear .332 en las Series de División, incluyendo .333 con jugadores en posición de anotar y 33 carreras en 35 entradas, y ese bullpen tan vilipendiado en sede regular ha finalizado la serie con una ERA de 3.94 en 16 entradas, con siete sin recibir anotación en los dos primeros partidos de la Serie. Lo dijo Carlos Correa tras finalizar el partido: “Ellos son la razón de que hayamos ganado esta serie”.
Ha dado exactamente igual que pasa con Justin Verlander, donde esté Gerrit Cole, o el contratiempo de un Zack Greinke renqueante, en cualquier lugar lesiones, bajas y contratiempos valen de excusa, pero en Houston no, Houston se dedica a ganar, los ciudadanos de bien a ciudadanear.
Esos Astros que, para muchos, llegaban a postemporada sin rotación de abridores, con un bullpen sin garantías y con la pólvora mojada ya se han cargado a Twins y A’s, y eso porque llevan ya años siendo el mejor equipo de la liga americana. Al robo de señas le podéis echar la culpa del covid, de la guerra en Artsaj, de la corrupción en España o de lo que os salga de los cojones, pero no del título del 2017.
Y que decir de los A’s son un equipo sin estilo propio, siempre lo han sido, siempre lo serán, se pueden permitir la calidad que se pueden permitir y al final lo barato sale caro, siempre. Ganan cuando les dejan, o cuando los discursos les hacen sentir superhéroes, pero a la hora de la verdad hacen lo que pueden. Si han llegado hasta aquí ha sido gracias a un calendario benigno y una división de chiste que se ha constituido en el mejor homenaje a las ligas menores en el año más trágico para las mismas.
Y como digo Don Diego Armando Maradona Franco….