Los Mets han tenido una offseason movidita. Desde luego, han sido uno de los protagonistas. Y todo ha sido gestado por el nuevo GM Brodie Van Wagenen. Cuando los Mets le contrataron poco después de acabar la temporada, muchos vieron en su contratación una muestra más de esa gestión un tanto excéntrica e incomprensible que han hecho los Wilpon de la franquicia. Muchos dijeron que su anterior trabajo como agente de jugadores había generado preocupación entre los rivales y los miembros de la MLBPA por la información interna que podría utilizar. Muchos simplemente no le veían ni remotamente preparado para gestionar una franquicia con los fichajes, los prospectos y las labores del día a día. Por no hablar de que no se le apreciaba un gran conocimiento de las estadísticas avanzadas tan en boga en las Mayores. Yo mismo decía en nuestro podcast “Bases Robadas” que hubiera preferido al otro finalista para el puesto, Chaim Bloom, Vicepresidente de Operaciones de Baseball de los Rays y con una amplia experiencia en las distintas facetas de la gestión deportiva en un equipo conocido por exprimir al máximo sus recursos gracias a las matemáticas.
MLB is filled with more trained and really smart executive candidates than at any time in history — and the idea that the Mets would hire for GM someone w/o experience running any part of a ball team makes absolutely no sense. The disaster potential is staggering & unnecessary.
— Buster Olney (@Buster_ESPN) October 26, 2018
Sin embargo, Van Wagenen pronto incorporó a su cuerpo gerencial varios nombres para intentar solventar esas carencias: primero fichó a Adam Guttridge como primer paso para ampliar un departamento analítico que era de los más pequeños de la MLB. A continuación, se trajo desde Boston a Allard Baird, ex GM de los Royals y con gran experiencia en los despachos, para situarlo como GM asistente encargado de los ojeadores y el desarrollo de jugadores. Con Omar Minaya y Ruben Amaro Jr. heredados de la anterior gestión, el cuerpo directivo ya estaba listo para afrontar esta offseason tan entretenida.
El movimiento más importante ha sido también el primero. Van Wagenen no quiso esperar y el 1 de diciembre trajo desde Seattle a Robinson Canó, Edwin Díaz y $20 millones a cambio de Jay Bruce, Anthony Swarzak y tres prospectos, Jarred Kelenic, Justin Dunn y Gerson Bautista. Obviamente, el nombre de Canó es el que destaca. Pero probablemente no del todo para bien. Al fin y al cabo, estamos hablando de un second baseman de 36 años con 5 años más de contrato a razón de $24 millones por temporada (contrato negociado por su entonces agente Brodie Van Wagenen) y que viene de una sanción de 80 partidos por dopaje. Sin embargo, en los 41 partidos que disputó tras cumplir su castigo bateó .317/.363/.497 con 6HR; lo que, viniendo de un jugador con un promedio de carrera de .304 y un total de 311HR, hace albergar esperanzas de que su declive aún pueda aplazarse un par de años.
Sin embargo, la gran presa que han conseguido los Mets es otra. Edwin Diaz es realmente el jugador que la nueva gerencia quería traer del Pacífico Noroeste. El puertorriqueño ya estaba afianzado como closer de los Mariners tras llegar a 34 salvamentos en 2017, pero el año pasado fue el de su verdadera explosión: 57 saves, 1.96 ERA (1.61FIP), 208ERA+, 0.791WHIP y 15.2Ks cada 9 entradas le valieron su primera elección para el All Star, además del 8º puesto en el Cy Young. Para un equipo que tuvo el tercer peor bullpen por ERA de toda la MLB es una incorporación inmejorable. Más aún si tenemos en cuenta que le quedan 4 años de control y que no será elegible para arbitraje hasta 2020.
El precio que pagaron los Mets a cambio no parece del todo alto si atendemos sólo a las piezas veteranas. Jay Bruce no rindió como se esperaba en su vuelta a Queens al batear sólo .223 y 9HR en 94 partidos y Anthony Swarzak fue un desastre en el primero de los 2 años que tenía firmados al acabar con un ERA de 6.15 (a eso hay que añadir que los $29M y $8M, respectivamente, que les quedan de contrato, junto con los $20M que mandan desde Seattle ayudarán a que el sueldo de Canó pese menos). Respecto a los prospectos, Gerson Bautista es un reliever que acumula 4.1IP de experiencia en las Mayores con un ERA de 12.46 que no debería ser una gran pérdida pese a entrar en el puesto número 28 de la lista de prospectos de los Mariners según MLB Pipeline. Lo que realmente genera dudas en este trade (junto con el salario de Canó) son los otros dos prospects que se pierden, ya que Jarred Kelenic y Justin Dunn son 2 de los últimos 3 primeros picks de los Mets, además de promesas TOP100 para MLB. Dunn (número 89 en el TOP100 y ahora número 3 de los Mariners) es un RHP con potencial de abridor, mientras que Kelenic (puesto 62 y ahora en el 2 de su nuevo equipo) es un CF que muchos proyectan como una futura estrella en las Grandes Ligas y, probablemente, será el jugador que la franquicia más lamente haber traspasado si Canó entra en un bajón de rendimiento muy marcado o hay algún problema con Díaz. Tanto es así que, si todo sale del modo equivocado, Van Wagenen podría ser recordado como el hombre que perdió a Kelenic.
Parece que la gerencia quiso hacer todo lo posible para que eso no fuera así al reforzar la parte final del bullpen trayendo de vuelta a Jeurys Familia desde Oakland con un contrato de 3 años y $30M. El dominicano ha sido el gran closer de los Mets en los últimos años y, aunque su nuevo rol probablemente sea el de set-up man, su ratio de más de 9K/9 y su ERA de carrera de 2.73 reforzarán mucho el cuerpo de relevistas y asegurarán las victorias en las entradas finales.
Welcome back, Jeurys Familia! We’ve inked Jeurys to a three-year deal. pic.twitter.com/NI54wQAhUE
— New York Mets (@Mets) December 14, 2018
La gerencia quiso resolver a continuación la otra gran necesidad para la offseason cuando Wilson Ramos firmó un contrato de dos años y $19M con una opción para el club para 2021. El puesto de catcher necesitaba una mejora tras varios años de bajo rendimiento y lesiones por parte de d´Arnaud y Plawecki (el segundo ha sido traspasado a los Indians a principios de enero) y, por eso, los Mets fueron uno de los equipos a los que más fuerte se relacionó con J.T. Realmuto y Yasmani Grandal. La opción de adquirir al de los Marlins perdió fuerza cuando los Marlins pidieron a cambio a dos jugadores de entre Nimmo, Conforto y Rosario y Grandal rechazó una oferta de 4 años y $60M.
Con el fichaje de Ramos los Mets han podido salir ganando, ya que con todos los rumores acerca de Realmuto y Grandal, el venezolano había pasado bajo el radar y han podido llevarse a un jugador de un nive similar sin perder piezas claves en el futuro (algo que no se podían permitir tras el traspaso con Seattle) ni dar un contrato que hubiese recortado mucho la flexibilidad para más adquisiciones (además de quitarles un pick de draft y dinero para fichajes internacionales por la Qualifying Offer que tenía Grandal). El exjugador de Nationals y Phillies entre otros, jugó 111 partidos en 2018 tras perderse la primera mitad de 2017 con una rotura en el ACL, además de haber jugado más de 125 encuentros tanto en 2015 como 2016, por lo que podemos confiar en que esté preparado para esquivar la plaga de lesiones que ha aquejado al puesto últimamente. Ha sido dos veces All Star y ha ganado un Silver Slugger y el año pasado acabó con registros de .306/.358/.483 con 15HR y el mejor OPS+ de su carrera (130) con Tampa Bay y Philadelphia. Las estadísticas avanzadas colocan a Ramos como un catcher en la media, pero tiene fama de ser una buena presencia veterana además de manejar bien a los pitchers, algo que vendrá muy bien a una plantilla que se presume joven y con un cuerpo de lanzadores (sobre todo entre los abridores) en el que tiene mucho material con el que trabajar y hacer mucho daño a los bateadores rivales.

A continuación, Van Wagenen quiso ocuparse del outfield. Tras el traspaso de Bruce y con Céspedes fuera por lesión en sus talones por lo menos hasta la segunda mitad del año, la plantilla contaba sólo con Nimmo, Conforto y Lagares como jardineros puros de nivel. Ante esta necesidad tan evidente era normal que el equipo sonara en los rumores de jugadores disponibles en esa zona del campo. Y el nombre al que más se le asociaba es el de A.J. Pollock. El hasta ahora OF de los Diamondbacks encajaba en las necesidades deportivas de los Mets, pero parecía que económicamente quedaba más allá de lo que los de Queens querían gastar. Se rumoreaba que buscaba un contrato de unos 5 años y $80M o incluso 6-7 años por mas de $100M; mientras que fuentes importantes como mlbtraderumours.com proyectaba que acabaría consiguiendo 4 temporadas por un total de $60M Finalmente ha firmado con los Dodgers por 5 temporadas y $60M).
Efectivamente, apenas un día después de adquirir a Ramos, era el propio Van Wagenen el que dejaba caer que la llegada del OF nacido en Connecticut no era del todo realista al haber cubierto la necesidad de un bate diestro para la mitad del lineup con el catcher y que confiaban en que Céspedes pudiese aportar con la campaña más avanzada.
Brodie Van Wagenen hinted that A.J. Pollock may not be realistic for the Mets anymore. He responded to a Pollock question by saying Wilson Ramos fills the team's need for a middle-of-the-order right-handed bat, and that the club is still hopeful Yoenis Cespedes can help as well.
— Anthony DiComo (@AnthonyDiComo) December 18, 2018
Todo esto se confirmaba ya en enero cuando los Mets traspasaban a Bobby Wahl, Adam Hill y Félix Valerio a los Brewers a cambio de Keon Broxton. Wahl es un reliever que llegó el año pasado desde los Athletics a cambio de Familia, pero su breve paso por CitiField no ha sido nada destacable al acumular 5.1IP con 10.13ERA (eso sí, algunos scouting reports indican que podría ser una buena pieza para un bullpen si corrige sus problemas con el control), mientras que el RHP Hill y el SS Valerio son jugadores con cierto potencial aunque no han pasado de Clase A-SS y clase Rookie, respectivamente. A cambio de estas piezas prometedoras, aunque con mucho trabajo y recorrido por delante, se incorpora a la plantilla Metropolitana un CF que podría acabar teniendo gran importancia este año.
Broxton nunca ha destacado por su capacidad para batear para promedio y tuvo un año nefasto con Milwaukee, pero en el pasado ha demostrado ser un jugador muy veloz (un habitual robando 20, o incluso 30, bases por año en distintas categorías) y con poder de bateo (aunque a base de muchos strikeouts) que en 2017 entró en el club del 20-20, 20SB y 20HR. Además, es un defensor excepcional con un brazo muy potente, por lo que podría entrar también como recambio defensivo al final de los encuentros además de permitir formar un lineup más potente que con Lagares.

El siguiente movimiento parecía completar la faceta ofensiva de la plantilla al traer desde Houston a J.D. Davis junto a INF Cody Bohanek. Éste último no será más que una pieza de profundidad en el sistema de granjas, mientras que J.D. Davis aspira a ocupar un rol similar al de Wilmer Flores (¡Qué pena la marcha de Wilmer! Nos robó el corazón con aquellas lágrimas cuando creía que iba a ser traspasado y le deseamos lo mejor en Arizona), saliendo desde el banquillo como pinch hitter y ocupando distintas posiciones en el campo cuando las lesiones o las rotaciones así lo requieran. No en vano, el Californiano tiene experiencia jugando en 1ª, 3ª, RF y LF. Ha acumulado 181PAs repartidas en dos breves pasos por la MLB en los que apenas ha bateado .195 con 5HR, pero sus números en las Menores son mucho más interesantes, habiendo logrado este año .342/.406/.583 con 17HR en 85 encuentros en AAA, nivel en el que es posible que empiece y pase bastante tiempo en 2019. No obstante, vista la mala racha que ha tenido el club con las lesiones en los últimos años, puede haber sido un fichaje interesante.
El problema podría estar en que quizás hayan pagado demasiado por él, enviando a los Astros a 3 prospectos: OF Ross Adolph, C Scott Manea y 2B Luis Santana. Los 3 son aún muy jóvenes y ninguno ha pasado de Clase A-SS, pero todos han tenido muy buenas temporadas (sobre todo Santana, bateando .348 con 13 2B, 4HR y 8SB en 53 partidos), por lo que, si alguno despunta, el trade puede acabar siendo un fiasco.
Seguidamente llegó la gran sorpresa. Antes decíamos que la J.D. Davis parecía la última adquisición para el ataque ya que éste estaba completo a primera vista, incluso con un cierto “overbooking” en el infield. ¿Qué hizo el nuevo GM? Fichar a otro infielder, en este caso a su ex-cliente Jed Lowrie por 2 años y $20M. No me quejo para nada de la calidad del jugador. El hasta ahora miembro de los Athletics es un buen pelotero, que ha demostrado algo de poder y buen bateo de promedio cuando se ha mantenido sano. De hecho, viene de su mejor temporada hasta ahora, apareciendo en 157 partidos con línea de .267/.353/.448 y 23HR 99RBI y 120OPS+ que le dan un fWAR de 4.9, el tercero mejor entre los second basemen de la competición.
Pero éste era un puesto ya cubierto. Los Mets tenían varias piezas para las distintas posiciones del cuadro y Mickey Callaway va a tener que hacer encaje de bolillos para poder hacer jugar tanto a los nuevos fichajes Canó y Lowrie, como a los ya veteranos en el club Rosario, Frazier y McNeil o a los jóvenes que llegan desde abajo como Smith o Alonso, lo que hace pensar que quizás la gerencia se hubiese adecuado mejor empleando ese dinero en otras partes del equipo que necesitaban más refuerzo, como el bullpen.

Fue precisamente este apartado el que Van Wagenen quiso solventar con su última adquisición hasta ahora, firmando como Agente Libre Justin Wilson por 2 años y $10M. Parece que el ex-Cub viene a ocupar el puesto de LOOGY que ha venido ocupando Jerry Blevins, rol en el que destacó en Chicago al limitar a los zurdos a una línea de .190/.301/.342. Eso sí, el nacido en Anaheim ha tenido problemas con el control a lo largo de su carrera y se notó en la primera mitad del año pasado cuando dió 30BB en 26.1IP, para luego asentarse (22BB en sus últimos 46IP) y acabar con 3.46ERA, 5.4BB/9 11.4K/9 y 124ERA+. No es uno de los grandes nombres del mercado de relevistas como Kimbrel u Ottavino, pero debería ser muy útil en el bullpen Met, sobre todo si coloca la pelota en la zona de strike.
¿Qué plantilla nos ha preparado Van Wagenen para el 2019?
El nuevo GM ha cogido las riendas del equipo con fuerza y ha sido uno de los protagonistas de esta offseason con tantos movimientos y contrataciones, pero ¿qué plantilla tendremos para el Opening Day?
El pitcheo parece la parte más asentada del equipo. La rotación está cerrada. deGrom, Syndergaard, Wheeler, Matz y Vargas componen una rotación que da miedo. deGrom ha demostrado con creces que está en la discusión de mejor pitcher de la liga y Syndergaard domina con su recta a 100mph y su curva que le dan un ERA de carrera de 2.93, formando un dueto abridor top en la competición. Wheeler, Matz y Vargas mejoraron considerablemente en la segunda mitad de la liga y, de seguir así, los Mets podrían asegurar el tener pocas carreras en contra noche tras noche. Puede que la única duda sea si el orden será el que acabo de mencionar o quizás mover a Wheeler entre Matz y Vargas para separar a los lefties.
El bullpen tiene ya algunos nombres fijos. Seth Lugo se ganó con creces un puesto importante y Callaway le dará mucho protagonismo, empleándole casi en cualquier rol: middle reliever, long man, abridor de emergencia o incluso para apariciones cortas en momentos de máxima tensión. Robert Gsellman tendrá una función similar, aunque menos relevante y será también menos probable verle como titular en algún encuentro. Como hemos dicho, Wilson será el LOOGY. Si el dúo de abridores es de lo mejorcito, el que se encargará de los finales de partido es también excelente con Familia como set-up man y Edwin Díaz como closer (233 saves entre ambos, así que incluso en caso de lesión de alguno la última entrada está asegurada). Por el resto de puestos competirán varios nombres: el zurdo novato Daniel Zamora, que en 2018 lanzó 9 entradas en 16 partidos con un ERA de 3.00 (aunque parte con la desventaja de que su rol sería demasiado similar al de Wilson); Drew Smith, que pese a que le batearon para un promedio de .309, acabó con un ERA de 3.54 en 28IP el año pasado con los Mets; el veterano Luis Avilán que firmó un contrato de Minors y que podría hacerse un hueco para aportar veteranía tras una carrera de 8 años con un ERA de 3.09: o incluso Paul Sewald y Tyler Bashlor. No hay que olvidar tampoco al reciente pick del draft de Regla 5 Kyle Dowdy. No obstante, hay que estar atentos ya que si la gerencia hace algún movimiento más probablemente será en esta área.

Entre los position players el único puesto sin ningún interrogante es el catcher donde Wilson Ramos es el titular indiscutible y Travis d´Arnaud le dará relevos (por si acaso, y para tener alguna bala en la recámara, los Mets han firmado a Devin Mesoraco con un contrato de Ligas Menores cuando este artículo estaba terminado).
El outfield más habitual probablemente tendrá a Conforto en la izquierda, Lagares en el centro y Nimmo en la derecha. Conforto será uno de los bates de poder más importantes del equipo, mientras que Nimmo será el leadoff hitter con su 15%de walks y .404OBP en 2018. Lagares fue Gold Glover en 2014, pero las lesiones han afectado mucho a su rendimiento, y la capacidad de robar bases y pegar Home Runs de Broxton harán que pierda tiempo de juego ante el recién llegado. También es posible que ambos estén juntos en el campo cuando Callaway busque una alineación más defensiva en las partes finales de los partidos. Jeff McNeil (al que creo que veremos acumulando entradas por todo el campo este año) también tendrá bastantes oportunidades en el jardín para dar descanso a alguno de los corner outfielders o para poner un trío enteramente zurdo contra lanzadores diestros y aprovechar de paso su capacidad para batear para promedio y embasarse.
Como nota adicional, Van Wagenen también ha firmado contratos de Ligas Menores a los veteranos Rajai Davis y Gregor Blanco, pero se antoja difícil que puedan hacerse un hueco en el outfield neoyorquino.
Finalmente, llegamos a la gran interrogante. ¿Cómo va a ser en infield? Pues resulta casi imposible predecirlo sin fallo. Primero porque hay hasta ocho jugadores peleando por 4 puestos. El único que sí va ser un fijo casi todos los días es Amed Rosario en el shortstop. El dominicano fue el top prospect de los Mets en 2017 y el año pasado fue su primera campaña con el primer equipo. Aunque sigue sin explotar en el máximo nivel, el club confía en él y le va a dar todas las oportunidades para que se convierta en la pieza clave que se espera de él.
Personalmente, creo que Canó también tiene su puesto en 2ª base asegurado y le veremos ahí la mayoría de noches. Su contrato (aunque esto de repartir el tiempo de juego según los ceros en el sueldo nunca me ha gustado), historial y números tras la sanción le aseguran mucha relevancia este año. Para las esquinas, y si tuviéramos que hacer un “lineup de gala”, los más probables son Jed Lowrie en tercera y Todd Frazier en primera. Sin embargo, el cuadro Met será muy cambiante todo el año con Lowrie, por ejemplo, moviéndose por casi todos los puestos dando descanso a Rosario y Canó (Van Wagenen ya ha dicho que jugará prácticamente cada día). McNeil se ha ganado con creces mucho tiempo de juego también el infield además del que pueda tener en el jardín después de su excepcional 2018 (de hecho, esta opción ha surgido principalmente de las ganas de poder usarle pese al overbooking en el diamante) y con Nimmo forma un dúo ideal para abrir el orden de bateo y que los bateadores más potentes puedan aprovecharles para poner más carreras en el marcador. En el otro lado de la balanza está Frazier que tendrá partidos en su puesto habitual en tercera además de en la primera. No obstante, el de New Jersey verá reducidos sus at-bats respecto a otros años después de un 2018 bastante decepcionante. McNeil y y Lowrie le quitarán apariciones en 3ª y puede que Canó tenga alguna presencia en primera. Pero lo que de verdad hará de ésta última una de las posiciones más interesantes en los Mets no será el ex-Mariner si no los dos prospectos que se pelearán por ser los dueños de la misma en el futuro.
El primero en tener la oportunidad será Dominic Smith. El de Los Angeles venía con el hype de haber sido elegido como prospect número 2 de la franquicia en 2016 y 2017, además de haber entrado en varios Top100, gracias a haber bateado por encima de .300 en varios niveles de las Menores durante 3 años con hasta 16HR. Sin embargo, en dos breves pasos por la gran carpa ha dejado bastante que desear, sobre todo en el promedio de bateo con datos paupérrimos de .198 y .224. Su defensa tampoco ha sido nada del otro mundo, así que necesita aprovechar al 100% la oportunidad si no quiere que le adelanten en el depth chart. Y es que Peter Alonso está a la espera y deseoso de adueñarse de la esquina. Fue elegido como prospecto número 4 del club en 2018 y el número dos hace apenas unos días, además de ser el 51 en el Top100 de MLB Pipeline y la mejor promesa de first baseman de toda la MLB. Si bien su defensa es justita su bate promete muchas alegrías con una media de bateo de .290 en su carrera además de explotar en 2018 hasta los 36HR. Empezará el año en AAA, para que los Mets ganen un año más de control, pero a la menor oportunidad lo subirán al primer equipo y le darán mucho tiempo de juego generando aún más “overbooking” en el diamante. Aún hay que sumar a J.D. Davis que estará al acecho de cualquier oportunidad desde el filial o como bateador emergente.
Desde luego, será apasionante ver cómo se las arreglará Callaway con tantas opciones.

En cuanto al orden de bateo Nimmo, Lowrie y McNeil se repartirán los dos primeros puestos. Canó, Conforto y Ramos ocuparán el corazón del lineup con Frazier justo detrás, zona en la que podía entrar Alonso tras su promoción. Para la parte final se reservan nombres como Rosario, Lagares, Broxton o Dominic Smith.
¿Habrá más movimientos?
Sinceramente, lo dudo. El bullpen es la parte que más ayuda necesita ahora y donde creo que se daría un posible fichaje, pero se trataría de alguien de un nivel, y por lo tanto gasto, medio como mucho.
Teams still seeking a starter: padres, Chisox, giants, reds, presumably orioles and possibly yankees, mets, phillies.
— Jon Heyman (@JonHeyman) February 1, 2019
Recientemente, Jon Heyman incluía a los Mets en la lista de equipos que andaban en busca de un abridor e incluso se les ha relacionado con Gio Gonzalez. Con una rotación que parece cerrada y de muy buena calidad sería sorprendente que los Mets emplearan dinero en traer a otro titular más, aunque es cierto que un movimiento así iría en consonancia con ese intento de ampliar el fondo de armario que ha marcado la offseason. Eso sí, según los rumores si Gio no tiene aún equipo es porque busca un contrato de varios años y los Mets probablemente no querrían darle más que un contrato de Ligas Menores por lo que se antojaría difícil su llegada a Queens.
También se ha rumoreado con que los Mets podrían ir tras Bryce Harper. Sin embargo, se me antoja imposible. Todos conocemos los términos económicos que busca el outfielder y los neoyorquinos están lejos de poder pagar algo así. Hace varios años los dueños se vieron involucrados en la estafa piramidal de Bernard Madoff y desde entonces no se han comportado como la franquicia del mercado grande que son. Es cierto que poco a poco se van recuperando y han podido firmar contratos más importantes como el de Céspedes (aunque este tiempo lesionado lo está cubriendo el seguro, al igual que lo ha estado haciendo con el salario de David Wright) o los $24M al año que percibirá Canó durante otros cinco años (aunque con los $20M que recibieron de Seattle y los $37 que se ahorran de los contratos de Bruce y Swarzak, el sueldo efectivo que pagarán los Mets es de $20M al año con un incremento real en gasto de $12.6M al año). No obstante, también han incorporado varios contratos de tamaño medio como los 2 años y $20M de Lowrie o las 2 temporadas y $19M de Ramos. Además, los jugadores jóvenes están entrando en sus años de arbitraje y los Mets van a tener que hacer frente a grandes incrementos en su payroll. Matz, por ejemplo, ha pasado de cobrar el mínimo a $2.625M, mientras que Conforto se ha ido por encima de los $4M. Wheeler ha tenido una mejora de 4 millones para llegar a los $6M en su último año de arbitraje mientras que y Syndergaard percibirá ese mismo sueldo en su segundo paso por ese sistema. Pero el ejemplo más claro del aumento de gasto debido a los jugadores aún bajo control de la franquicia es el de deGrom que ha tenido un aumento de sueldo de casi $10M (el mayor de la historia para un jugador en arbitraje), llegando a $17M, el dato más alto de la historia para un pitcher en su tercer paso.
Con estos contratos los Mets alcanzan un payroll de $157M según Spotrac, una subida de $7M con respecto al año anterior. Teniendo en cuenta que en breve hay que renovar a jugadores como deGrom, Syndergaard, Wheeler o Conforto, no veo a los Mets ni con la capacidad ni el deseo de absorber salarios tan enormes como los que pediría Harper, y menos aún visto que Céspedes ha pasado mucho tiempo lesionado desde que firmó su caro contrato actual.
Así que, como decía, veo más factible que llegue un SP con contrato de Minors (como ya se ha hecho con Hector Santiago) o un RP como Agente Libre. Otra opción sería quizás reforzar el bullpen traspasando a alguien como Frazier o Lagares para ahorrarse su sueldo, aunque es posible que ese sea más un movimiento para el Trade Deadline de julio.
¿Pero, entonces, este Van Wagenen es bueno o no?

Pues, me ha sorprendido muy positivamente. Pese a que su nombramiento me pareció un gran error, debido a su falta de experiencia y a que su pasado como agente le podría traer problemas; parece que ha sabido utilizar correctamente los recursos a su alcance para cubrir las necesidades de la plantilla. Por un lado, ha rehecho casi entero uno de los peores bullpens del año pasado y lo ha convertido en otro con el potencial para ser uno de los mejores. Por otro lado, no cayó en la tentación de sobrepagar por Realmuto y, aunque picó con Grandal, la negativa de este le permitió hacer la que podría ser una de las adquisiciones del año con Wilson Ramos. Ha cubierto una necesidad importante y a un precio asequible.
Además, ha traído nombres importantes como el de Canó que traerán experiencia, liderazgo y buenos números si replica su segunda mitad de año. Lo mismo ha hecho en el OF, donde ha confiado en que Céspedes pueda convertirse en el gran fichaje del Trade Deadline volviendo de la lesión y ha traído un jugador con potencial en vez de entrar en una puja por jugadores más consagrados. Y todo este ahorro, puede ser clave en un futuro muy próximo cuando haya que renovar a la joven columna vertebral de la plantilla.
La estrategia es la misma de los últimos años: pitcheo demoledor y conseguir las carreras justas para ganar. Tras varias campañas en las que las lesiones han destrozado a la ofensiva, la filosofía a la hora de los fichajes parece que ha sido la de dotar al equipo de la mayor profundidad posible para tener más estabilidad en el ataque y que una posible nueva plaga no afecte tanto a los resultados del club. Y la verdad es que no me parece mal plan.
La parte negativa está en que podría haberse sobrepasado en ese afán de tener muchos jugadores por puesto. Ya que esos millones de más podrían haber sido muy útiles a la hora de reforzar más el bullpen ya que aún quedan un par de puestos ahí que se deberían mejorar. Por otro lado, la adquisición de Canó y Díaz ha supuesto deshacerse de 2 de sus últimos 3 primeros picks y por lo menos Kelenic apunta a estrella. Es un gran riesgo y la jugada podría explotarle en la cara a Van Wagenen, pero con los prospectos nunca se sabe al 100% y podrían quedar en nada, mientras que los Mets tienen ya a dos jugadores que han demostrado con creces que pueden rendir en el más alto nivel.
Sin embargo, lo que más me ha gustado es que ha llegado con espíritu luchador y ganas de ganar. En la presentación de Wilson Ramos dijo que “se podría argumentar que los Mets son los favoritos en la división”, mientras que más tarde diría que “estoy deseando mostrar a la gente que somos un equipo a tener en cuenta. No dejaremos de querer ser los mejores y estoy convencido que seremos competitivos, que seremos un club ganador. Nuestro objetivo es ganar un campeonato y eso empieza con la división. Así que venid a por nosotros”. De hecho, ante la gran mejora del resto de equipos de la división, que convierten a la NL Este en probablemente la más difícil de la MLB, dijo que “hay muchos buenos equipos … Espero que sigan mejorando porque vamos a pelear con ellos ca día”. Tras varios años muy negativos después de llegar a las World Series de 2015, la moral de franquicia y afición está bastante tocada y esa motivación que llega desde arriba es muy positiva.
De momento, el ex-agente se lleva una nota bastante alta por su offseason. ¿Seguirá callándonos la boca a sus detractores según avance la temporada?