Es mi intención colocar esta edición cada semana en nuestra página de Pitcheos Salvajes con la idea de ir adentrándonos en el día a día del equipo que apoyamos, los Oakland Athletics en la Temporada 2024. Cada sábado, evocaremos grandes historias del equipo, resumen de la semana, novedades, etc. Deseo que sea de tu agrado.
Esta emisión está dedicada a ti, aficionado fiel, soldado de a pie que conformas un pilar de la Athletics Nation. Enorgullecido más que nadie de portar en el pecho los colores verde y amarillo. A ti, que como miles más, radicas en Venezuela, República Dominicana, México y en el resto de América Latina. A ti, que vives en Gijón, en Valencia o en otra ciudad de España.
Al verdadero fan, que todos los días usas con orgullo tu gorra y por supuesto, tu jersey con el mítico elefante blanco en la manga. Tú que ya muestras cabello cano, tantos recuerdos almacenados de aquella dinastía que reinó en los setentas ganando tres campeonatos consecutivos. Fuiste testigo de las gestas de Reggie Jackson, Rollie Fingers y compañía, que envidia.
A ti, que al igual que a mí, Rickey Henderson nos enseñó que nuestro corazón debía echar raíces en Oakland. Lloramos juntos de alegría en aquel 1989, pero también nos derrumbamos de tristeza en aquella inesperada derrota de 1990. No lo sabíamos, fuimos campeones y aún en la debacle del año siguiente estábamos en la cúspide.
Si eres seguidor de los Oakland Athletics y has resistido durante los últimos 34 años todas las penurias sin una Serie Mundial más, mereces mi respeto. Me pongo de pie por ver cómo te entusiasmas contando las hazañas de ídolos como Bert Campaneris o Carney Lansford, sin distinguir jerarquías o niveles entre los peloteros mientras bebes una cerveza con tus amigos en la taberna o un café con tus hijos en la sala de tu hogar, o tal vez sean tus nietos, que escuchan con asombro las memorias de su abuelo.
Pero antetodo, estas palabras son para ti, que te encuentras en Oakland, el oaklander de casa. Tú que alientas en las buenas y en las malas. Que desgarras tu garganta en el punto más álgido en la historia del equipo, colocados al fondo de los standings, con la evidente migración a Las Vegas, con un Oakland-Alameda County Coliseum casi en total abandono y por ende, tú estás siendo también abandonado.
No estás solo. Existen muchos aficionados, como yo, que empatizamos contigo. Estamos unidos a tu entrega y a tu historia. No te cuestiono nada, has sido tolerante ante muchas situaciones, a pesar de que es difícil mantenerle el ritmo a una institución que se esmera en deshacer cualquier vínculo con la afición como tú.
Siempre es doloroso ver a una franquicia mudarse de ciudad, pero hay de formas a formas. Desde aquí te digo que no te sientas mal, a ti no te va a remorder la conciencia. Tú apoyaste, tu no abandonaste en ningún instante. Sigue vistiendo tu jersey con honor, siempre seremos un Oakland Athletic para toda la vida, jamás esa directiva incompetente de Nevada.