El título conseguido por los Nacionales de Washington nos dejó muchos momentos curiosos. El ‘Baby Shark’, el discurso de un emocionado Ryan Zimmerman, el extraño abrazo de Trump (con palpamiento de pecho incluido) a un Kurt Suzuki que lucía una gorra con el Make America Great Again o la celebración estilo jedi de Sean Doolittle. Pero si me tengo que quedar con uno, es con el bailecito de Brian Dozier.
Dozier es un veterano de la liga. Un tipo blanco nacido y criado en Mississippi que se describe a sí mismo como un cristiano que juega al béisbol de vez en cuando. Pues bien, verle descamisado, empapado en cerveza y rodeado por jugadores latinos que le jaleaban al tiempo que se contoneaba al ritmo de ‘Calma’ de Pedro Capó me pareció maravilloso. La prueba definitiva de que el reggaetón domina los vestuarios de las Grandes Ligas.
Una de las mayores preocupaciones de la MLB en los últimos años ha sido la escasa popularidad del béisbol entre las nuevas generaciones. A los chicos jóvenes, nos dicen, les cuesta mucho sentarse delante de la televisión durante tres horas y ver un deporte en el que los pequeños detalles son importantísimos. Un deporte poco dado a los highlights.
Seguramente que la estrellas americanas sean, al menos en su mayoría, tipos fríos, un tanto grises y muy apegados a ese precepto de que hay que respetar el juego y no mostrar sentimientos no ayude. Cada uno es como es y eso no se puede cambiar, pero resulta difícil imaginar a unos tipos más sosos que Mike Trout, Clayton Kershaw o Justin Verlander (y eso que este último tiene el aliciente de una mujer pertenece al mundo de la farándula).
Las preocupaciones de la MLB no son infundadas. El béisbol es un deporte con una audiencia envejecida que cada vez interesa menos a los niños blancos y que hace ya tiempo que dejó de interesar a los afroamericanos. Sin embargo, puede tener su salvación en el mundo latino.
No es solo que los jugadores más excitantes y mediáticos que se puedan encontrar hoy en las Mayores sean latinos, es que esos chicos están consiguiendo imponer su manera de entender el deporte. El ‘Let’s the kids play’ es un buen ejemplo, pero la prueba definitiva es que en los vestuarios ya no suena country, ni rock sureño, sino que atruena el reggaetón.
El propio reggaetón está lleno de referencias al béisbol. Empezando por Daddy Yankee, que siempre soñó con ser pelotero y cuyo nombre artístico nos remite a la franquicia más famosa de la MLB. Y siguiendo por Jennifer López, que en su hitazo ‘El Anillo’ decía eso de “home run con tres en base”.
Uno de los cantantes que más utiliza el béisbol en sus composiciones es Residente (el René de Calle 13). “Desde pequeño quería ser beisbolista, no llegué/ Así que aprendí a batear hits por encima de una pista” nos dice en ‘René’, un tema salpicado con varias referencias al béisbol. También hay que recordar el videoclip de ‘Adentro’, en el que el mísmisimo Willie Mays le da a Residente la franela de Roberto Clemente.
Uno de los reggetoneros más interesantes y divertidos de los últimos años es el boricua Guaynaa. En sus videos le hemos visto con una camiseta de los Marlins o bailando frente al estadio Pedro Montañez. Y es que en mayor o menor medida el béisbol siempre está presente en la obra de todos los cantantes de reggaetón.
La importancia cada vez mayor de este estilo musical (y sus distintas variantes), así como el peso de muchas estrellas latinas dentro de la industria musical americana es algo que la MLB no debe dejar pasar. Es muy probable que a día de hoy los mejores embajadores de las Mayores sean Francisco Lindor, Fernando Tatis, Javy Baez y Ronald Acuña, pero Becky G, Anuel o J Balvin también podrían serlo.