Mucho se está hablando del mal inicio de Los Angeles Dodgers en estos dos primeros meses de la temporada y de los problemas, un año más, con las lesiones por parte de la rotación titular. Sin embargo esto le ha abierto la puerta a uno de los prospectos más valorados del club y que apunta a convertirse en la gran estrella del conjunto de Chavez Ravine. Nos estamos refiriendo a Walker Buehler.
La gran promesa del equipo angelino está demostrando por qué todos los analistas le consideraban una de las mejores firmas de la franquicia cuando le adquirieron en el draft de 2015. Y eso que pronto se descubrió que tenía una lesión que le obligaba a someterse a una cirugía Tommy John y que le haría retrasar su debut en el béisbol profesional hasta finales de 2016, cuando finalmente debutó con los Arizona League Dodgers (Rookie) para inmediatamente ser promovido a los Great Lakes Loons (A).
El paso del chaval por las ligas menores ha sido meteórico. La temporada 2017 la inició con los Rancho Cucamonga Quakes (A Adv.) para ser ascendido a los Tulsa Drillers (AA) apenas un mes después y acabar subiendo a los Oklahoma City Dodgers (AAA) a mitad de la temporada. En septiembre de ese mismo año fue ya incluido por los Dodgers en el roster de 40 e hizo su debut en las grandes ligas ante Colorado aunque, eso sí, como relevista. Aún se le consideraba demasiado verde como para poder abrir partidos ante los mejores peloteros del mundo.
La temporada 2018 la inició en Oklahoma, aunque todo el mundo esperaba que antes o después fuese llamado por el equipo grande. La oportunidad le llegó pronto debido a la lesión de Rich Hill, lo que le permitió iniciar su primer partido en las mayores el 23 de abril ante Miami, sin conceder ni una sola carrera y ponchando a cinco bateadores rivales. Las sucesivas bajas de Hyun-Jin Ryu y de Clayton Kershaw le abrieron la puerta del equipo definitivamente y el joven Walker lo ha sabido aprovechar a las mil maravillas.
El 4 de mayo en un partido de la gira mexicana que los Dodgers realizaron con los Padres, Walker Buehler consiguió lanzar seis entradas sin permitir ni un solo hit y eliminando a ocho bateadores por la vía del strikeout, para después recibir el apoyo del bullpen y acabar consiguiendo un no hitter combinado, el primero que conseguía la franquicia en toda su historia. Buehler estaba ya sellando su puesto en la rotación.
La última joya del joven lanzador la realizó el 27 de mayo, de nuevo frente a San Diego Padres, equipo al que maniató durante siete entradas permitiendo sólo una carrera y cuatro hits y ponchando a ocho bateadores, para dejar su ERA en un asombroso 2.20, WHIP de 0.90 y dejando su registro de victorias y derrotas en 3-1. Ni el regreso de Kershaw previsto para el 31 de mayo pone en peligro su puesto en la rotación titular del equipo de Chavez Ravine.
Evidentemente los Dodgers tienen a la joya de la corona en su propio equipo, que no es otro que el grandísimo Clayton Kershaw. Sin embargo mucho se está hablando de la opción que éste tiene de salirse este año del contrato que aún le une al equipo hasta 2020, aunque quien esto escribe es de la opinión de que no lo hará y que puede que incluso renegocie una ampliación del mismo con la franquicia. Pero si finalmente esto no fuera así y Kershaw decidiera irse a la agencia libre a la finalización de esta temporada, el futuro no puede ser más halagüeño para los angelinos. Y es que a la espera del regreso a mediados de julio del también joven y muy talentoso pitcher mexicano Julio Urías, la llegada de Walker Buehler a la rotación titular permite que el equipo pueda afrontar las próximas temporadas con las expectativas muy altas. Y si Kershaw se acaba yendo no sería nada descabellado empezar a pensar en él como el nuevo ace de los Dodgers a partir del año 2019.