Xavier Civit Forner, barcelonés, 44 años, lanzó el partido más importante de la historia del béisbol español, el enfrentamiento ante Puerto Rico, con solo 19 años. Cuando en España nadie había oído hablar de las Ligas Menores, Xavier pasó seis años en sus organizaciones, sin él es imposible entender la selección española y el béisbol hispano en los últimos 30 años.
-¿Cómo, cuándo y dónde te iniciaste en el béisbol?
Tenía 11 años, en Barcelona, gracias a un amigo del barrio que lo practicaba, y a su padre, que era entrenador.
-¿Dónde te formaste como jugador?
En las categorías inferiores del Barcelona, al principio lo compaginé con el balonmano, para finalmente dedicarme 100% al béisbol. A los 15 años fiché por Sant Boi, con el que debuté en la máxima categoría nacional. Las 5 siguientes temporadas jugué en el Hércules, siempre compaginando la categoría Juvenil y la Senior.
–Y entonces surgió la posibilidad de jugar en Estados Unidos….
Después de los Juegos Olímpicos, y tras el servicio militar, me surgió la oportunidad de pasar un par de semanas a una academia de béisbol de USA (mitad béisbol, mitad vacaciones). Cuando ya me disponía a volver una vez terminada mi estancia, el dueño de la academia, que era scout de Los Montreal Expos, me ofreció la posibilidad entrar en la organización del béisbol profesional. No tenía ni idea de cómo funcionaba, pero me daba igual, acepté inmediatamente.
En esa época en España se tenía muy poca información acerca del béisbol profesional y no había ningún jugador español firmado.
Los cinco días se convirtieron en una carrera de seis años en la organización de las grandes ligas.
–Y una vez allí, ¿Cómo fue la experiencia?
Muy positiva. Aunque está claro que lo que uno sueña es llegar a jugar en las grandes ligas no me puedo quejar y estoy satisfecho de mi rendimiento.
Mi paso por las menores está lleno de momentos de todo tipo, la mayoría buenos, pero también se pasan momentos en los que puedes llegar a plantearte si realmente te compensa estar allí.
La primera sorpresa llega cuando me ofrecen jugar a béisbol profesional. En esos momentos ni yo y creo que casi nadie en España había oído hablar de las ligas menores, así que me lie la manta a la cabeza y me presenté en el Spring Training a ganarme un sitio en la organización de los Expos de Montreal.
El primer día me encuentro en un clubhouse con más de 150 jugadores, sin hablar inglés y más solo que la una, a todo esto, no podía hablar con los americanos porque no sabía inglés y los latinos no me hablaban porque tenía más pinta de americano. Hasta que dije que era español y que alguien me ayudara a situarme. A partir de ahí empezaron a preguntar que hacía yo allí, que ahí se jugaba pelota, no a fútbol. Sobre este tema tengo varias anécdotas, como por ejemplo, salir a lanzar y que el público del estadio me cantara “Oleeé” o “Gool”. También me encontraba con algún que otro comentario e incluso sospechas cuando llegaba cada año a Estados Unidos con mi visado de trabajo para jugar a Béisbol. En inmigración no les cuadraba que un español llegara para jugar a béisbol, lo que generaba sospechas de todo tipo.
Más allá de muchas anécdotas divertidas durante aquellos años, en algunos momentos también tuve que lidiar con la injusticia de ser un agente libre español. Y aun teniendo buenos números, no tenías las mismas oportunidades que los jugadores americanos.
El paso por las ligas menores fue una gran experiencia nivel personal y deportivo y aunque sea muy duro el poder mantener ese ritmo de entrenamientos, partidos, viajes, competencia etc…..compensa totalmente.
Una importante diferencia con el béisbol europeo es que el sentimiento de equipo queda en un segundo plano ya que lo que de verdad importa es lo que hagas personalmente y te ayude a escalar niveles. El resultado final del equipo no tiene prácticamente importancia.
–¿Cómo te fue en el béisbol español?
Tras los juegos JJOO Y mis seis años en USA solo jugaba en España puntualmente con el CB Viladecans cuando acababa la temporada allí. Posteriormente seguí jugando en el Viladecans hasta el 2003. A partir de ese año jugué varias temporadas con Sant Boi y Barcelona hasta 2010.
-Háblame de tu trayectoria en la selección española
Tuve la suerte de vivir grandes años con la selección, y todo ello gracias a la celebración de los JJ.OO. de Barcelona 92.
Con 16 años se produjo mi debut en la selección española absoluta en el Europeo del 1989 en París. Lo recuerdo con cariño por ser la primera vez que oficialmente compartía equipo con jugadores a los que admiraba desde mis comienzos. Yo era el niño del equipo. En aquel europeo llevé por primera vez el número 28 y desde entonces ya no lo dejé nunca.
A partir de aquel momento y hasta los JJOO jugamos infinidad de campeonatos y torneos de gran nivel. Europeos, mundiales, Copas intercontinentales y torneos internacionales por todo el mundo. Como colofón a estos años llegaron Los JJOO de Barcelona 92 que a día de hoy es posiblemente la mejor experiencia deportiva de mi vida.
Conseguimos vencer a la potente selección de Puerto Rico en un partido que se recordará siempre. Tuve la suerte de lanzar aquel partido con tan solo 19 años.
Después de unos años en USA en los que no podía jugar con la selección debido a la normativa de aquel momento, volví a participar en campeonatos con el equipo nacional, de los que puedo destacar el Europeo de 2003 en Holanda donde recibí el MVP y el 2005 en República Checa como Pitcher con más partidos ganados en el campeonato.
-¿Sigues ligado al béisbol de algún modo?
Nunca he dejado de estar vinculado al béisbol. Es un pilar muy importante en mi vida. Cuando dejé de jugar, inmediatamente me puse a entrenar a niños y jóvenes y en los últimos años me estoy dedicando al sóftbol entrenando al equipo senior femenino del Sant Boi.