No hay muchas noticias ni acontecimientos en torno a la MLB por la epidemia mundial que nos asola. Es abril de 2020 y en circunstancias normales estaríamos hablando del inicio fulgurante de este equipo, de si llegarán a postemporada tal o cual por lo pobre que está siendo su rendimiento. La realidad es que todos deseamos que esto se solucione pronto para poder disfrutar de nuestro querido deporte, pero mientras ¿podríamos seguir aprendiendo? Lo que yo os traigo es algo de lo que no se habla demasiado pero nunca está de más aprender, ya sabéis ese dicho de “a la cama no te irás sin saber algo más”. El título del post lo deja claro; vamos a hablar como se dividen las fases del pitcheo.
Estos conocimientos son muy necesarios para los entrenadores y resto de profesionales que trabajan con los peloteros de todas las edades y categorías ya que una buena biomecánica en esta acción hace que los lanzadores obtengan el máximo rendimiento de su esfuerzo minimizando el riesgo de lesiones dentro de lo posible ya que este gesto, por su exigencia resulta lesivo prácticamente de cualquier manera.
Para que os hagáis una idea de la importancia que tiene; La velocidad obtenida en un lanzamiento sería la mitad si la acción solo dependiera de la musculatura.
Se realizan muchos estudios al respecto para maximizar las cualidades de los lanzadores y los científicos centran el poder de un pitcher en los miembros inferiores, core (abdominales y faja lumbar), tronco y cintura escapular.
Pero sin duda alguna, lo más importante de todo es conseguir realizar una transmisión fluida y adecuada de la fuerza.
Con este objetivo se machaca la técnica del lanzamiento, para que los pitchers sean capaces de transmitir la fuerza que se produce en los miembros inferiores, transmitirla y sumarle la del tronco que se produce en la rotación del mismo, llevarla por la espalda hacia las escapulas, hombro, codo y muñeca. Todo ello sin desperdiciar energía por el camino para no hacer sufrir a las articulaciones que más sufren en este proceso: La glenohumeral (el hombro) y la del codo.
Un dato interesante, los peloteros amateurs tienen una activación mayor de la musculatura de la escápula, hombro y brazo al lanzar (en tanto por ciento, no en cantidad) que los lanzadores profesionales. Esto se produce porque su mecánica es peor y por lo tanto recurren a sobre solicitar a la musculatura más próxima de la mano que es de donde sale la bola para darle la fuerza.
Con esto restan velocidad a sus lanzamientos porque pierden la base de la fuerza al no ser capaces de transmitirla adecuadamente poniendo en riesgo las articulaciones más frágiles en cuanto a los lanzadores se refiere.
La mecánica del lanzamiento se suele dividir en 6 fases.
- “Wind up ”. Se inicia la mecánica del lanzamiento con una flexión máxima de cadera hacia rotación interna con una flexión de rodilla de la pierna adelantada.
La mano que tiene la bola se separa de la que tiene el guante.
El lanzador mantiene el peso del cuerpo sobre la pierna atrasada.
También podemos ver esta fase más corta, llamada “strech” y la realizan los lanzadores para dar más tiempo al catcher a lanzar a las bases para evitar los robos de las mismas.
- “Early cocking o Stride”. Comienza cuando la rodilla dominante o adelantada toma el punto más alto y finaliza cuando el pie avanzado toma tierra. En esta fase se comienza a sumar fuerza desde los miembros inferiores. La cadera pasa de rotación interna (cierre) a rotación externa (apertura) provocando el espacio para que en la próxima fase se active la musculatura del core y del tronco en rotación.
El pie adelantado no apunta directamente hacia el bateador, queda unos 45º-30º mirando hacia dentro para que posteriormente vaya deslizándose y acabe apuntando al home plate.
- “Late cocking” Desde que el pie adelantado toma tierra hasta que el hombro dominante está en su máxima rotación externa.
Aquí se inicia la rotación del tronco que se suma a la de los miembros inferiores y se transmiten a la escápula y el hombro.
El hombro llega a su punto de máxima rotación externa (mano por detrás de la cabeza con el codo a 90º y el hombro más o menos arriba según el tipo de lanzamiento.
Puede ser Overhead (por encima de la cabeza literalmente), 3/4 (el brazo queda a unos 120º), sidearm (será un lanzamiento lateral, a en torno a los 90º) o submarine (por debajo de 90º).
- “Acceleration” Ya tenemos el brazo cargado con la máxima rotación externa y se inicia la fase más rápida, que finaliza al soltar la bola. Entre 42 y 58 ms dura con una velocidad angular de más de 7000º/s.
Se trata de uno de los movimientos más rápidos que el ser humano puede realizar.
Aroldis Chapman realiza esta fase en torno a los 35 ms en sus lanzamientos de más de 100 mph.
- “Deceleration”: Se inicia a soltar la bola y finaliza cuando el brazo dominante llega la su posición máxima de rotación interna de hombro.
Es una fase de mucho estrés también para todo el brazo. El brazo queda con unos 30º de aproximación al cuerpo y de elevación. La pierna adelantada queda como la única de apoyo durante la aceleración y la desaceleración aproximadamente.
- Follow Through: Desde la Máxima rotación interna de hombro y finaliza en la recuperación de una posición no relacionada con el lanzamiento.
Aquí os dejo un enlace de un lanzamiento a cámara lenta a ver si podéis distinguirlas.