Para cualquier equipo de la competición, enfrentarse a Clayton Kershaw en el Dodger Stadium durante el mes de Octubre, es sinónimo de derrota casi asegurada. El experimentado pitcher texano, debutó esta postemporada demostrando la solidez habitual de la que hace bandera, lanzando 8 entradas sin una sola carrera permitida.
En cierta medida, está claro que la veteranía es una ventaja diferencial cuando llegamos al mes de Octubre, y aunque nadie va a dar por muertos todavía a estos revolucionarios Braves, su éxito este año está ya mas que justificado. Los chicos de Brian Snitker se han plantado en postemporada, sin necesidad de competir en el partido de wild card, factor que da todavía más valor a su hazaña. Sin embargo, esta pasada madrugada se han vuelto a ver superados en el Game 2, ante unos fuertísimos Dodgers, expertos en el arte de la postemporada.
Aníbal Sánchez, un clásico de los montículos en las Grandes Ligas, puso en apuros rápidamente a estos jovencísimos Braves, tras permitir un HR de dos carreras de Manny Machado en la primera entrada, y dar síntomas de un pitcheo ciertamente inestable.
Si remontar en casa de los Dodgers no iba a ser tarea fácil, hacerlo frente a un Kershaw desatado, era una tarea imposible. Revisando las estadísticas, podríamos caer en el error de contemplar 3 escasos ponches en todo el partido a favor del pitcher local, sin embargo, la clave de su pitcheo ayer, una vez más, estuvo en la enorme propensión al fly en sus lanzamientos, así como al groundball. Todo ello, claro está, auspiciado en cierta medida por el mejorado nivel defensivo del equipo, hecho que provocó que los Braves no consiguieran más que dos hits en las ocho primeras entradas.
Una lucha desquiciante para los del estado de Georgia, quienes además sufrieron otro HR a manos de Yasmani Grandal, en la parte baja de la quinta entrada, que acabó por reducir sus esperanzas durante este segundo encuentro.
El resto del partido no nos aportó grandes titulares, aunque destacaría el buen hacer del bullpen de los Braves, quienes mantuvieron la distancia en el marcador ante el siempre amenazante poderío al bate de hombres como Machado o Puig. Este último, por cierto, le puso más empeño que precisión en la ofensiva, probablemente fruto de la ansiedad, con un intento de robo de base incluido, que rozó lo ridículo.
Entrada la novena, Kershaw caminó hacia el dugout provocando la ovación de Chavez Ravine, y dejando paso a un Kenley Jansen que nos viene ofreciendo algunas dudas desde hace semanas. En esta ocasión, un solo hit en contra para el de Curazao, y la oportunidad de sellar un triunfo importante que encarrila el paso de los Dodgers hacia las Series de Campeonato de la Liga Nacional. Esta noche, descanso para ambos equipos, mientras las series viajan a Atlanta.