La anotación del béisbol se remonta a los orígenes del mismo, desde mediados del siglo XIX, llevados por la necesidad de registrar lo sucedido jugada a jugada y fue gracias a un cronista de la época, Henry Chadwick, quien formalizó la forma de llevar los juegos y las estadísticas, muchas de ellas aún aplicadas hoy en día.
En cada juego de béisbol, sean ligas profesionales, de aficionados o pequeñas ligas, está la figura del Anotador Oficial, quien es la persona contratada y designada por la respectiva liga para el registro oficial, valga la redundancia, de cada situación del juego. Es quien legisla sobre si un batazo es decretado hit o error, si un lanzamiento fue wild pitch o passed ball, si las carreras permitidas por los lanzadores son limpias o sucias; de ahí que sobre esta persona recaiga cierta presión. Sus ojos deben estar siempre sobre el terreno de juego, no puede permitirse el lujo de distraerse, además de poseer conocimientos y criterios firmes para tomar decisiones en cada jugada.
En el caso de un relator o reportero cubriendo un juego desde el palco de prensa, el saber anotar el juego resulta muy útil e importante: les permite una fuente inmediata y personalizada de información sobre cómo ha transcurrido el partido, una ayuda para describir una jugada al redactar la crónica del día, etc.
Sin embargo, es un arte que cualquier aficionado puede disfrutar. Antes, en los estadios del béisbol organizado se solía ver al público llevando la anotación del juego en hojas regaladas o vendidas en el lugar. Hoy, incluso, existen medios digitales para hacerlo. También, el anotar era un ingrediente adicional al placer de disfrutar un juego de béisbol. Pero para realizar todo lo anterior se necesita, obviamente, saber anotar, y surge la pregunta:
¿Qué se necesita para saber o aprender sobre la anotación del béisbol?
Primero que nada, conocer lo que es una “hoja de anotación”. Si bien no existe un standard, son parecidas en cómo está conformada. Acá par de ejemplos:
¿Cómo se registran las jugadas en la hoja? Se hace mediante una serie de símbolos y/o letras que tampoco tienen un standard y varían desde lo que cada aficionado quiera usar según su parecer, hasta otros más estructurados y formales, como muestra:
Pero la clave de todo recae en el conocimiento de las reglas, sobre todo el apartado 9.00, “El Anotador Oficial”. Esto es lo que en realidad permite que todo lo plasmado en la hoja sea, dentro de lo posible, el reflejo del juego. La mayoría de las personas, aficionados, por ejemplo, plantean las jugadas basados en el “yo creo” y el “me parece”. Sin embargo, quien toma en serio este arte sabe que el amplio conocimiento del reglamento es indispensable.
En cuanto a las decisiones a tomar cuando se anota, existen dos tipos: de reglas y de apreciación.
El primer tipo, como la palabra lo dice, están decretadas en las reglas y, aunque a veces parezcan injustas, deben interpretarse y aplicarse como tal.
El otro tipo, las jugadas de apreciación, si bien es cierto que se basan en el “me parece”, no deben tomarse a la ligera. Esa apreciación debe estar soportada de la misma manera por las reglas.
Descrito todo lo anterior, caben las preguntas: ¿Qué hacemos con la hoja, los símbolos y las reglas? ¿Cómo los usamos? ¿Cómo interpretamos y aplicamos el reglamento? En resumen, ¿cómo se anota un juego de béisbol? Son respuestas algo largas que hay que explicar paso a paso pero que en las próximas semanas serán respondidas. Tal vez sólo quieran anotar los juegos para ustedes mismos, llevar sus registros o, por qué no, hasta trabajar en su liga local donde juegan sus hijos o sus amigos. Si eres periodista y eres asignado a cubrir este apasionante deporte, ya hablamos de un conocimiento casi obligatorio. En cualquier caso, bienvenidos al arte de anotar un juego de béisbol.
Si quieres saber más sobre el tema, os dejamos los capítulos siguientes
¿Cómo se anota? (Primera parte)