Es oficial. Víctor Víctor Mesa y su hermano Víctor Mesa Jr. firmaron como agentes libres internacionales por los Miami Marlins.
El pasado mes de mayo saltaba la noticia de que los hermanos Mesa abandonaban Cuba para buscar su sueño de jugar en las Grandes Ligas. Apenas cinco meses después, ya pertenecen a una organización estadounidense. Los Marlins, con Derek Jeter a la cabeza, pactaron un acuerdo de ligas menores con los jóvenes cubanos. Víctor Víctor recibió un bono de $5.2M, mientras que su hermano pequeño recibió un bono de $1M.
Los hermanos Mesa son hijos del legendario ex jugador Víctor Mesa. El villaclareño era conocido como la ‘Explosión Naranja’ por su tremenda habilidad y rapidez para correr las bases y para batear. Hablamos de uno de los mejores jugadores de la historia en Cuba. Una de las joyas que más brillaban en la mejor época del béisbol cubano. De hecho, su avg de por vida en 19 temporadas fue de .318 y ocupa el segundo puesto histórico en bases robadas con 588. Tras su estelar carrera como jugador, Víctor Mesa se hizo manager. Y aquí es donde comienza el ‘show’. De fuerte carácter, Mesa siempre peleó con periodistas, peloteros, árbitros y Comisión Nacional. Dirigió a su querida Villa Clara y también a Matanzas. Logró formar equipos prodigiosos que arrasaban durante la temporada beisbolera en Cuba. Sin embargo, nunca logró ganar ningún campeonato. En 2016, la última temporada con Matanzas, incluso dejó un ridículo récord de solo 3 derrotas (de 45 partidos) en la fase clasificatoria. Pese a todo y su innegable capacidad de crear buenos equipos, siempre se estrellaba en postemporada. Siendo varias veces subcampeón y tercer clasificado.
Teniendo origen villaclareño su enemistad con los Industriales de La Habana (el gran equipo de Cuba) era más que señalada. Múltiples rifirrafes en su época de jugador y entrenador. Sin embargo, tras abandonar la dirección de Matanzas, se le presentó la oportunidad de dirigir a Industriales. El equipo habanero es el más querido y el más odiado por los cubanos. Mesa nunca fue campeón como manager e Industriales atraviesa una sequía de títulos que ya roza la década. Algo absolutamente inadmisible para el equipo más ganador de Cuba. Se odian, pero se necesitaban. Tras anunciar su retiro al dejar la dirección de Matanzas, Víctor Mesa asumió como director para la campaña 2017-2018. La fórmula se enquistó desde el principio. Con gran parte de la prensa y afición capitalina en contra, Mesa llevó a Industriales hasta las semifinales, pero allí cayó ante Las Tunas en el séptimo partido. Con la serie 3-2 a su favor, perdió los dos últimos encuentros. Incluido un humillante 10-0 final en el definitivo séptimo choque. La aventura acabó demasiado pronto para Víctor Mesa. Nunca más lograría saciar su deuda de conseguir un campeonato desde el dugout.
No se conoce mucho de Víctor Mesa Jr. ya que apenas cuenta con 17 años y únicamente participó en competiciones sub-18 en Cuba. Eso sí, las referencias son bastante buenas ya que en su último torneo dejó un astronómico avg por encima de .400, también fue miembro de la selección cubana sub-15.
Víctor Víctor Mesa, de 22 años, es mucho más conocido en el ambiente beisbolero cubano. Debutó a los 16 años en la Serie Nacional con la provincia de Matanzas y bajo el mando de su padre. Jugó seis temporadas en Cuba. Es necesario aclarar una cosa importante: en el béisbol cubano, los equipos que juegan el máximo nivel representan a sus provincias y juegan con peloteros nativos de la provincia. Por tanto, la identidad regional con el equipo es máxima. Son jugadores de la tierra que representan al equipo de la tierra. Sin embargo, hay excepciones. Por eso Víctor Víctor Mesa jugó bajo la dirección de su padre en Matanzas (bastante lejos de su lugar de nacimiento). De las seis temporadas disputadas jugó cinco con Matanzas y también siguió a su padre en la aventura capitalina de Industriales en su sexta y última campaña en Cuba.
Víctor Víctor es un jardinero central que también puede cubrir las otras dos posiciones exteriores. Batea a la derecha. Es un bateador de contacto y es capaz de encontrar los espacios en la defensa para dirigir allí la pelota. Cubre bastante bien a los corredores en circulación con su bate. No tiene demasiado poder, contrariamente a lo que estamos acostumbrados con los peloteros cubanos que vemos en Estados Unidos (Yuli Gurriel, Pito Abreu o Yoenis Céspedes, entre otros). Su gran valor es el corrido de bases y la defensa. Obviamente, siendo hijo del legendario Víctor Mesa, el arte de correr las bases y robar almohadillas lo lleva en la sangre. En Cuba registró un total de 81 bases robadas en 101 intentos, pasando las 40 en su última temporada con Matanzas. Pulir este arte en Estados Unidos le puede llevar muy lejos. También destaca su defensa en el jardín central. Cubre mucho terreno y lee perfectamente los batazos para llegar lo antes posible al encuentro de la bola. Casi siempre traza la ruta ideal. Además posee un brazo estelar y sus lanzamientos a las bases son bastante espectaculares. En Cuba logró cazar a muchos corredores con su prodigioso brazo.
Víctor Víctor dejó estos números en sus seis temporadas en Cuba (5 con Matanzas y 1 con Industriales):
.272/.328/.371 con 12 HR y 146 RBI. 45 dobles. 15 triples. 185 anotadas. 81BB/172K. 81 robos en 101 intentos.
.308 BAbip
Asimismo, Víctor Víctor también fue seleccionado para representar a Cuba en el Clásico Mundial 2017. No sin polémica, ya que los especialistas se decantaban por Julio Pablo Martínez, otro estelar jardinero que ahora pertenece a los Texas Rangers. Sin embargo, Víctor Víctor hizo un gran papel en el Clásico Mundial y demostró su talento para disipar dudas. Jugó los seis partidos donde participó Cuba, aunque sólo consumió 7 turnos, logrando 3 hits y 3 impulsadas. Dejó buen sabor de boca y quedó la sensación de que debió jugar más.
Ahora se abre el gran interrogante para Víctor Víctor. Deberá trabajar mucho su conocimiento de la zona. Ya en Cuba se ponchaba en exceso y en Estados Unidos encontrará pitchers más veloces. Su disciplina en el plato será clave para su ascenso al gran show. Tiene el talento demostrado de hacer contacto y seleccionar mejor los lanzamientos a los que hará swing será un factor decisivo. Posiblemente no sea un jugador para cambiar el porvenir de una franquicia, pero sí es un jugador para especializarse y ser importante. Se proyecta como un gran primer bate y en esta época ser un primer bate especialista está muy cotizado. Como dijo el Presidente de Operaciones Beisbolísticas de los Chicago Cubs, Theo Epstein: «tener un primer bate exclusivo es un lujo».
También deberá solucionar la cuestión paterna. Víctor Víctor, que llevará el dorsal 32 de su padre, siempre jugó bajo las órdenes de su progenitor, aunque posiblemente eso no siempre fue positivo para él. Es bien recordado en Cuba como su padre muchas veces le ponía como tercer bate en Matanzas, cargándole con la presión de traer las carreras al plato. Si se acostumbra a eso, quizá sea una liberación tener una ubicación más real y cercana a sus características como jugador en el lineup.
Otro gran punto negativo es su tiempo inactivo. No terminó la temporada con Industriales por lesión y cuando empiece la pretemporada en Estados Unidos llevará prácticamente un año y medio sin disputar un encuentro oficial. La lógica dice que Miami lo moldeará y le permitirá foguearse en las menores antes de dar el salto al máximo nivel.
Pese a todo, Víctor Víctor está en la franquicia ideal para él. Durante estos años se le vio mucho por Miami y es una ciudad cercana a su país y con una gran comunidad cubana. Por tanto, no debería tener problemas de adaptación. Además, el plan ‘Wolverine’ que tiene en marcha Jeter con los Marlins le permitirá ascender rápidamente si es capaz de responder. Tras la liquidación de jugadores en la anterior off-season y observar como los Marlins han ido permitiendo el debut de muchas promesas, hace creer que el camino no será tan espinoso para el talentoso cubano. Ya solo queda esperar y que el terreno de juego decida si los Mesa realmente pueden dejar huella en el mejor béisbol del planeta.