Atlanta Braves repiten formula este año. Si algo funciona no hay por qué cambiarlo. Otra vez de menos a más de manera fulgurante. Y esta vez con el añadido de hacer más de cien victorias, cosa que hacía veinte años que no se veía en Georgia. El record desde junio que se han marcado (77-32) solo lo superan los Dodgers. Anoche barrieron una serie de tres a los Mets que les pone en bandeja el título de división por quinto año consecutivo. Será la mayor remontada en la clasificación de la franquicia, ya que en junio estaban a diez partidos y medio del liderato.
Muchas veces decimos aquello de que los Mets son los Mets. Nos gusta etiquetar a los equipos con esa vitola de perdedores. En todas las ligas hay alguien al que le adjudican el dudoso honor. Y si es verdad que los de New York han tenido épocas tristes, pero es indudable que ahora cuentan con un roster envidiable y un plan de futuro muy interesante. La serie de este fin de semana pasado no es fruto de ninguna maldición. Los Braves son los Braves y son ellos los que han hecho algo increíble.
Todo culminó con esa flyball de Jeff Mcneil al rightfield. Ronald Acuna Jr. recogía fácil en el warning track y explotaba con el puño hacía el suelo, media vuelta y golpe al muro. Blooper salía bandera en mano al campo y los Braves ganaban el tercero con el cuadragésimo salvamento de Kenley Jansen. Solo Kimbrel y Smoltz han llegado a tales cotas en Atlanta.
Si «solo» hubieran ganado a Mets dos de los tres partidos, la situación habría seguido de cara para los de Queens, con el enfrentamiento entre ambos a favor. Lo cual deja claro que el histórico de esta temporada estaba muy desequilibrado del lado de los Mets. Había que ganar los tres encuentros. Contra Jacob deGrom, Max Scherzer y Chris Bassitt. ¿Cuántos habríais apostado por ello?
No puedo saberlo con seguridad, pero yo tengo la sensación de que los Braves, a pesar de ser los vigentes campeones, no tienen el reconcomiendo que merecen. Como si estuvieran últimamente en una racha de suerte. Sobre todo, más que como equipo, individualmente. La rotación de Atlanta no tiene ese eco que tienen otras, no impone ese miedo y sin embargo la realidad es otra. La ERA de Max Fried, las 21 victorias de Kyle Wright o los strikeouts de Spencer Strider no los tienen todos los equipos.
Y con los jugadores de campo pasa igual. Matt Olson y Dansby Swanson han hecho un homerun en cada uno de los tres partidos. Olson lleva cuatro consecutivos igualando su racha de los buenos tiempos en Athletics. Swanson es un jugador completo y alma del club. Su espíritu competitivo le hace ser uno de los mejores shortstops de la liga y si contáramos los intangibles yo creo que el mejor. Es agente libre el año que viene y debería ser la primera prioridad del equipo este invierno. El manager Brian Snitker se deshacía en elogios para sus jugadores, en especial con su bullpen, es una delicia ser testigo de estos gestos.
Y ahora vienen los playoffs. Solo les hace falta ganar uno más en la serie final en Miami. Con toda probabilidad los Braves se saltan esta nueva Wildcard al mejor de tres y se ganan un merecido descanso. Además, se evitan un enfrentamiento temprano contra los cocos de la Nacional. En la otra cara de la moneda, los Mets se verán forzados a jugarla contra los Padres con presumible poco descanso para sus abridores estrella y, si pasan, visitarán a los Dodgers.