A priori era la serie más interesante de la Liga Nacional. Se enfrentaban los dos mejores equipos de la temporada regular que solo por el beneficio que otorga ser campeón de división llevó a los de San Diego a acabar con el seed 4 y tener que ir por el mismo lado del cuadro de los angelinos. Si analizamos las ofensivas de los dos equipos hay que reconocer que no hay mucha diferencia entre ambas. Por una parte tenemos a Mookie Betts, Cody Bellinger, Corey Seager o Justin Turner del lado de los Dodgers, pero en los Padres tenemos a auténticos cañoneros como Manny Machado, Fernando Tatis Jr., Eric Hosmer o Wil Myers. Esto hacía presagiar un auténtico duelo de pegadores en el que el más efectivo se podría acabar llevando la serie.
Pero la diferencia entre los dos equipos estaba en el montículo. Con Mike Clevinger y Dinelson Lamet lesionados y con un Chris Paddack que este año no está en sus mejores momentos, la ventaja era muy clara para los de Chavez Ravine, que además presentaban un bullpen de muchos quilates para suplir cualquier desmayo de los abridores. Y al final esa ha sido la clave que ha desnivelado la balanza a favor de los Dodgers.
Partido 1: Dodgers 5 – Padres 1
Sorprendían los Padres con la inclusión casi a última hora de Mike Clevinger como abridor del primer encuentro de la serie. Se sabía que no estaba al 100%, pero seguramente el servicio médico consideró que sí lo estaba lo suficiente como para encargarse de realizar 3 o 4 entradas de calidad y que luego fueran los relevistas los que cerraran el partido. Además Walker Buehler había mostrado algún síntoma de debilidad en sus últimas aperturas así que los Padres se la jugaron… y les salió fatal.
Clevinger tan solo pudo estar una entrada sobre el montículo. Tras dos lanzamientos en la segunda, el cuerpo técnico se dio cuenta de que su velocidad y su control eran muy deficientes y que las posibilidades de que esto les trajera problemas eran cada vez mayores, así que le retiraron del partido (y de la serie al día siguiente) para dar paso al bullpen, mientras los Dodgers seguían con el plan establecido, aunque con un Buehler que tuvo algún que otro momento delicado, como en la segunda entrada cuando llenó las bases con un solo eliminado, aunque lo solventó con dos ponches consecutivos (de los ocho que recetó en solo cuatro entradas) para salir del apuro.
En la cuarta entrada los Padres consiguieron finalmente adelantarse para forzar a los angelinos a remontar el encuentro, algo que iba a ser una constante en esta serie. Los Dodgers sentaron a Buehler para sacar a otro abridor, Dustin May, cuyos misiles a 100 mph hicieron casi imposible que los rivales consiguieran batear. Un “pitcheo salvaje” de Garret Richards y un error en el pase a 1B en la quinta entrada fue todo lo que necesitaron los Dodgers para igualar el encuentro.
A partir de ese momento todo quedaba en manos del bullpen de los dos equipos, y ahí el de los Padres mostró su debilidad. Los angelinos se desataron en la sexta entrada y castigaron la fragilidad de los relevistas del equipo del sur de California con un hit tras otro para acabar sumando hasta cuatro carreras que serían definitivas para el devenir del encuentro. Entre Victor Gonzalez, Blake Treinen y Kenley Jansen se encargaron de cerrar el partido para darle a los Dodgers la primera victoria de la serie.
Partido 2: Dodgers 6 – Padres 5
El segundo encuentro de la serie mandaba al montículo a dos de los mejores lanzadores de la liga regular. Por los Padres se subía Zach Davies, que ha terminado con una ERA de 2.73, mientras que por los Dodgers lo hacía Clayton Kershaw, el mejor lanzador de toda esta generación, que con una ERA de 2.16 (la mejor de los últimos cinco años) volvía a la lomita tras su exhibición ante los Brewers. Y aunque el ataque de los Padres es muy superior al de los cerveceros, el texano volvió a dominar a sus rivales y tan solo dos jonrones solitarios en la sexta entrada empañaron una actuación que había sido brillante y que había permitido a su equipo volver a llegar al tramo final del encuentro en clara ventaja.
Y eso que los Padres habían conseguido adelantarse de nuevo en el marcador, pero los bates de los Dodgers, de nuevo comandados por un Mookie Betts que parece estar en su mejor momento, se encargaron de dar la vuelta al encuentro en una cuarta entrada en la que Seager, Muncy y Bellinger batearon para sumar cuatro carreras que ponían por delante a los de Chavez Ravine.
El propio Cody Bellinger fue uno de los grandes protagonistas del encuentro cuando, en la séptima entrada, le robó literalmente un jonrón a Fernando Tatis que prácticamente ya se cantaba pero que el hoy jardinero central de los Dodgers embolsó en su guante cuando la bola casi se perdía ya por detrás de la valla. Sin duda una jugada que podría haber significado dos carreras para los frailes que le hubieran dado la vuelta al marcador. Por cierto que esta jugada hizo que Brusdar Graterol protagonizara un pequeño incidente con el banquillo de los Padres, al que no pareció gustarle su celebración en demasía, y que el venezolano zanjó lanzándoles un beso de despedida. Afortunadamente la cosa no pasó a mayores.
Llegábamos a la última y definitiva entrada con el equipo de Los Angeles en cabeza con tres carreras de ventaja. Parecía el guion perfecto para que Kenley Jansen saliese a cerrar el partido y sumar la segunda victoria de la serie. Pero está claro que Jansen ya no es el de antaño y en este partido sufrió más de la cuenta. Cedió dos carreras y la situación se complicó para los Dodgers.
En ese momento Dave Roberts tomó una decisión arriesgada pero valiente, y fue sentar al curazoleño para poner en su lugar a Joe Kelly, el nuevo héroe de la parroquia angelina, para enfrentarse a lo más selecto de la rotación de San Diego. Y eso que fácil no lo tuvo, porque primero caminó a Tatis y luego hizo lo propio con Machado para llenar las bases, pero finalmente consiguió forzar un mal golpeo de Hosmer que supuso su eliminación y la victoria para los Dodgers. Sufriendo, y mucho, los angelinos sumaban la segunda victoria de la serie.
Partido 3: Dodgers 12 – Padres 3
Sin duda este fue el partido más plácido de los tres que se jugaron. Quizás la moral de los Padres no estaba muy alta tras haber rozado la victoria el día anterior y ver como se les escapaba casi entre los dedos y puede que eso les afectara a la hora de jugar este encuentro. Además Roberts sorprendió al poner como abridor al diestro Dustin May, que venía de lanzar un par de innings en el partido inaugural. Esta vez duró aún menos porque solo estuvo una entrada en la lomita, para subir luego a los zurdos Adam Kolarek y Julio Urias, lo que forzó al manager de los Padres a hacer varios cambios en su línea de bateo ya en las primeras entradas.
A pesar de adelantarse los Dodgers, los de San Diego una vez más consiguieron dos carreras que les ponían otra vez en ventaja en el marcador. Fue ahí cuando apareció la figura del mexicano Urías, que durante cinco inmaculadas entradas fue eliminando bateador tras bateador mientras los Padres revolvían en su bullpen tratando de encontrar una solución a la sangría de carreras que les empezaban a caer; cinco en la tercera, otra en la cuarta, una más en la quinta para rematar con otras cuatro en la novena entrada que dejaba ya el partido visto para sentencia.
Al final victoria por 12-3 en el que seguramente fue el partido más cómodo para los Dodgers de una serie que estuvo mucho más igualada de lo que el resultado final parece mostrar y que se decidió por pequeños detalles, como el mejor cuerpo de abridores y bullpen de Los Angeles. Pero mucho ojo a estos Padres porque puede que con tan solo un par de refuerzos esten en condiciones de asaltar el trono que de forma tiránica mantienen sus vecinos del norte en la división oeste de la Liga Nacional.
Los Angeles Dodgers alcanzan las series de campeonato por cuarta vez en los últimos cinco años. Ante ellos unos Atlanta Braves que también liquidaron su serie por la vía rápida y que han demostrado tener tan buena rotación y pitcheo abridor como los angelinos. Se nos viene una serie de campeonato realmente apasionante y me atrevería a decir que muy igualada. Y una vez que hemos llegado hasta aquí no tengo ninguna duda de que los dos equipos van a ir a por todas. En juego una plaza en las Series Mundiales del coronavirus.