Gracias otra vez a dos home runs de Kike Hernández y Cody Bellinger, Los Angeles Dodgers ganaron ayer 4-3 a Atlanta Braves, para remontar el partido, la serie y si los dejan, el Mississippi también. Fueron el mejor equipo de la regular y aunque se lo han puesto complicado, han sabido seguir adelante. Los de Chavez Ravine, tienen la sensación de que acumulan cuentas pendientes, y este año puede ser el perfecto para zanjarlas. Había aún un muro que separaba Berlin la última vez que los Dodgers ganaron las Series Mundiales. Va siendo hora, después de ser campeón de división los últimos ocho años, de rematar la jugada.
28 a 3. De cada 31 veces que un equipo se ha puesto 2 juegos a 0 en un eliminatoria, 28 veces ha acabado ganadola. Esas son las estadísticas que se habían ganado a pulso los Braves. Otros que llevan un tiempito sin ver de cerca un anillo. Con todos los problemas que han tenido esta temporada, consiguieron ponerse con el viento a favor, para luego tirarlo todo por la borda.
Y en el séptimo partido pasó lo mismo. El séptimo es un condensed de la serie. Los Braves se pusieron por delante 2 a 0, con un cuadrangular del hombre de la casa, Dansby Swanson. Will Smith, ese chavalín que parece una mosquita muerta, empató el partido. Y no es la primera vez que él es el punto de inflexión en un partido de la serie. Su bate y el guante de Mookie Betts han dado la vuelta a varios de los partidos, sobre todo anímicamente. En la cuarta entrada Austin Riley puso de nuevo a Braves por delante. Pero justo después, con un doble play que explica brevemente cómo no se deben correr las bases, el partido se fue rodando por la ladera. Kike en la sexta y Bellinger en la séptima, pusieron el 4 a 3 y los Braves no consiguieron hacer nada más.
Corey Seager, excepcional durante los siete partidos, se lleva el justo premio al MVP de la serie de campeonato. Lo cierto es, que incluso en los partidos que perdieron, el equipo estuvo a gran altura en defensa. Y el ataque, en algunos juegos tuvieron menos suerte, y en otros como el tercero, la rompieron. Pero en general, no ha sido un golpe de fortuna, se lo han trabajado y sobre todo, no han bajado los brazos. Y eso se evidencia simplemente en el resultado. Los Yankees no pudieron, los Astros tampoco, pero los Dodgers si que culminaron remontada. Con la serie 3-1 en contra, encontraron las fuerzas para darle la vuelta. Solo por eso, hay que quitarse el sombrero.
Se acaba el año para los Braves. Y no me creo las típicas palabras de los integrantes en la rueda de prensa: Esto es el principio de algo, bla bla bla. Lo han tenido en la mano y lo han dejado escapar. Otra decepción a coleccionar en la estanteria. Es un gran equipo de gente joven, los he visto darlo todo, pero no es posible que estén durante un largo recorrido a la altura de los mejores. Este año, con todos los problemas que ha habido en la rotación, el front office no han querido mover ficha, no han apostado por el equipo. No me extrañaría que a la propia directiva le haya sorprendido ver al club llegar tan lejos. De saberlo, seguro que le hubieran ayudado a tiempo. No es facil llegar a la final con tres pitchers que acaban de hacer la comunión y completar la rotación con el bullpen.
Es un año distinto, un año extraño. Sin embargo, estas series, sobre todo estas de campeonato, han parecido iguales a las de cualquier otro año. Menos gente en la grada, pero por lo demás, no ha faltado emoción ni calidad en los equipos. No le resto ni un ápice de valor a lo que han conseguido los Dodgers. Ahora llega el gran show, llegan las World Series. Que siga el espectáculo.