Los Houston Astros son un equipo bien armado y organizado, con la experiencia de jugar postemporada y llegar lejos repetidamente en los últimos cinco años. Han sido claramente el mejor equipo de la Americana de los últimos tiempos. Es muy difícil mantenerse arriba como han hecho ellos, a pesar del paso del tiempo y de los inevitables cambios de cromos, pero los Astros lo han conseguido y por eso son los favoritos. Sin embargo, los Phillies están empeñados en romper el guion. Da igual que tengan menos herramientas, menos fondo de armario y hayan demostrado con asiduidad tener lagunas defensivas. Estos playoffs los Phillies no han dejado asomar sus defectos y han propulsado sus virtudes y anoche lo volvieron a repetir dejando a cero a los Astros y realizando un gran despliegue ofensivo ante más de cuarenta mil testigos en el Citizens Ball Park.
Bryce Harper se ha convertido en el protagonista principal, la cámara le busca en el dugout porque cuando está en el campo es el líder del equipo. El home run de dos carreras en la primera entrada ante Lance McCullers Jr. fue el espoletazo que necesitaban. Cómo dice Thomson, el bateo es contagioso y se necesita alguien que marque el camino. Una de las imágenes que quedará para el recuerdo son esos consejos de boca a oreja de Bryce Harper a sus compañeros. Especialmente a Alec Bohm, que volvía a cazar otra de McCullers para el tres a cero en la segunda entrada. Es como si Harper hubiera descodificado al pitcher de Astros y le diera los códigos a sus soldados en la trinchera. Antes de acabar la entrada, Brandon Marsh añadía una carrera más a la cuenta con otro cuadrangular solitario.
Mientras tanto, el venezolano Ranger Suárez que abría en lugar del anunciado Syndergaard, maniataba a la ofensiva de Houston con su sinker y a base de defender rodados. La menospreciada defensa de Philadelphia fue sólida. Incluida otra vez una atrapada excelente de Castellanos, que ya lleva unas cuantas y parece como si ahora fuera un golden glover.
Y ese es el secreto, ya sabemos que el equipo de lanzadores de Phillies tiene sus limitaciones. Pero Suárez ha sido capaz de lanzar en relevo en el primer partido y lanzar cinco entradas sin permitir carreras en el tercero. Si la defensa no comete fallos y las pocas armas desde el montículo triunfan sin necesitar recambio, queda vía libre para que el poder ofensivo decida el partido. Los Phillies están escondiendo brillantemente sus defectos y potenciando sus virtudes. El underdog se está comiendo al perro grande.
En la quinta hubo un atisbo de resurgimiento tejano. Con dos eliminados, Suárez concede su primera base por bolas y cede un sencillo ante Martín Maldonado. El primer bate sube al cajón para intentar cambiar el marcador de Astros. Sin embargo, está vez la estrategia de hacer swing al primer lanzamiento no funcionó, José Altuve se metió debajo de la bola y el primera de los Phillies atrapa fácil un globo a zona de foul. Eso fue el highlight ofensivo de Houston. No acertaron a hacer nada más. En la parte baja además les dejaron las cosas claras con otros dos homers en contra para un marcador final de 7 a 0. Festival de cuadrangulares en Philadelphia. Baker mantuvo a McCullers en el campo encajando los cinco que consiguieron los locales. No hubo más partido. La ciudad del amor fraternal llevaba mucho tiempo esperando por volver a vivir el mes de octubre y anoche está claro que disfrutaron de lo lindo.