Tercera victoria consecutiva de los Tampa Bay Rays ante los Houston Astros por 5 a 2 y que les coloca a milímetros de conseguir su segundo acceso en su historia a las World Series tras la de 2008, donde cayeron por 4-1 ante los Phillies de Philadelphia. Aquel equipo estaba liderado en el banco por el ahora mítico Joe Maddon (entrenador de los Cubs de 2016 que rompían su sequía) y contaba con brazos como Matt Garza, James Shields o el novato David Price y bates como Evan Longoria, Ben Zobrist, Carl Crawford o B.J. Upton. El equipo actual carece de grandes estrellas, pero cuenta con un equipo muy equilibrado y en el que todo el mundo aporta.
Si ayer hablaba, tras la victoria de los Rays en el segundo partido, de la extraordinaria defensa de todo el infield de los de Tampa, parece que los jardineros de los Rays se han picado y han decidido llevarse toda la atención del tercer partido. Y demostrando que, si los Rays no cuentan con la mejor defensa de la liga, poco le faltará.
La primera entrada contaría con el primer HR del partido de manos de uno de los infaustos protagonistas de la serie, José Altuve. Pero la tendencia se empezaba a mostrar con una tremenda atrapada de Kevin Kiermaier robando otro HR a Alex Bregman.
En el tercero, el talentoso defensor de los Rays volvía a lucirse ya que, con Yarbrough en apuros tras un golpe a Bregman y tener 2 corredores en base, hacía otra extraordinaria captura que cerraba la entrada evitando causar más daño al lanzador zurdo.
Mientras, el mexicano Jose Urquidy, sin grandes alardes, iba haciendo su trabajo hasta que llegó la sexta entrada, decisiva en el partido y, seguramente, en la eliminatoria.
Randy Arozarena, inmenso de nuevo al bate, hacía un single y lo que debería haber sido una doble eliminación por un ground ball de Brandon Lowe se convertía en otro error de Jose Altuve al lanzar a segunda base y provocaba que se quedaran con 0 eliminados y 2 corredores en base.
Curioso lo del segunda base venezolano. Siempre ha sido un extraordinario defensor pero la eliminatoria que lleva es horrenda. Y eso que el primer error del segundo partido, el previo al HR de Manuel Margot, yo creo que Yuli Gurriel en primera base podría haber hecho más. De hecho, mi sensación es que, si Choi hubiera sido el receptor en primera base de su lanzamiento, se le hubiera eliminado.
De nuevo, este error hizo mella en los Astros y lo que podía haber sido una entrada plácida se convirtió en una pesadilla. Enolis Paredes sustituía a Urquidy, quizá de forma precipitada (llevaba sólo 75 lanzamientos y estaba haciendo bien su trabajo) y primero Wendle y después dos HBP (Hit by a pitch) consecutivos a Kiermaier y Adames más un doble con 2 RBIs de Hunter Renfroe, bateador de reemplazo de Cash, ponían un 5-1 que sería como una daga en el corazón de los de Houston.
Otro hecho significativo de esta entrada fue la base por bolas intencionada que se le da a Randy Arozarena para lanzar a Brandon Lowe, la estrella del equipo en la ofensiva durante la temporada regular. Algo que demuestra el terror que está dejando el bateador novato cubano en los equipos contrarios. Una de las más memorables actuaciones de un rookie en unos playoffs en toda la historia.
La séptima entrada contaría con el tercer highlight del partido en cuanto a defensa del outfield ya que, con un corredor en base, Hunter Renfroe se lucía con otra gran atrapada ante un bateo de Springer. Curioso lo de Renfroe, ya que ha sido quizá el gran damnificado ante la irrupción del novato Arozarena y eso que la franquicia apostó muy fuerte por él mandando a una de sus estrellas del año pasado, Tommy Pham, a los Padres. Qué importante está siendo la profundidad del banquillo. Las aportaciones esporádicas de Michael Perez, Mike Brosseau y, ayer, Hunter Renfroe están siendo decisivas.
De nuevo, y como en el partido anterior, el cierre del partido fue de todo menos plácido. Con un solo out, Diego Castillo, excepcional en relevos anteriores, salía a cerrar el partido y concedía dos bases por bolas consecutivas para sembrar de nuevo la zozobra. 2 bateadores, nada más y nada menos que Altuve y Brantley, los dos que habían bateado HR en el partido, aguardaban y podían igualar el partido. Sin embargo, Castillo lograba eliminar por SO al venezolano y Brantley era eliminado por un batazo al jardín central.
Sólo en una ocasión un equipo ha logrado sobreponerse a un 0-3. Creo que muchos lo recordarán. Por el año y por los contendientes. Era 2004 y los Yankees ganaban 3-0 a los Red Sox en las series por la Liga Americana. El resto es historia. Los Red Sox lograban remontar y, posteriormente, ganaban las World Series acabando con la mítica Maldición del Bambino. Se antoja complicada la hazaña. Sin ir más lejos, hoy se avecina un duelo estelar entre el espigado Tyler Glasnow y el renqueante Zack Greinke.