Hoy hablaremos de Mark McGwire, el hombre que terminó con el récord de Home Runs de Roger Maris, y con una carrera marcada por la época de los Esteroides.
Así que, estoy encontrando información, estoy escribiendo dos tipos de ensayos para este proyecto de los 100 mejores jugadores de la historia del béisbol. El primer tipo de ensayo narra la historia del jugador, lo que lo hizo especial, lo que lo hizo divertido, lo que lo hizo inolvidable. En el segundo tipo de ensayo, paso la mayor parte del tiempo explicando POR QUÉ puse al jugador en mi Top 100, porqué lo clasifiqué en este lugar en particular.
El primer tipo de ensayo es mucho más divertido de escribir.
La mayoría de la gente probablemente está de acuerdo en que Mark McGwire estaría en el Salón de la Fama si hubiera sido exactamente el mismo jugador, pero sin usar esteroides. Supongo que es obvio e ilógico (¿podría haber sido el mismo tipo de jugador sin esteroides?). Pero hablo de este punto porque, como está en los libros registrado, Mark McGwire fue el bateador de Home Runs más prolífico de la historia del juego.
No, por supuesto, él no golpeó el mayor número de Home Runs. Sólo bateó la tasa más alta. Mark McGwire consiguió Home Run una vez cada 10.6 turnos al bate. Esa tasa es más alta que la de Babe Ruth, más alta que la de Barry Bonds, más alta que Ralph Kiner o Harmon Killebrew o Ted Williams o cualquier otra persona. No es sólo la más alta de todos los jugadores, es mucho más alto que de la del resto de jugadores. Ruth es el segundo, promediando un Home Run por cada 11.7 turnos al bate.
Por 500 turnos al bate, Ruth promedió 43 jonrones.
Por 500 turnos al bate, Mark McGwire promedió 47 jonrones.
Como digo, no muy cerca.

McGwire, sin embargo, usó esteroides que invalida (o, ciertamente, profundamente devalúa) su juego a los ojos de la mayoría de los votantes del Hall Of Fame. Su primer año en la votación, recibió sólo el 23,5% de los votos y se mantuvo en ese porcentaje durante cuatro años. Desde entonces, ha admitido el uso de esteroides, se disculpó por ello, volvió como entrenador de bateo y trató de enmendarlo hablando en contra de las drogas que mejoran el rendimiento. Esto realmente ha llevado a su porcentaje a la baja -es ahora del 16,9%- y como la votación se está volviendo más y más disputada, yo diría que probablemente desaparecerá de la votación en poco tiempo.
He escrito mucho acerca de Mark McGwire, los motivos por qué creo que debería estar en el Salón de la Fama, por qué creo que su disculpa fue sincera, por qué creo que el uso de esteroides antes de existir los test de dopaje debería ser visto en una forma diferente al uso de esteroides que hay ahora. Algunos están de acuerdo. Muchos no lo están. Ese no es el punto aquí. El punto de esta lista es clasificar a mis 100 mejores jugadores de béisbol. Mark McGwire es uno de esos.
Podéis recordar que Mark McGwire, a finales de 1980 y principios de 1990, pasó por un tramo de tres años, donde cosechó horribles promedios de bateo. Para ser exactos, golpeó .231, .235 y .201. Fue All-Star durante los tres años, era divertido, pero era básicamente un bateador del estilo de Adam Dunn. Consiguió un Home Run. Un Walk. Resopló. Cuando las lesiones se amontonaron, ni siquiera regresó a casa. En 1991, su Slugging no llegó a 400. Era un mediocre Primera Base (aunque ganó un guante de oro en 1990) y no podía correr sin sacar la lengua, y existía la sensación de que tal vez dejaría de jugar en las Grandes Ligas.
McGwire dice que estar tan cerca del precipicio le obligó a demoler y reenfocar el estilo a la hora de batear. Él insiste en que si miras la forma en que bateó en sus primeros años (y, recuerda, McGwire consiguió 49 Home Runs como Rookie), no es nada parecida a la forma en que bateó desde mediados de 1990 en adelante. Él te puede contar todos los detalles si estás interesado, pero también es consciente de que la mayoría de la gente no está interesada. La mayoría piensa que tomó esteroides, con eso se puso mucho más fuerte y, sobre todo, eso fue lo que lo convirtió en la máquina de batear Home Runs. Se le nota que está cansado de pelear. Se está resignando a que la gente crea lo que quiere creer.
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En 1992, su promedio de bateo aumentó 67 puntos, su porcentaje de slugging aumentó más de 200 (lideró la liga en slugging y OPS +), y consiguió 42 jonrones. Luego, pasó por dos años con propensión a lesiones, y estos fueron los años en los que dijo que tomó esteroides para poder volver a jugar. Una vez más, algunos le creen, otros no. Lo que es innegable es que cuando se puso saludable, golpeó Home Runs como nadie los había conseguido antes.
En 1995, bateó 39 cuadrangulares en 317 turnos al bate. Eso es uno cada 8.1 At Bats. No jugó bastantes turnos para que su estadística fuera tomada en cuenta, pero si lo hubiera hecho, habría sido el porcentaje más alto de cuadrangulares en la historia del béisbol.
En 1996, bateó 52 cuadrangulares en 423 turnos al bate. Eso es también uno cada 8.1 At Bats. Que tenía los suficientes At Bat para ser tomado en cuenta, y por lo que se convirtió en el récord de porcentajes de Home Runs por At Bat en una sola temporada.
En 1997, bateó 58 jonrones en 540 turnos al bate. Eso fue un Home Run por cada 9.3 al bate … una gota. Era la temporada con un mayor porcentaje de Home Run por At Bat, tras la suya y Babe Ruth en 1927 y Babe Ruth en 1921.
Entonces en 1998, puede que lo recuerdes, él golpeó 70 Home Runs en 509 turnos al bate, que era uno por 7.3 At Bat, que era oficialmente una marca estratosférica.
No eran Home Runs normales. En su mayoría eran titanes, elevados, bombas majestuosas -Home Runs que se acercaban a los 500 pies – el tipo de Home Runs que incluso los pitchers sentían un orgullo perverso.
Sería difícil describir la temporada de 1998 de Mark McGwire a gente que no la vivió. Cada juego era un espectáculo. Comenzaba en la práctica de bateo. La gente se reuniría sólo para ver a McGwire batear Home Runs en la práctica de bateo. Había miles y miles de personas en las gradas únicamente mirando como golpeaba bolas fuera del campo. Entonces, durante el juego, el rugido comenzaba cuando Mark McGwire caminaba hacia el plato. Cualquier partido. Estaba luchando con Sammy Sosa por el récord de Home Runs, y fue uno de esos raros duelos en los que los aficionados apoyaban a ambos jugadores -uno de los Cardinals y otro de los Cubs– y fue un espectáculo asombroso. Pensé que McGwire, en particular, era un jugador menor de béisbol en 1998 (los Cardinals no eran buenos), era más un gran mago de los años 1900 – Harry Houdini o Howard Thurston – que venían a tu ciudad y realizaban milagros.
A McGwire no le gustaba, claramente, ser el mago que estaba en el centro de atención. Es un hombre taciturno cuando no está cerca de sus amigos, y no le gustaba la atención de los medios de comunicación, no le gustaba la presión de golpear Home Runs cuando empezaba la práctica de bateo, no le gustaba la forma en que se le trataba. Pero no podía hacer mucho al respecto, aparte de quejarse un poco, que es lo que hizo. El béisbol había padecido esa espiral de muerte que se inició en la huelga de 1994. Los cuadrangulares de McGwire y Sosa devolvieron el juego a las primeras páginas.
Un año después de batear 70 Home Runs, McGwire bateó 65 en 521 turnos al bate, uno por cada ocho turnos de bateo. Supongo que ese fue el año en que la magia empezó a largarse. Casi todo el mundo estaba bastante feliz con la fiesta de 1998, pero en algún momento las historias terminan y todo el mundo se queda con la copa y la resaca. Demasiadas personas estaban golpeando los Home Runs. Demasiados músculos estaban hinchados. Cuando Barry Bonds entró en el juego -bueno, en primer lugar, a nadie le gustaba Barry Bonds-. Hubo una gran reacción. Hubo una audiencia en el Congreso. Hubo… bueno, ya sabes toda esa historia.
Mark McGwire fue herido en 2000 -todavía consiguió 32 HR en 236 At Bat- y todo terminó en 2001.
McGwire ha dicho que la cosa más grande que le hicieron los esteroides fue permitirle estar sano y jugar al béisbol. La gente tiende a burlarse de eso -y ciertamente no quiero subestimar la fuerza que los esteroides le ayudaron a construirse-, pero no sé si su punto de defensa ha sido justamente valorado. Creo que a McGwire lo podemos comparar muy bien con, por ejemplo, Harmon Killebrew. Ambos eran hombres extremadamente fuertes que no podían correr, no eran muy buenos en defensa, golpeaban bastante (y tenían promedios de bateo relativamente bajos debido a ello), caminaban mucho (y tuvieron altos OBP debido a esto), y golpearon un montón de Home Runs.
Killebrew, sin embargo, fue capaz de permanecer en el lineup de su equipo. Técnicamente jugó 22 años en las Grandes Ligas, pero fueron 12 temporadas en las que llegó a 500 apariciones en el plato- y en esas 12 temporadas bateó 488 de sus 573 Home Runs.
McGwire, incluso con esteroides, consiguió en sólo 10 temporadas 500 o más apariciones en el plato. Otros dicen, que sin la fuerza que le dieron los esteroides, los números de McGwire de Home Runs correrían mucho más paralelos a los de Killebrew. Él habría conseguido 50 Home Runs en lugar de 70, batear 45 Home Runs en lugar de 65. Tal vez eso sea cierto. Pero, ¿lo habría conseguido las suficientes veces como para tener una carrera similar a la de Killebrew?
Estas son cosas que nunca sabremos. El caso del Salón de la Fama de McGwire parece ahora perdido. Y supongo que la gente va a estar discutiendo la autenticidad de sus Home Runs durante los próximos años. Pero, para la clasificación de los 100 mejores jugadores de la historia del béisbol, puedo decir esto: Él fue el mejor bateador de Home Runs que he visto.