“A veces”, me dijo una vez Monte Irvin, “pensaba: Nadie me ve cuando juego realmente bien. Intenté no pensar en eso. Pero a veces no puedes evitarlo.”
Estábamos sentados en un estadio con Buck O’Neil, y lo que recuerdo es la forma en que Buck estaba mirando a su viejo amigo. Buck, de alguna manera, había superado su amargura. Había encontrado una manera de mirar hacia atrás hacia el momento en el que se le impidió jugar, luego levantarse y dirigir en las Grandes Ligas … y cuando ves así las cosas es más fácil sonreir. “Nací justo a tiempo”, solía decir. Este tipo de triunfo sobre el veneno del pasado fue su regalo. En un momento, los dos hombres estaban hablando de los autobuses de las Ligas Negras, e Irvin estaba recordando los años, los baches y los destrozos de esos autobuses. Buck, mientras tanto, los recordaba como paseos de lujo.
Monte Irvin admitiría que no podía ver los años pasados como lo hacia Buck.
Por otra parte, Buck O’Neil admitiría que no era el jugador de béisbol que Monte Irvin había sido.
Tal vez nadie lo fue.
Una forma de explicar que buenos eran los jugadores de las Ligas Negras es mirar los primeros días de la integración del béisbol. En los primeros años de integración, solo en los primeros años, Jackie Robinson, Larry Doby, Don Newcombe, Roy Campanella, Minnie Minoso, Satchel Paige, Willie Mays, Henry Aaron, Ernie Banks y Elston Howard vinieron de las Ligas Negras. . Nunca ha habido una afluencia de talento como ese. Nunca. Cualquier observación razonable de la lista de los mejores jugadores de todos los tiempos no debería dejar ninguna duda de lo buenas que eran las estrellas de la Liga Negra en los años previos a que Jackie Robinson cruzara la línea.
Cuando tenía 17 años, Irvin era un fenómeno atlético en el East Orange High School en Nueva Jersey. Jugó cuatro deportes, todos brillantemente, pero especialmente el béisbol. Uno de sus maestros escribió al propietario de los New York Giants, Horace Stoneham. “Tenemos un jugador aquí”, escribió la maestra, “ni siquiera lo creeríais”.
Stoneham era todavía un hombre joven, todavía algo idealista, esto fue antes de trasladar a los Giants a San Francisco y se volverse un personaje detestable para la gente de Nueva York, y envió al menos dos scouts para ver jugar a Monte Irvin. Años más tarde, Irvin le preguntaría a Stoneham qué dijeron los scouts. “Me dijeron”, dijo Stoneham con tristeza, “que eras el próximo Joe DiMaggio“.
Esto fue en 1938. Stoneham, como algunos otros propietarios y ejecutivos, caminaba de puntillas hasta el borde de la línea de color. Pero siempre regresaban. Stoneham no fue diferente. “Ojalá hubiera sido más valiente durante esos tiempos”, le diría Stoneham a Irvin muchos años después. Los Giants apilaron las notas de los Scouts de Irvin, e Irvin se fue a jugar en las Ligas Negras.
¿Cómo era de bueno? Irvin no es un hombre que se jactara de su talento, pero dice que jugó en los jardines tan bien como Willie Mays. Y él encima podía correr. Las estadísticas deshilachadas que han sobrevivido dicen lo bueno que era como bateador. En 1941, para los Newark Eagles, bateó .400 contra los mejores equipos. En 1942, jugó en la Liga Mexicana y bateó .397 con 20 Home Runs en sólo 63 partidos. Y luego se fue a la guerra.
Cuando regresó, Branch Rickey intentó ficharlo, eso ocurrió al mismo tiempo que Rickey contrató a Jackie Robinson, e Irvin recordaría haberle dicho que todavía no estaba listo, que no era el mismo jugador que había sido antes de la guerra. Hay motivos para creer que fue más complicado que eso, que Effa Manley, que dirigía el equipo de Newark, aparentemente se negó a dejar ir a Irvin sin ningún tipo de compensación. Rickey fue, por supuesto, una figura fundamental en la integración y ha sido merecidamente reconocido por eso. Pero a menudo se pasa por alto que no respetaba a las Ligas Negras como una liga organizada y no creía que debiera compensar a los propietarios de ligas negras por sus jugadores. El propietario de Kansas City Monarchs, J.L. Wilkinson, dejó ir a Jackie Robinson sin compensación porque creía que era lo correcto, pero según los informes, no le gustó a Rickey que los Monarchs se consideraran un equipo al nivel de los equipos profesionales “blancos” de béisbol.

En cualquier caso, Irvin jugó en las Ligas Negras durante otras tres temporadas. Tenía 30 años cuando finalmente firmó con los Giants de Stoneham.
Y ahora podemos comenzar a andar hacia atrás. A los 30 años, su cuerpo fue golpeado durante todos esos partidos (a veces tres veces al día), todos esos viajes en autobús, su tiempo durante la guerra. Fue enviado a Jersey City, en 63 partidos allí, bateó .373 / .519 / .642 con 55 carreras anotadas, 52 carreras impulsadas, 14 bases robadas y 32 extra hits. Básicamente podía hacer de todo.
Los Giants, sin embargo, no lo creyeron. Lo enviaron de regreso a Jersey City y, a los 31 años, tuvo 18 partidos. En esos 18 encuentros bateó .510 y consiguió 10 Home Runs. Sí, diez. Su porcentaje de slugging fue mayor de 1.200. Los Giants no tenían otra opción. Lo llamaron y bateó .299 / .392 / .497 con 15 Home Runs el resto de la temporada.
Luego, en 1951 – tenía 32 años – bateó .312, conectó 11 triples, consiguió 24 jonrones, robó 12 bases, lideró la liga con 121 carreras impulsadas y fue el mejor jugador en el equipo milagroso de los Giants, que ganó el banderín -Su Liga- con un récord de 39-8 después del 12 de agosto. Durante ese tramo, Monte Irvin bateó .330 / .416 / .602. Él era de otro mundo.
Luego, en la Serie Mundial, aunque los Giants perdieron contra los Yankees en seis partidos, Irvin bateó para .458.
Irvin estaba jugando a ese nivel nuevamente en 1952 cuando se lesionó. A los 34 años, bateó .329 con un slugging de .541. En 1954, a los 35 años, conectó 19 Home Runs y jugó un buen papel en el campeonato de la Serie Mundial de los Giants.
Entonces, ¿tan bueno fue Monte Irvin cuando era joven? Vamos a poner algunas temporadas de jugadores de 32 años:
*Jugador A: .312 / .415 / .. 514, 24 Home Runs, 94 carreras, 121 impulsadas, 147 OPS +
*Jugador B: .278 / .356 / .549, 44 Home Runs, 117 carreras, 127 impulsadas, 142 OPS +
*Jugador C: .304 / .371 / .. 510, 26 Home Runs, 100 carreras, 87 impulsadas, 145 OPS +
*Jugador D: .329 / .374 / .490, 19 Home Runs, 104 carreras, 110 impulsadas, 139 OPS +
*Jugador E: .308 / .411 / .. 541, 25 Home Runs, 94 carreras, 78 impulsadas, 176 OPS +.
El jugador A, por supuesto, es Irvin. El jugador B es Henry Aaron. El jugador C es Ryne Sandberg. El jugador D es Kirby Puckett. Y el jugador E es Al Kaline.
Entonces, mirando retrospectivamente, se podría decir que Irvin estaba en el rango de esos jugadores del Salón de la Fama.
Pero, por supuesto, ninguno de esos jugadores había pasado por lo que Irvin pasó. Él siempre decía, hablando de su increíble temporada de 1951, que no era ni la mitad de jugador que había sido.
Cuando se retiró Monte Irvin trabajó para Major League Baseball. Era un hombre de presencia tranquila y fuerte, pero tuvo la desafortunada tarea de representar a Bowie Kuhn, que era el comisionado de la MLB, en el juego donde Henry Aaron rompió el récord de Home Runs de todos los tiempos de Babe Ruth. Fue desafortunado porque fue abucheado, aunque, por supuesto, los abucheos fueron para el comisionado ausente que tenía una habilidad casi mágica para hacer lo incorrecto. Irvin era la voz de las Ligas Negras dentro de la oficina del comisionado y lo triste era que muchas veces la gente simplemente no escuchaba.”¿Por qué pensaban que no podíamos jugar?”, Preguntó. “Esa siempre ha sido mi pregunta cuando pienso en las Ligas Negras. La bola era del mismo tamaño, Los bates pesaban lo mismo. Los campos no eran más pequeños. ¿Por qué pensaban que no podíamos jugar?”