No me gustaría ser yo el que hace apología de la violencia, con la imagen de la pelea en el último partido de la serie de este domingo contra los Pirates. Pero realmente dibuja fielmente la frustración que está significando este inicio de temporada para los Rojos. La trifulca ocurrió después de que el abridor de los Pittsburgh Pirates Chris Archer, golpeara a Derek Dietrich, supuestamente de una manera intencionada, en el siguiente turno al bate después de hacer un homerun y tomarse su tiempo para recorrer las bases.
Los ánimos se caldearon, el manager David Bell fue expulsado, como también lo fue Yasiel Puig, Amir Garrett y otros dos jugadores de los Pirates. Y probablemente influye la frustración que está teniendo el equipo por este mal inicio. Los hits no están llegando. En 4 de los 9 partidos jugados hasta ahora, el marcador de carreras de los Reds ha terminado a cero. Y aunque la rotación titular está trabajando bien, sobre todo Luis Castillo, con una ERA de 1,42 y 17 ponches en 12 entradas y dos tercios, los resultados no están saliendo.
Si, hay buenas noticias, no solo Castillo, sino también el acierto de traer a Derek Dietrich de la agencia libre, inicialmente con contrato para ligas menores, y que la ha sacado del campo 3 veces ya en solo 18 turnos al bate. Y los lanzadores. Como decía, están haciendo bien su función, incluyendo también a la defensa. En realidad, de estás ocho descorazonadoras derrotas, todas menos una ha sido por diferencia de una o dos carreras. Y con marcadores bajos normalmente. Pero los bates no están acompañando.
La baja, al inicio de campaña, de Scooter Gennett para los Rojos también ha sido dura. El segunda base tiene aún para un par de meses fuera por una lesión en la ingle, y se le está echando de menos. Al menos a su producción ofensiva, que el año pasado fue modélica. Senzel tampoco está listo, en parte porque quieren darle más tiempo en menores como centerfield y en parte porque se hizo un esguince en el tobillo. Con todo esto, nos encontramos con un terrible 1-8 en el marcador, con todos los partidos jugados contra rivales de división.
Ahora hay que volver a casa, a tomar aire, para una serie de tres partidos de los Reds contra los Marlins, en la que hay que dar la talla. Después, contra los Cardenales en la visita de la MLB a México, en Monterrey, donde los rojos actuaran de locales. La gira continuará después por California con las series contra Dodgers y Padres, luego en casa esperan los Bravos de Atlanta. La situación es preocupante pero no alarmante, los hits llegarán y también las carreras, si el equipo de lanzadores mantiene el nivel, las victorias vendrán con total seguridad.