Los entrenamientos primaverales están a la vuelta de la esquina. Después de un invierno de lo más movidito nos encontramos con muchos encuentro de lo más interesantes. Cómo va a encajar la personalidad arrolladora de Mad Bum en el vestuario de los Diamondbacks. Le preguntará Trout a Rendon qué se siente al ganar las Series Mundiales, ¿harán lo mismo los jugadores de los Dodgers con Mookie? Cómo conseguirá Baker recuperar a los Astros. ¿Y qué les contará Gerrit Cole a sus nuevos compañeros sobre todo el lío del robo de señales? Sin embargo es otra de estas uniones la que a mí me resulta especialmente fascinante. Que los protagonistas de la misma sean incapaces de comunicarse entre ellos, al menos en una lengua corriente, la hace todavía más interesante. Estamos hablando del encuentro entre el canadiense Joey Votto y el japonés Shogo Akiyama en los Reds. Dos veteranos que se acercan al cajón de bateo con el mismo espíritu con el que un concertista se acerca a un piano.
Shogo Akiyama no habla inglés. Es probable que un intérprete le acompañe durante toda la temporada. Votto no habla japonés, aunque ha dicho que ha estado practicando un poco para poder darle la bienvenida a su nuevo compañero. Lo cierto es que ni inglés ni japonés van a ser nunca el idioma que utilicen estos dos para comunicarse. Ambos hablan algo que con cierta cursilería podríamos llamar el lenguaje del bateo.
Votto pertenece por méritos propios a un club muy selecto. A ese que se aproxima al acto de batear de una manera científica. Ted «Fucking» Williams fue el inventor y mayor exponente de esta corriente. Tony Gwynn fue su más ferviente seguidor. La entrevista que Bob Costas les realizó a ambos en 1995 es simplemente deliciosa. En los últimos años Ichiro le ha puesto a este club un toque de filosofía oriental mientras que Votto ha convertido sus trotes a primera tras recibir una base por bolas en una jugada de refinadísima belleza.
El japonés es un bateador muy distinto a Votto. Es mucho menos disciplinado que el canadiense (aunque esto le pasa a casi todos). Su juego se basa en el contacto y en la velocidad. Es uno de esos prodigios que es capaz de hacerle contacto a todo. Una máquina de poner bolas en juego al que le basta una rodada a tercera para conseguir un sencillo. La línea de bateo de Shogo Akiyama en nueve años como profesional con los Seibu Lions es .301/.376/.454. No obstante es importante señalar que en las últimas cinco temporadas ha mejorado mucho su disciplina y su poder.
Hasta donde yo sé Votto nunca ha hablado del bateo en el béisbol japonés. Este es mucho más paciente y disciplinado que el americano y muy orientado al contacto. Pero no resultaría extraño que el canadiense, que por momentos sujeta el bate de maneras verdaderamente peculiares para acortar o alargar su swing, y que tiene métodos de concentración y meditación bastante peculiares, sienta cierta fascinación (o al menos curiosidad) por las técnicas de los bateadores del Japón.
Al mismo tiempo Shogo Akiyama va a necesitar a Votto. Va a necesitar preguntarle sobre este o aquel lanzador. Va a necesitar que le ayude con los ajustes y que le asesore sobre el bateador que puede ser en las Mayores. ¿Va a centrarse en el contacto y seguir la senda de Ichiro o va a preferir pegar con poder?
Van a estar curiosas la charlas entre Shogo y Joey…