Desde siempre me han gustado los estadios. Cuando viajas a una ciudad nueva es para mí, como imprescindible, visitar aunque sea desde fuera el campo del equipo local, sea del deporte que sea. Recuerdo que en el instituto y en la carrera de ingeniería, aquella que no llegué a concluir, tenía la carpeta forrada con estadios y otra parafernalia deportiva similar. Tienen algo que les hace especial, aúnan la espectacularidad de una construcción de grandes dimensiones con la de que allí dentro se despliegan eventos muy especiales. Son el testigo perpetuo de grandes gestas y desilusiones.
En béisbol además, tienen un aliciente especial, lo primero es que en mi país no se puede ver un gran estadio dedicado a ello y hace que sean seres más extraordinarios para mi, y lo segundo es que, más que en ningún otro deporte, los ballparks tienen su propia personalidad. No se parecen en nada unos a otros. Antiguamente tenían formas rebuscadas para cuadrar con el espacio físico que quedaba habilitado para su construcción. Hoy, aunque esas limitaciones no son tan habituales, se realizan maravillas igualmente originales. Aunque todos me parecen chulos, claramente unos cuantos sobresalen sobre los demás. No digo más, total si acaso estáis viendo esta entrada, habéis ido directamente al ranking y nadie se lee estas líneas del comienzo nunca. Este es mi top 5 con los mejores ballparks:
5. Fenway Park
El hundimiento del Titanic estaba en los titulares de los periódicos cuando se inauguró este estadio. Y me refiero al barco, no por la película. Más viejo que Ramiro Blasco, este campo está lleno de magníficos rincones históricos. Está enclaustrado en una zona céntrica de la ciudad y su intrincado diseño forma parte de su encanto y genera características e irrepetibles formas como El triángulo o El Monstruo verde, ese muro de once metros que recorta el jardín izquierdo. A pesar de ciertos aspectos «viejunerrimos» del ballpark, Femway es un templo verde y rojo que esperemos sea eterno.

4. American Family Field (Miller Park)
El de los Brewers es el estadio con techo retráctil más bonito de todos, y con césped natural, sino no estaría en esta lista. Su forma de abanico le acompaña en sus 20 años de andadura. Con graderíos en múltiples niveles que mantienen al publico metido en una olla a presión rodeando el campo. Me encanta también cuando Bernie Brewer se tira rollo parque acuático desde lo alto cuando hay un home run local. El pantallón, la cristalera y la forma irregular del outfield también me gustan.

3. Oracle Park
Es el mejor campo incompleto. Visto desde arriba es como si la bahía le hubiera mordido un cacho. Es precioso, empezando por su estética exterior. No me extraña que los Athletics prefieran irse a otra ciudad si no les hacen un hogar nuevo, debe ser pasarse por aquí y corroerles la envidia. Las vistas son esplendidas, los recovecos del outfield premian con triples y el home run pasado por agua es la guinda del pastel (McCovey Cove). Me sobra un poco el botellón de coca-cola y el guante, pero nadie es perfecto.

2. PNC Park
Localización impecable. Las vistas del rio y el skyline de Pittsburgh son espectaculares. El campo en si es muy bonito también. Y adornado con los tributos a Roberto Clemente o la estatua al home run de Bill Mazeroski. Es una mezcla perfecta de lo clásico y lo moderno, con un graderío pensado para mejorar la experiencia del fan, sea donde sea su asiento.

1. Wrigley Field
Wrigley es lo que imaginas en tu cabeza cuando piensas en un campo de béisbol. Es por eso que, como Fenway, lleva ahí desde siempre. El detalle de la grada en lo alto de un edificio cruzando la calle, siempre me llamó la atención. Pero una de las mejores cosas es la enredadera del muro del outfield, ¿por qué no está también en el resto de campos? Debería ser obligatoria. Póngame también un poco del sinuoso recorrido del muro en el lote. El viento habitual hace que los outfielders sean poco menos que héroes aquí. ¿Y el marcador old-school? No le falta de nada. Larga vida a Wrigley Field.















