En Libre, de David Bowman, el autor nos dice que la vida es un espacio de tiempo entre dos golpes. Eso va a ser la MLB este año. La competición va a empezar a finales de julio y sabe dios cuando terminara. A lo mejor no hay contagios y se juegan los 60 partidos y los playoffs con normalidad. Y a lo mejor los planetas se alinean y en 2021 todo vuelve a la (nueva) normalidad. Puede, incluso, que liga y jugadores se pongan de acuerdo en el invierno del 2021 y no haya huelga ni malos rollos y la temporada del 2022 se dispute como si nada.
En estos momentos el cumplimiento de cualquiera de los sucesos mencionados parece difícil. Lo único que sabemos, aunque aún sujeto a cierta arbitrariedad, es que el 23 ó el 24 de julio se celebrará el Opening Day. A continuación 60 días de temporada regular más un mes de postemporada que podrían verse interrumpidos en cualquier momento. Una ola de positivos en un equipo y pum: un golpe y adiós a la competición.
Así que ya sabes, ¡disfruta cada partido como si fuera el último! O mejor, como si fuera el primero. El ansia inocente por descubrir y desentrañar lo nuevo es mucho más sana que los excesos decadentes del que sabe que algo está llegando a su fin.
Lo mismo un martes por la tarde decides ver uno de los Orioles-Marlins que el calendario nos ha regalado. Estás tirado en el sofá, el calor aprieta y miras la tele con desgana. Si no fuera por el molesto y siempre oportunísimo zumbido de una mosca ya te habrías quedado sopa. ¡Pues lo mismo ese es el último partido que ves en todo el año! Lo mismo la temporada se suspende esa misma tarde. Y lo mismo la pandemia impide que se juegue en el 2021 y en el 2022 nos damos de bruces con la huelga. Así que más te vale disfrutar ese maravilloso Orioles-Marlins. ¡Disfrútalo como si fuera el primero!
La novela de Bowman supura carpe diem por los cuatro costados. Pero carpe diem bien entendido, no la versión reduccionista y manipulada que han abrazado el rock and roll y Hollywood y que todo cantamañanas utiliza como excusa para justificar una noche de excesos o una infidelidad. Libre es un homenaje a la vida. A la vida entendida como un presente en el que debemos zambullirnos. Aprovecha lo que tienes ante tí, empapate de ello sin dudarlo y aprende. Hazlo con decisión y sin miedo, pero con la certeza de que la hostia va a llegar antes o después.
Pocas veces en los últimos tiempos hemos tenido tan clara la certeza del golpe. Nos estamos adentrando en territorio desconocido. Es difícil aventurar qué pasará con el mundo tal y como lo conocemos dentro de tres meses, así que aprovecha el tiempo. Hazle el amor a tu pareja con la ingenuidad del primer día, comparte las aventuras de Guillermo Brown con tu hijo, aprende a hacer un arròs en condiciones o si te da por ahí, mirate el Orioles-Marlins. Me temo que el no tener pareja ni retoños y estar ya más o menos versado en los misterios culinarios que ofrece la gramínea antes mencionada me arroja irremediablemente a los sugerentes placeres de un partido de béisbol entre dos de los peores equipos de los últimos años.
Una tarde de agosto me sentaré ante la tele y disfrutaré de ese Orioles-Marlins con la ilusión de la primera vez. Pablo López me parecerá un candidato al Cy Young y José Iglesias un MVP.