Out of the Park Baseball (OOTP) es un simulador de béisbol que permite al jugador hacerse cargo de un equipo u organización desde el punto de vista del General Manager, Coach o ambos. Las posibilidades que ofrece OOTP son infinitas e incluye las ligas más importantes del mundo. Además, cuenta con todas las plantillas históricas de la MLB. De este modo, uno puede llevar al éxito a los Tampa Bay Rays o a los San Diego Padres en el presente, o cambiar la historia ganando la Serie Mundial con los Brooklyn Dodgers frente a los New York Yankees en 1941.
En este artículo describiré cómo fue la temporada 2018 de una nueva partida estándar en OOTP 19. La elección de la organización de la que me haría cargo fue totalmente aleatoria y el resultado fue Boston Red Sox. Decidí ejercer los papeles de General Manager y Coach.
Inicio de la campaña
Cuando uno empieza una temporada en OOTP, lo primero que recibe es un mensaje de bienvenida del dueño del equipo, junto con una serie de objetivos a conseguir a corto, medio o largo plazo. En mi caso los objetivos eran renovar a Craig Kimbrel, llegar a los playoffs en 2018, mejorar la posición de catcher y alcanzar la Serie Mundial como muy tarde en 2021.
Aproveché el periodo de offseason para negociar rápidamente con Craig Kimbrel y ofrecerle la renovación. Al ser una pieza tan importante para los Red Sox no escatimé ni un centavo. Le ofrecí 106 millones de dólares por 5 años y el jugador aceptó la oferta pocos días después, no sin dudar un poco.
A continuación fui a la agencia libre para buscar un catcher, pero ninguno me convenció, como tampoco lo hicieron sus pretensiones salariales. Tras repasar las plantillas de los demás equipos y ver que iba a tener que hacer una muy buena oferta para llevarme a un gran receptor, decidí rebajar mis expectativas y ofrecer 3 jóvenes del farm system por Austin Barnes, de Los Angeles Dodgers. Tras esa transacción, moví a Sandy León a Pawtucket Red Sox, de AAA.
Gestión de la plantilla
El siguiente paso fue decidir el orden de la rotación, los roles de relevo y las posiciones en la alineación. La alineación al inicio de la temporada tenía a Austin Barnes como catcher, Mitch Moreland como primera base, Brock Holt en segunda mientras Dustin Pedroia estaba en la disabled list, Rafael Devers en tercera base, Xander Bogaerts como shortstop, Andrew Benintendi como jardinero izquierdo, Jackie Bradley Jr. en el jardín central, Mookie Betts en el derecho y J. D. Martínez en el puesto de bateador designado.
Pronto comencé a establecer una rotación entre los puestos de primera base y bateador designado y finalmente J. D. Martínez se hizo con el papel principal de primera base, siendo Hanley Ramírez bateador designado, con Mitch Moreland sustituyéndole periódicamente.
La rotación tenía como ace a Chris Sale. David Price era el segundo abridor; Rick Porcello, el tercero; Drew Pomeranz, cuarto y Justin Haley, quinto, sustituyendo a Eduardo Rodríguez hasta su recuperación. Establecí un límite máximo de 100 lanzamientos para todos ellos.
Las lesiones, por supuesto, tardaron poco en aparecer, y lo hicieron en las dos primeras salidas de la temporada, obligándome a poner a Chris Sale y a David Price en la lista de incapacitados por 10 días. Para suplir la baja de ambos lanzadores durante los que habrían sido sus dos partidos siguientes utilicé a Chandler Shepherd y Roenis Elias, de Pawtucket Red Sox.
Evolución temprana de la temporada y primeros retoques.
El 21 de abril, para mejorar el bullpen, cambié a Steven Wright por Joe Smith, de los Houston Astros, que tendría un papel de middle relief con un uso normal (reservaba para Joe Kelly un uso más frecuente). Ese mismo día activé al jugador y también a Dustin Pedroia, que ya estaba recuperado de su lesión. Para hacer hueco a Pedroia pasé a Daniel Descalso, también segunda base, a Pawtucket Red Sox. Cinco días después, Eduardo Rodríguez estaba recuperado de su lesión. Los Red Sox volvían a tener la rotación completa. Al final de abril, el equipo estaba en la última posición de la Liga Americana Este, por problemas tanto en el pitcheo (por las lesiones) como en el rendimiento de la ofensiva.
Haciendo retoques continuos en el orden de bateo y en las alineaciones, conseguí que el 15 de mayo los Red Sox estuvieran terceros en la división, a dos partidos de los Yankees (primeros). Austin Barnes pasó de jugar tres de cada cuatro partidos a jugar uno de cada dos. Establecí esa rotación de catchers por los grandes números al bate de Christian Vázquez, quien, por el contrario, en defensa era menos fiable que su compañero.
El 25 de mayo los Red Sox conseguían estar líderes empatados con los Yankees. Tan solo 21 días después, el 15 de junio, los Red Sox llevaban ya siete partidos de ventaja sobre los Toronto Blue Jays, situados en segunda posición.
Movimientos a mitad de temporada.
En junio me propuse mejorar aún más mi ofensiva y ofrecí a Hanley Ramírez, sorprendentemente con unos números pésimos al bate, a varios equipos. Nadie estuvo interesado, así que decidí ir a por algún jugador que me permitiera mejorar la posición de bateador designado, puesto que Mitch Moreland no estaba bateando mucho mejor que Ramírez. El General Manager de los Chicago White Sox dio el visto bueno a la oferta de Brian Johnson por José Abreu, y éste se convirtió en bateador designado a tiempo completo en los Red Sox. Mitch Moreland pasó a tener un rol de sustituto de J. D. Martínez, para jugar cuando necesitara descanso.
Este movimiento me obligó a tomar una decisión sobre Hanley Ramírez, quien lógicamente se negaba a ser movido a Pawtucket. La solución más rápida y cómoda que encontré fue colocarlo en asignación, porque su .153/.239/.278 tras dos meses de competición no estaba a la altura de mis objetivos para la temporada. Tras agotar los 10 días de rigor, decidí liberar al jugador. Mis amigos seguidores de los Medias Rojas podrían echarse las manos a la cabeza tras este movimiento, pero los números del jugador desde abril, y los que obtuvo hasta el final de la competición, no encajaban con mi búsqueda del campeonato.
A finales de junio Hanley Ramírez firmó un contrato de ligas menores hasta octubre con los Detroit Tigers y terminó la temporada bateando por debajo de la Línea Mendoza.
Etapa complicada
Ese mismo mes, la breve lesión de Xander Bogaerts me hizo ponerlo 10 días en la DL y subir temporalmente a las Mayores a Marco Hernández. Días después, Dustin Pedroia sufrió otra lesión que lo mantendría hasta septiembre fuera del diamante.
Por otra parte, a principios de junio había tenido lugar el draft. Durante el mismo solo ejecuté las tres primeras elecciones de los Red Sox y dejé que el resto fueran simuladas. Ahora estaba en la tesitura de tener que ofrecer contratos a los jugadores. Finalmente ofrecí un contrato a las cinco primeras elecciones, y solo la primera lo aceptó.
En julio Brock Holt, mi único segunda base, se lesionó para varios meses y se perdería también la postemporada. Por esta razón tuve que subir a Daniel Descalso, a quien daría descanso cada seis días Austin Barnes. Además, una breve lesión de Craig Kimbrel hizo que colocara a Carson Smith, mi setup, como closer durante dos semanas.
Final de la temporada regular y postemporada
A mediados de agosto la ventaja sobre los Yankees, segundos en la división, era de 13 partidos. Esta diferencia se mantuvo prácticamente intacta hasta que acabó la temporada regular, en la que los Red Sox se llevaron la división con 99 victorias y 63 derrotas, con 11 partidos sobre los de Nueva York. La lesión de Joe Kelly en septiembre, cuya recuperación está prevista para mayo de la próxima temporada, debilitó considerablemente mi bullpen. Como su rol en mi equipo era de relevo medio frecuente, cambié a Carson Smith de setup a relevo medio normal. Joe Smith ocupó el lugar de Joe Kelly como pitcher usado más frecuentemente en la séptima entrada.
Con la expansión de los rosters en septiembre el problema, en caso de fatiga, no sería tan grave. Por suerte entré a la postemporada con Dustin Pedroia ya recuperado y la alineación fue la siguiente:
- Mookie Betts (RF)
- Jackie Bradley Jr. (CF)
- Rafael Devers (3B)
- J. D. Martínez (1B)
- José Abreu (DH)
- Xander Bogaerts (SS)
- Andrew Benintendi (LF)
- Dustin Pedroia (2B)
- Austin Barnes (C)
El resultado final de la Serie División fue de 3-1 para los Houston Astros, quienes finalmente llegarían a la Serie Mundial para perderla por 4-1 frente a Los Angeles Dodgers.
Breve análisis
Cuando uno pone las manos sobre OOTP todo parece muy fácil. Empieza explorando las pestañas de la plantilla, programación de la alineación, agencia libre, calendario… Sin embargo, cuando comienzan a aparecer las lesiones y hay que controlar la lista de incapacitados y el tamaño de las plantillas de los demás equipos de la organización, la cosa se vuelve bastante complicada. La frecuencia de las lesiones leves es inesperadamente alta y obliga al manager a vigilar constantemente a todos sus jugadores de AAA. En cualquier momento puede ser necesario subir a uno de ellos al equipo de Ligas Mayores.
Además, OOTP contempla multitud de posibilidades, y los jugadores pueden lesionarse fuera de los encuentros: en excursiones, haciendo reparaciones en casa, cocinando, etc., por lo que darles descanso y cuidarlos no elimina totalmente el riesgo de perder algún activo por un tiempo.
Manejo de la granja.
Una de las características más atractivas para los que seguimos este deporte es la existencia de múltiples equipos de Ligas Menores afiliados a un equipo de las Mayores. Sin embargo, administrar las plantillas en OOTP y cuadrar los límites de jugadores es muy costoso. Evidentemente, la mayor parte de los movimientos los hice entre los Red Sox de Boston y el afiliado de AAA, Pawtucket Red Sox, para tapar huecos ocasionados por lesiones.
Tras el draft hice unos pequeños movimientos en los afiliados de categoría más baja, con el objetivo de dejar hueco a los posibles nuevos jugadores y a las contrataciones automáticas. En AAA y AA liberé a algunos de los jugadores de más avanzada edad y sin expectativas de progresión para subir a otros más jóvenes y con mayores proyecciones, sobre todo pitchers e infielders.
Realismo de OOTP y su influencia en la dificultad
OOTP, en cuanto a reglamento se refiere, es bastante realista. Eso hace que cuando llega el momento del draft y de la firma de jugadores, el juego se convierta en todo un rompecabezas. Cuadrar los requerimientos de los jugadores y el presupuesto del equipo es difícil y, por esa razón, opté por ofrecer muy pocos contratos y dejar que el resto de decisiones fueran simuladas.
Al final de la temporada, por si fuera poco, prácticamente todos los trabajadores de la organización (y esto incluye a todos los entrenadores y preparadores de todos los equipos de Ligas Menores) finalizan su contrato, por lo que hay que buscar sustitutos. Si ya de por sí es tediosa la tarea de ofrecer contratos a jugadores que entrarán en la agencia libre, sumar otros trabajadores convierte la supervivencia a la offseason en misión imposible.
Por otra parte, también existe en OOTP la función de arbitraje salarial. De nuevo, es complicado cuadrar el presupuesto y las expectativas de los jugadores. En mi caso, sin haber llegado aún a la fecha de arbitraje salarial en la primera temporada de esta partida con los Medias Rojas, el balance previsto para final de 2019 es de -5.500.000 dólares. Un balance negativo que difícilmente será salvable teniendo en cuenta que uno de los objetivos marcados para 2020 es conseguir una extensión del contrato de Chris Sale, teniendo que llegar a 2021 con un balance positivo de 23 millones de dólares.
Conclusión
En definitiva, OOTP es un juego muy completo. Si a muchos dirigir un equipo nos parece complicado, y el reglamento de la MLB para los movimientos y contratos nos quita el sueño, OOTP, con sus posibilidades realistas, hace que uno sea más consciente aún de la engorrosa tarea que tienen que llevar a cabo los managers y coaches de las organizaciones. Probablemente para el jugador más casual sea recomendado utilizar solamente la función de coach para controlar al equipo de Ligas Mayores, pero para quien esté interesado en el papel de las finanzas en la dirección de los equipos, OOTP asegura una experiencia realista y un reto emocionante.