Al iniciarse la temporada todo apuntaba a una lucha fratricida entre los Washington Nationals y los New York Mets por el título de la División Este de la Liga Nacional. A favor de los primeros estaba su potencia en el bate y su buena rotación inicial, aunque el bullpen nos dejaba muchas dudas a la hora de cerrar partidos. Por contra los neoyorquinos contaban con la que, a priori, parecía la mejor rotación de la liga, uno de los mejores cerradores y el fichaje, de nuevo, de Yoenis Céspedes para aportar una potencia de ataque muy necesaria para llegar lejos en octubre. Miami parecía quedarse ligeramente atrás como aspirante y Atlanta y Philadelphia no contaban más que para dar algún que otro susto de vez en
cuando.
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Bryce Harper y Anthony Rendon, dos de los mejores bateadores de los Nationals |
¿Qué ha pasado con todo aquello una vez sobrepasado el primer tercio de la competición? Pues que, como suele ocurrir casi siempre en este loco mundo del béisbol norteamericano, la realidad ha superado totalmente a cualquier previsión, tanto en la parte positiva como en la negativa. Los Nationals no sólo se han mostrado como el equipo más en forma de la división, es que prácticamente la tienen ya en el bolsillo salvo catástrofe en la segunda mitad de la temporada. Su ventaja sobre el resto de equipos de la división es de más de diez partidos y todo apunta a que la distancia tenderá a ir aumentando en vez de disminuir. Y es que el potencial de los capitalinos es enorme, con una rotación en la que destacan Gio González, Stephen Strasburg y, sobre todo, un Max Scherzer que parece querer disputarle a Clayton Kershaw el título de mejor pitcher de la MLB y que, sin duda, está haciendo oposiciones a conseguirlo. Junto a ellos un turno de bateo demoledor, con un Bryce Harper sublime (nada que ver con el del pasado año) al que acompañan grandes pegadores como Daniel Murphy o Anthony Rendon, con un Trea Turner que se está convirtiendo en uno de los mejores robabases de la liga… Incluso Ryan Zimmerman se ha unido a la fiesta y está promediando unos números muy por encima de lo habitual.
Y es que todo les está saliendo bien a los de Washington, todo lo contrario de lo que le ocurre a los New York Mets, que por segundo año consecutivo han visto como las lesiones se cebaban con ellos y convertían su rotación, una de las mejores sobre el papel, en un lastre del que no acaban de encontrar solución. Los neoyorquinos iniciaron la temporada con las bajas de Steven Matz y Seth Lugo, bajas a las que posteriormente se unieron Noah Syndergaard, que no volverá hasta mediados de agosto, y un Matt Harvey que acumula problema tras problema y al que los rumores comienzan a situar ya fuera de Queens más pronto que tarde. Si a eso le sumamos el que Jacob deGrom tampoco está realizando una buena temporada, que Zack Wheeler se ha enfriado (¡y de qué forma!) en este último mes, que los recambios utilizados en la rotación (Gsellman, Milone, Montero…) no han dado un buen resultado, que Yoenis Céspedes, su mejor bateador, se ha pasado mucho tiempo lesionado y que el resto de los bateadores no están marcando números como para ser optimistas, explica bastante bien el por qué del bajo rendimiento de los de la gran manzana. Ni siquiera el bullpen se ha visto a salvo de la plaga de lesiones, con Jeurys Familia fuera de competición hasta probablemente el mes de septiembre.
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Noah “Thor” Syndergaard estará de baja hasta agosto |
El tercer equipo con aspiraciones de optar a los playoff eran los Miami Marlins, pero tampoco parece
que este año vaya a ser el de los de Florida, que ficharon a Edinson Vólquez tratando de cubrir la enorme baja que dejó el fallecimiento de José Fernández en un equipo que centraba el éxito de su futuro en el cubano. Sin embargo el dominicano está siendo tan irregular como casi siempre, alternando actuaciones memorables (como el no-hitter del pasado tres de junio) con partidos no excesivamente brillantes, sobre todo al principio de temporada. Tampoco su cerrador, A.J. Ramos, se está mostrando especialmente fino a la hora de sellar las victorias de su equipo, mientras que los bateadores no promedian unos números que inviten a soñar con jugar más allá del final de la liga regular.
Sólo Marcell Ozuna parece estar respondiendo por encima de las expectativas, mientras Giancarlo Stanton sigue mostrando que es un buen jugador pero no lo suficiente como para justificar que el enorme sueldo que los Marlins le están pagando haya sido una buena inversión hasta el momento. La lesión de Martin Prado fue también un duro golpe para Miami que espera que su pronto regreso a
la competición les haga mejorar sus estadísticas de bateo.
Una de las grandes sorpresas de la división sin duda están siendo los Atlanta Braves, que partían como claros candidatos al farolillo rojo pero que ahora mismo están luchando por acabar segundos en la tabla. Los bates están ayudando mucho al éxito de los de Georgia, a pesar de la grave lesión de un excelso (de nuevo) Freedie Freeman que no volverá a jugar hasta finales de julio como poco, pero que ha encontrado un excelente recambio en Matt Adams, fichado de los Cardinals como solución de
emergencia ante la lesión de Freeman y que la está rompiendo desde que se enfundó la casaca de los Braves. Si mantiene este rendimiento su continuidad en la rotación podría estar garantizada, ya que puede jugar también como exterior, lo que le daría muchos turnos al bate una vez que Freeman regrese al equipo titular, aunque ni Matt Kemp ni Ender Inciarte ni Nick Markakis se lo van a poner fácil ya que actualmente son de los mejores jugadores del equipo a la hora de salir a batear.
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El SunTrust Park, nuevo hogar de los Atlanta Braves |
El punto flojo de Atlanta está en el pitcheo. Julio Teherán no está al nivel del pasado año y los
veteranos Bartolo Colón y R.A. Dickey están aportando más bien poco. La facilidad para permitir carreras a los rivales está haciendo que las posibilidades de Atlanta de llegar más lejos se vean así truncadas. Sin embargo, y aunque este año nadie apuesta por ellos para aspirar a nada, el equipo que se está construyendo al amparo del nuevo SunTrust Park hace soñar a más de uno con reverdecer viejos
laureles antes, incluso, de lo que muchos podrían haberse imaginado.
Los últimos de la división son los Philadelphia Phillies… bueno, de la división y de toda la MLB. Con un registro de victorias por debajo del 33% no hay muchas cosas positivas que destacar de este equipo. Su rotación de lanzadores no está rindiendo en absoluto y sus bateadores tampoco dan muchas opciones a la esperanza. Los fichajes realizados no están funcionando como se esperaba de ellos, en especial Michael Saunders y el lesionado Clay Buchholz. Se salva de la quema Howie Kendrick, el único bateador cuyo promedio supera el .300 y que acaba de regresar tras un periplo
por la lista de lesionados del equipo. El resto, lo que se esperaba de ellos y poco más. Si acaso, y volviendo la vista hacia el bullpen, destacar la buena temporada de Pat Neshek, que con una ERA de 0.67 y WHIP de 0.81 es todo un seguro de vida a la hora de tratar de mantener las pocas ventajas con las que ha contado su equipo en esta temporada.
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Los cinco escudos de los equipos que componen la División Este de la Liga Nacional |
El problema que se van a encontrar los equipos de esta división es que tal y como están ahora mismo las cosas en la división oeste, con tres locomotoras como Los Angeles Dodgers, Colorado Rockies y Arizona Diamondbacks luchando por el título con unos porcentajes de victorias por encima incluso de los registros que ahora mismo tienen los Nationals, el acceso a los playoff pasa por ganar el título de
división, que de momento parece ligeramente más accesible que conseguir un puesto de wildcard. Y si por más accesible entendemos estar más de diez partidos por debajo del líder, hay razones más que suficientes para que Mets, Marlins, Braves y Phillies sean verdaderamente pesimistas con sus opciones de jugar en postemporada.