Los Arizona Diamondbacks están siendo uno de los mejores equipos de la segunda parte de la temporada. Sería incluso posible argumentar que son el segundo conjunto más en forma de la MLB a día de hoy. Pero, como la vida, el béisbol es injusto. Pese a lo brillante de su juego van a tener que jugárselo todo a una carta. El éxito o fracaso se va a circunscribir al resultado que sé de en el azaroso partido de wildcard.
Hemos visto como grandes equipos veían truncadas sus aspiraciones en este juego. Especialmente cercano queda el caso de los Pirates del 2014 y el 2015. Un equipo cuajado y completo que dominaba todos los aspectos del juego. Tenían bateo, defensa, una rotación consolidada y un gran bullpen. Sin embargo se cruzaron con el partido de wildcard y dos pitchers tocados por la varita.
En 2014 fueron aniquilados por un Madison Bumgarner en estado de gracia. El pitchers de los Giants firmó un octubre espectacular y solo lo que hizo durante ese otoño bastaría para ser recordado siempre. En 2015 tuvieron la desgracia de toparse con un Dios que había decidido pasearse por los montículos. Lo de Arrieta en la segunda mitad del 2015 no tiene comparación alguna. Los Pirates lo comprobaron.
Los Arizona Diamondbacks se encuentran en una posición inmejorable para poder hacer algo grande durante la postemporada, pero su primera decisión debe ser a quien poner sobre el montículo en el dichoso partido. El nombre de Zack Greinke se nos cae de la boca de manera irremediable. Su 2017 está siendo muy bueno, es un veterano ilustre, ganador del Cy Young y con uno de los mejores contratos jamas firmados por un pitcher. Se le fichó para lanzar en estas situaciones. Ha llegado el momento de que justifique cada uno de los 206 millones de dólares que le van a pagar en Arizona.
Pero no todo es tan sencillo. Robbie Ray, su teórico número dos está ahora mismo a otro nivel. Después de estar casi todo el mes de agosto en la lista de lesionados por el espeluznante bolazo recibido en la cabeza a finales de julio ha vuelto al mejor nivel de su carrera. Tanto es así que los Dbacks se enfrentan a un dilema similar al de los Cubs en 2015.
Hace dos años los de Chicago se la jugaban en el partido de wildcard ante los Pirates. La duda era si debían poner a Jon Lester, su teórico ace recientemente adquirido a golpe de talonario en la agencia libre, o jugársela con un Jake Arrieta que estaba haciendo historia. Eligieron al segundo.
Arizona no está en una situación tan extrema, lo que hace la decisión todavía más complicada. En 2015 había un abismo entre Arrieta y Lester, las distancias entre Greinke y Ray son bastante más pequeñas y además cada uno de ellos tiene unas habilidades diferentes.
Ray es un pitcher mucho más agresivo. Su mayor virtud es la facilidad para lanzar strikes. Sus 12.28 ponches cada nueve entradas son la segunda mejor marca entre los abridores de la MLB este 2017. Si nos fijamos en esta mismo dato desde su vuelta de la lesión el 24 de agosto nos encontramos con un aterrador K/9 de 15. Ray está ridiculizando a los lineups rivales.
Lanzar tantos strikes suele tener la contrapartida del control. Ray está dando cuatro bases por bolas cada nueve entrada. Greinke, un pitcher mucho más cerebral, domina este aspecto del juego. Reparte menos de dos boletos cada nueve episodios, uno de los mejores registros de las Grandes Ligas.
Otro punto a favor de Greinke es el tema de los home runs. El veterano consigue muchos batazos rodados (GB% de 47%) y es francamente difícil pegarle un cuadrangular. Ray, por contra, es un flyball pitcher y está concediendo 1.22 homers cada nueve entradas.
Greinke también sale ganando en la comparación de arsenales. Tiene cinco pitches distintos que mezcla con naturalidad y acierto. Mientras, Ray solo tiene tres lanzamientos y abusa de su bola rápida (la lanza el 59,4% de las veces). Si bien es cierto que la fastball del zurdo de Arizona es una de las más letales de las Mayores.
Otro aspecto a considerar es el rival. Lo probable es que sean los Rockies o, en menor medida, los Brewers. Si el partido es contra los de Colorado no debe haber debate: Greinke a la lomita. El equipo de las Rocosas rinde mejor ante pitchers zurdos y tiene en su lineup a Nolan Arenado, una maquina de destruir lefties (wRC+ de 215 vs L) que acumula un OPS de 1.044 ante Ray. Por no hablar de Charlie Blackmon, otro bateador que disfruta maltratando a Ray (OPS de 1.619 en 19 AB). Por contra Greinke ha lanzado cinco veces contra los Rockies en 2017 y los ha manejado razonablemente bien (ERA de 3.41).
Si finalmente el comodín enfrenta a los Arizona Diamondbacks con los Brewers, Robbie Ray si que tendría más opciones. A pesar de que Lovullo, manager de Arizona, parece decidido a poner a Greinke en la lomita podría plantearse cambiar a última hora. El equipo de Milwaukee sufre un poquito más ante los pitchers zurdos y sus dos bates más peligrosos, Eric Thames y Travis Shaw, producen menos cuando batean frente a lefties.
Todo parece indicar, según las últimas noticias, que Zack Greinke será el pitcher de los Arizona Diamondbacks en el partido de Wild Card.
