El gran Joe Posnanski ha realizado un listado con los 100 mejores jugadores de la historia del béisbol, intentaré realizar la traducción al castellano de todos los post que ha publicado en esta serie, empezaremos con el 100 e intentaré realizar las traducciones con cierta regularidad, iniciamos la serie por el primero, el número 100, Curt Schilling, y si el tiempo y la motivación me lo permiten intentaremos llegar al número 1.
La carrera de Curt Schilling tiene un recorrido extraño. Fue un «prospecto» muy bien valorado de Yayapai Colegio en 1986. Los Red Sox de Boston lo seleccionaron en la segunda ronda del draft de enero – la gente tiende a olvidar que fueron los Red Sox – y ese fue el año en que Roger Clemens surgió como una superestrella. Clemens media casi dos metros, pesaba unos 90 kilos, con una brutal Fastball y una ferocidad competitiva difícil de igualar. Schilling media casi dos metros, pesaba unos 90 kilos, con una brutal Fastball, una «actitud indiferente» ante el juego y un corte de pelo salvaje.
Los Red Sox creían que podían convertir a Schilling en otro Roger. Ellos sólo mantendrían a Schilling durante dos temporadas, no precisamente brillantes, de menor importancia de la liga antes de enviarlo a Baltimore, en un acuerdo bastante lamentable, que trajo de vuelta al jugador de 30 años, Mike Boddicker. Schilling ni siquiera era el factor principal de la operación – los Red Sox cambiaron a Brady Anderson, quien se convertiría tres veces en All-Star para los Orioles.
Los aficionados de los Red Sox seguro que han pensado mucho en esto: en 1988 cambiaron a Curt Schilling y Brady Anderson por Boddicker. Dos años más tarde cambiaron a Jeff Bagwell por Larry Andersen, de 37 años. No es extraño que después de estos dos mega-fracasos los Red Sox fueran un equipo de .500 de 1992 hasta 1997. >
En cualquier caso, Schilling tenía la reputación de ser un bobo, por no tomar en serio su talento y por poner de los nervios a la gente. Se ganó esa reputación por ser un bobo, por no tomarse en serio y por poner de los nervios al resto de la humanidad. Frank Robinson, manager de los Oriols, llevó a Schilling a su oficina, lo miró durante unos segundos eterno y le hizo la pregunta, «¿Qué te pasa hijo?»
Los Oriols nunca obtuvieron respuesta a esta pregunta, y lo empaquetaron hacia Houston por Glenn Davis, de 30 años, Frank Robinson estuvo en contra de la operación. De nuevo Schilling no era la estrella de la operación, se iba con Steve Finley que llegaría a ganar cinco premios Golden Glove y jugar dos partidos de las estrellas -aunque nada de esto lo consiguió mientras jugaba para Houston.
Schilling apenas tuvo tiempo de llegar desde el aeropuerto a su hotel en Houston antes de ser intercambiado de nuevo. Todo el mundo quería Curt Schilling, el lanzador joven y talentoso en el equipo de otra persona. Pero en realidad nadie quería Curt Schilling, el lanzador, en su propio equipo. Fue traspasado a Philadelphia apenas un año más tarde. Es decir, tres equipos en cuatro años – hasta este momento, el récord de Schilling fue 4-11 con un ERA de 4.16, 113 Strikeouts y 71 bases por bolas. Estaba llegando a los 25 años.
Los Phillies no estaban demasiado entusiasmados con él. Lo pusieron en el bullpen, donde le pidieron que lanzara en algunas entradas medias. Hizo bastante bien lo que le ordenaron. A mediados de mayo tuvo 29 strikeouts en 28 innings, una efectividad de 2.86, y bateando .184 contra él. Los Phillies decidieron darle un nuevo comienzo. Oye, ¿por qué no? Los Phillies de todos modos no iban a ningún sitio. Schilling salió y lanzó seis entradas en blanco contra los Astros. Después de un comienzo difícil contra los Reds, permitió sólo una carrera en sus siguientes tres aperturas de partido.
Él lo tenía. Schilling era bueno. Comenzó 26 partidos y completó 12 de ellos. Consiguió dejar su marcador en blanco en cuatro partidos. Tuvo un ERA de 2.35 y dejó a los bateadores con un promedio de .201 y un porcentaje de slugging de .288. Bastante impresionante.
Y así empezó la carrera de Subidas y Bajadas de Curt Schilling. Al año siguiente, fue el abridor número 1 para un equipo de los Phillies, que ganaron 97 partidos y llegaron a la Serie Mundial. En muchos aspectos, no lanzó tan bien como lo hizo en 1992 – su ERA aumento casi dos carreras completas – pero los Phillies ganaron 22 de las 34 veces que él comenzó. Y en la postemporada, fue fantástico. Lanzó ocho entradas sólidas contra los Braves en el primer partido de la Serie de Campeonato (un partido que Philadelphia ganó en la entrada extra), luego lanzó otras ocho en el Juego 5 (Philadelphia ganó de nuevo en la entrada extra, el bullpen entró en la novena). Fue nombrado el Jugador Más Valioso de la serie.
Luego, en las Series Mundiales, no rindió a su nivel en el primer partido, pero no recibió ni un hit en el quinto, fue el primer aviso de los momentos heroicos que tenían que venir. Los de Toronto se llevaron las Series Mundiales en el sexto partido.
Entonces, durante los siguientes tres años no hizo casi nada. Sufrió muchas lesiones, y él lo llego a admitir, problemas personales, fue la época de rallas en el pelo, el tatuaje de un Rottweiler en algún lugar de su cuerpo, y continuaba conmocionado por la muerte de su padre Cliff, en 1988, por un aneurisma. Su padre, hombre del ejército y héroe de Curt nunca llegó a ver a su hijo jugando en las Grandes Ligas. Eso fue difícil de aceptar, difícil de tratar. Cuando Curt Schilling cumplió 30 años, su récord fue de 52-52 y por una vez en su carrera realizó 30 aperturas en una temporada.
Entonces, todo volvió. Schilling nunca había ponchado a .200 en una temporada. En 1997, ponchó a .319, la mayor cantidad para un diestro en la Liga Nacional. Al año siguiente se ponchó .300 de nuevo. Se fue transformando, era un lanzador con un control impecable y un profundo amor por el gran momento que vivía. En el 2000 lo mandaron a Arizona, y los cuatro años siguientes (el último en Boston) estuvo sensacional. 74-28 con un ERA* de 150, eliminó por Strikeout a 1006 bateadores y únicamente 139 consiguieron andar. Nadie en la historia del béisbol ha conseguido combinar este dominio con este control. *
* Schilling terminó segundo en la votación del Cy Young en 2001, 2002 y 2004. En 2001, perdió ante su compañero de equipo Randy Johnson, quien consiguió un 21-6 con un ERA 2.49 y 372 Strikeouts. En 2002, perdió contra Johnson de nuevo – esta vez 24-5 con un ERA de 2.32 y 334 Strikeouts. En 2004, perdió contra Johan Santana, quien lideró la liga en ERA (2.51), Strikeouts (265) y WHIP (0.921).
Y, por supuesto, estaba la magia de la postemporada. Cuando los Diamondbacks 2001 ganaron 92 partidos y llegaron a la postemporada, nadie los tomaba en serio. En primer lugar, jugaron contra un buen equipo, los Cardinals, con un viejo Mark McGwire y el joven Albert Pujols. Schilling en el primer partido jugó las nueve entradas, nueve Strikeouts, ningún jugador de los Cardinals llegó a tercera base. En el quinto partido Schilling lanzó nueve entradas más, de nuevo nueve Strikeouts y un solitario Home Run de JD Drew. Los Diamondbacks iban a las Series de Campeonato a verse con los Atlanta Braves, un equipo que iba perdiendo su época de dominación.
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Schilling sólo necesitó lanzar una vez en la Serie ante los Braves. Lanzó el partido completo, 12 Strikeouts y concediendo únicamente una carrera. Los Diamondbacks ganaron las series en 5, y jugaron las Series Mundiales ante los Yankees, campeones durante los tres últimos años.
Y Schilling lo hizo de nuevo, dejó como era su costumbre una entrada para su padre en Will Call, permitió tres hits en siete entradas y los Diamondbacks se pasearon ante los Yankees. Schilling lanzó casi igual tras tres días de descanso en el Yankee Stadium, siete entradas, tres hits, nueve Strikeouts, dejó el partido en 3-1 para los de Arizona y entró el relevista Byung-Hyun Kim para lanzar en la octava, y la historia no termino bien para los Diamondbacks, los Yankees remontaron y consiguieron la victoria con un Home Run de Derek Jeter.
Schilling regresó para el séptimo partido. Dejó a los de New York a cero en las seis primeras entradas, en la séptima los Yankees consiguieron una carrera y un Home Run para Alfonso Soriano en la octava entrada, Randy Johnson llegó al partido, un error de Mariano Rivera, el hitt de Luis González…, bueno, ya saben, los Diamondbacks ganaron las Serie Mundiales. Para Sports Illustrated el mejor partido Postemporada de la década (2000-2009)
Schilling fue espectacular en la Postemporada. Siempre estará la discusión de si uno es mejor porque lo es en los momentos importantes, fue durante dos meses de octubre que Curt Schilling estuvo magistral, y volvió a ocurrir en el 2004, esta vez jugando con los Red Sox. Schilling no fue tan dominante, apenas podía caminar, sufrió su famosa lesión de tobillo, la que se abriría y sangraría a través de su calcetín en el sexto partido ante los Yankees en las Series del campeonato, allí no jugó un gran partido, pero tuvo una «actuación valiente», destruyo metódicamente a un equipo de 242 Home Runs, más incluso que los Yankees del 61 con Mantle y Maris.
Curt Schilling lanzó con el tobillo dañado en las World Series, no concedió carrera en seis entradas.
Jugó siete partidos de inicio en las Series Mundiales, su equipo ganó cinco con un ERA de 2.06
Hay unos cuantos lanzadores con mayor WAR que Schilling que he dejado fuera del Top 100. Hay un buen número de lanzadores con más de 214 victorias de Schilling que he dejado fuera del Top 100. La inconsistencia salvaje de la carrera de Schilling es una marca contra él. También sufrió muchas lesiones que acortaron su carrera.
Para mí, su lugar en el Top 100 es por un par de simples razones. Uno, Curt Schilling tiene la mejor proporción de Strikeouts a bases por bolas de cualquier lanzador desde 1900 (4,38 a 1). Es incluso mejor que Mariano Rivera, y Schilling lanzó tres veces más entradas. La gente va a estar en desacuerdo acerca de lo que un lanzador puede controlar. y lo que se deja a la defensa, la suerte y el arbitraje. Pero está bastante claro que un lanzador tiene un gran control sobre son Strikeouts y Walks – y 3116 Strikeouts de Schilling contra sólo 711 Walks es una de las grandes parejas de números en la historia del béisbol.
La segunda cosa es que extraordinario récord de postemporada. Él nunca ha perdido su talento para conseguir poner de los nervios a la gente, que ha tenido sus problemas de negocios desde que dejó el béisbol, y ahora parece estar metido en una especie de guerra en Twitter cada pocas semanas, lo puedes encontar en @gehrig38. Pero hay muchas cosas buenas de este chico, está dedicado a la ELA y a otras organizaciones de caridad, es tremendamente honesto sobre sus limitaciones y el chico sigue compitiendo una y otra vez.