A menos de un mes de empezar la temporada 2021 de la MLB, me parece que es un buen momento para analizar qué cosas preocupan del devenir del juego, ¿en que estado está nuestro juego?
Por contextualizar, la temporada 2021 se encuentra entre un sándwich del año de la pandemia (2020) y la negociación del nuevo CBA (Collective Bargaining Agreement) ya que el vigente tiene vigencia, valga la redundancia, hasta el 1 de Diciembre de 2021, por lo que el nuevo CBA entrará en vigor en la temporada 2022.
Como todos recordaréis, para el año 2020, y con el fin de poder hacer una temporada más o menos extendida dentro de los plazos marcados por el desarrollo de la pandemia, se introdujeron varias novedades de las que algunas se mantienen en 2021 como son:
-Partidos a 7 entradas en dobles enfrentamientos (salvo que sea un partido suspendido previsto a 9 entradas y que se reanude en un doble enfrentamiento).
-Colocar un corredor en segunda base al comienzo del turno de bateo de cada equipo en cada entrada extra que se produzca.
-Un lanzador no podrá ser sustituido a no ser que se enfrente a 3 bateadores o se acabe la entrada en la que ha lanzado.
-Los clubs tendrán un “Taxi Squad” de hasta 5 jugadores en previsión de bajas por COVID.
Estas entradas están directamente relacionadas con otro de los aspectos que más preocupan a los dirigentes de la MLB, la duración de los partidos, en constante crecimiento.
Hay otras novedades que se implantaron en 2020 que han sido descartadas para 2021 pero que seguro que aparecerán en las negociaciones entre jugadores y dueños para el nuevo CBA. Estas son algunas:
-Presencia del bateador designado (DH) en la Liga Nacional.
-Las plantillas de los equipos vuelven a limitarse a 26 jugadores y se ampliarán a 28 en Septiembre y no habrá límite de lanzadores en el mismo (en 2020 hubo un límite de 13 durante la mayor parte de la temporada y 14 en Septiembre).
-No habrá los playoffs expandidos que hubo en 2020 sino que volveremos a ver los tradicionales playoffs de antaño con cada campeón de división y los 2 partidos de Wild Card entre los mejores records de los equipos no campeones de división.
Otra de las consecuencias de esta “vuelta a la normalidad” es que se reanudan las ligas menores, aunque con, también, bastantes diferencias. Habrá cuatro niveles, Triple A, Doble A, Alta A y Baja A y, como antaño, son los diversos escalones que deberán ir subiendo los jugadores para alcanzar la MLB. Pero no es oro todo lo que reluce ya que 43 equipos que eran afiliados a franquicias MLB ya no lo serán en 2021. Esto incluye a todos los clubes de las ligas Pioneer and Appalachian y a muchos de la liga New York-Penn.
En cuanto al juego hay varias corrientes que parece que se van a generalizar en 2021 y que puede que se queden para siempre. Ya sabemos que todo cambio de norma eventual tiene el riesgo de venir para quedarse.
Hay una cierta tendencia en algunos equipos a extender la rotación de toda la vida de 5 abridores a 6. Los equipos siguen dándole vueltas a cómo maximizar los resultados de sus cinco abridores. Si ya el opener (abrir un partido con un relevista para darle la primera o, a veces, segunda entrada) está bastante instaurado, parece que hay equipos que pueden plantear la posibilidad de tener rotaciones de 6 lanzadores. Esto es mucho más factible en equipos donde el nivel de los lanzadores es más equilibrado que en equipos que cuentan con 1 o 2 aces ya que, en estos últimos casos, la presencia de estos sería más escasa ya que lanzarían en menos partidos.
Obviamente, esto, en playoffs, no es asumible ya que los periodos de descanso de los lanzadores estrella suelen acortarse. También es posible que esta medida de 6 abridores sea más factible en aquellos equipos que dispongan de 2 way players, es decir, jugadores que pueden lanzar y batear al mismo tiempo (Shohei Ohtani en los Angels es el claro ejemplo, aunque también podría pasar con Michael Lorenzen en los Reds o Brendan McKay en los Rays). Y claro, detrás de esto, está el evidente tema de evitar lesiones de los pitchers al pasar de una temporada corta como la de 2020 a una normal en 2021.
Otra de las afectaciones que está teniendo el abridor es que sus aperturas apenas se alargan. En 2020, sólo el veterano Adam Wainwright, lanzador mítico de los Saint Louis Cardinals, lanzó más de 120 veces en un partido (122 en su trigésimo noveno cumpleaños contra los Indians). 10 años antes, lo hicieron 131 y 20 años atrás, 466 pitchers lanzaban más de 120 lanzamientos en el mismo partido. El caso más sonoro y llamativo ocurrió en las World Series cuando, en el sexto partido, Blake Snell, lanzador zurdo de los Rays estaba dominando claramente a los bateadores de los Dodgers y el manager Kevin Cash decidía cambiarlo antes de enfrentarse a los bateadores por tercera vez en el mismo partido. Decisión muy criticada pero basada en unas analíticas que dicen que el bateador hace más daño al lanzador cuantas más veces se enfrenta a él en el partido.
Otro de los aspectos que más preocupan a los mandamases del béisbol es hacerlo más atractivo para el espectador.
Cada partido sigue aumentando en promedio de duración año a año y muchas de las medidas que se van tomando son para intentar reducirlo. Los double header a 7 entradas, el corredor en segunda base en entradas extra o el evitar tanto cambio de lanzador van en esa línea. Pero no se están consiguiendo los resultados esperados. Sin ir más lejos, la media de duración de los partidos en 2020 ha sido de 3 horas y 7 minutos cuando hace 10 años era de 2 horas y 50 minutos.
Otra de los aspectos que está empezando a preocupar a la oficina del comisionado es que el juego se convierta en más vistoso y menos monótono. Que se vuelva al antiguo béisbol que consistía más en poblar las bases que en despoblarlas a base de bambinazos. Está siendo una era donde muchos turnos de bateo (en 2020 el 36% cuando hace 10 años era un 29%) acaban con una base por bolas, un strikeout (por primera vez en la historia se ha sobrepasado los 9 SO por partido de media) o un Home Run (conocidos como The Three True Outcomes) haciendo que el porcentaje de bateo (.245 en 2020, el más bajo desde 1972) y el OBP (on base percentage) esté bajando mientras que el Slugging y el OPS (on base plus slugging) subiendo. Los bunts o toques de sacrificio son una excepción (también influenciadas por el DH universal en 2020), los singles siguen bajando (5,06 por partido, la cantidad más baja de la historia) así como las bases robadas están en desuso.
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Para eso y como medida para corregir ese aspecto, se está estudiando la posibilidad de prohibir los shifts (o cambios defensivos) con el fin de que se aumente el promedio de bateo. Aunque los shifts se llevan haciendo muchos años, es ahora cuando se están haciendo más frecuentes y, sobre todo, más llamativos. El BABIP (porcentaje de bateo en bolas en juego) actual es ahora mismo el más bajo desde 1992 y para ello se está considerando la obligatoriedad de tener siempre 4 jugadores en el infield o tener a 2 en cada lado que marca la segunda base.
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Incluso Theo Epstein, firmado por la MLB como consultor, pero que ha sido uno de los precursores, con mucho éxito, de introducir estas nuevas corrientes analíticas en el béisbol moderno, se ha, de alguna manera, mostrado arrepentido de haber contribuido a hacer este deporte más aburrido. Por ello, ha sido contratado por la MLB para intentar poner más la bola en juego, para que los jugadores muestren más su atletismo jugando y corriendo y para, en definitiva, hacer que el espectador disfrute más el juego.
A los que nos gusta el béisbol en cualquiera de sus variantes no nos afecta, pero sí que sería bueno poder atraer a más gente a verlo. Veremos si se consigue.