“El talento en el béisbol no se distribuye de forma normal. Es una pirámide. Por cada jugador que está un 10 por ciento por encima del jugador promedio, probablemente hay veinte jugadores que están un 10 por ciento por debajo del promedio”. Esto escribía Bill James en su “Baseball Abstract” de 1988.
Y en lo alto de la pirámide tenemos a Mike Trout, por allí cerca andan otros jugadores, como Christian Yelich, Francisco Lindor, Cody Bellinger… Esos son fáciles de nombrar, pero la dificultad empieza cuando va bajando la pirámide, encontrar que jugador es superior al otro jugador, y sobretodo, que jugador será mejor de la zona más amplia de la pirámide durante los años que jugará en nuestro equipo.
Ver a los de la cima no es complejo, lo ilustra muy bien Joe Posnanski en uno de sus artículos. Cuenta que su amigo Muzzy Jackson era asistente del Manager de los Kansas City Royals, y un día pidió al club acercarse más al mundo de los scouts, ver como trabajaban, por donde se movían, así que lo mandaron a ver un prospect de una escuela de Miami, de la Westminster Christian, y se fue a ver a un jugador que se llamaba Alex Rodriguez. Tenía que medir sus cinco “armas” con una puntuación del 20 al 80. Así que le vio batear dos enormes Home Runs, su poder era 80, corría las bases a una velocidad endiablada, velocidad de 80, lanzaba las bolas a las bases de forma perfecta, su Fielding también de 80, lanzaba la bola a muchas millas por hora, su brazo también era de 80, consiguió en el plato un 3 de 3 con dos o tres bases por bolas intencionadas, su bateo era de 80. Volvió a Kansas, allí contó lo fácil que era hacer de scout, no era difícil equivocarse.
Evidentemente no era difícil equivocarse con Alex Rodríguez, y los Mariners lo cogieron con el número uno del draft, pero después se complicaba la cosa. El segundo mejor de su draft, Torii Hunter fue elegido con el número 20, el tercero, Derek Lee con el 14 y luego Chris Carpenter con el 15. Sólo ARod estaba entre los 10 primeros del draft.
El béisbol es el deporte más individual y más de equipo que existe. El bateador se enfrenta solo a los 9 del otro equipo, pero un buen bateador necesita buenos jugadores que le acompañen, porque sólo no puede hacer casi nada. En la NBA un buen jugador puede marcar el rumbo de una franquicia, cuando se necesita una canasta importante o el partido va apretado, siempre se puede buscar al bueno, que allí estará. En el béisbol no, está el orden de bateo que está, y si para el último inning te la tienes que jugar con el séptimo, octavo y noveno del orden de bateo, no puedes hacer nada más, esperar que alguno se embase para poder llegar al primero en el orden de bateo. En el béisbol se necesita a ese buen jugador y buenos acompañantes, y allí aparece la pirámide, buscar que jugador es superior entre todos los jugadores que parecen “iguales”, cuando no lo son.
Y aquí entra el saber, el conocer, el buscar lo que quieres hacer, que tipo de jugador necesitas, el equilibrio entre defensa y ataque. Un gran bateador que me deje un agujero en el jardín o un gran jardinero que tenga que batear el octavo o el noveno, y en esas decisiones se forma un equipo, y evidentemente no es nada sencillo.
Os recomiendo el juego “Out of the Park“, allí puedes dirigir una franquicia de la MLB, comprar y vender jugadores, hacer trades, reconstruir un equipo… No es nada fácil en la ficción, porque cambiar jugadores no es sencillo, no darás tres jugadores de la base de la pirámide por uno que este cerca de la cima, esto no funciona así, te arrancarán tus mejores prospectos por un buen jugador, “si lo quieres paga”, y deberás descubrir esos valores ocultos que sólo tú puedes ver, y no es para nada fácil, aunque tengas todas las estadísticas del mundo, que el juego te las proporciona. Sé que sólo es un juego, pero te ayuda a meterte en el mundo de la gestión de tu equipo favorito, y verás lo complicado que es este mundo, que parece mucho más sencillo desde fuera, cuando yo “tradearía ahora a Buster Posey, para reconstruir”, pero veamos lo que te dan a cambio, porque no es el jugador que fue, y su valor no es el mismo que hace unos años, y podrías perder el trabajo si el equipo empieza a perder, y los fans empiezan a odiarte, y traes a un catcher que debe revolucionar el béisbol, pero nadie te lo traspasará si fuera así, si fuera un nuevo Yadier Molina, entonces deberás mirar como está la pirámide, y recordar que un día tuviste a jugadores que estaban en la cumbre y que ahora van cayendo hacia la arena, mes tras mes, y otros van escalando, porque como todo en el deporte tiene vida propia, y lo que vale hoy ya está caducado en unos días.
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