El Spring Training sigue avanzando y los cambios que en inicio nos parecían terribles sobre las reglas del juego (como se veía venir con la introducción de los robo-umpires), poco a poco se van integrando en el día a día, en las mentes de los jugadores y también en la audiencia.
También sirve, como podemos imaginar, para comprobar si realmente funcionan y si hace falta hacer algún reajuste una vez se han probado. Y es posible que algunos cambios lleguen para el Opening Day, según informa la MLB. Si finalmente se producen, estos cambios no serán grandes o rompedores, por lo que podemos tener cierta tranquilidad.
Según Glen Caplin, representante de la MLB, comentaba:
“Si es necesario hacer algún pequeño ajuste, se puede hacer. No creo que tengamos grandes cambios generales de ningún tipo”.
Para aquellas personas que no estén al día por cualquier motivo o estén reconectando con el deporte, los siguientes cambios se han establecido para 2023: bases más grandes; introducción de un pitch clock (para acelerar partidos); la eliminación del shift (para promover jugadas más emocionantes y no eliminaciones tan instantáneas); la segunda base ocupada automáticamente en los extra innings.
El objetivo de estos cambios era, entre otras cosas, reducir la duración de los partidos, ¡y está funcionando!
Se ha conseguido reducir una media de 25 minutos por partido hasta ahora, pero no solo los minutos “ahorrados” cuentan.
A finales del verano pasado, la Asociación de Jugadores (MLB Players Association) mostraba su disconformidad y votaba en contra del pitch clock y de prohibir el shift, porque podían surgir problemas durante el juego tal y como las proponía la MLB.
Y el béisbol como lo conocíamos no ha muerto, pero los jugadores siguen mostrando su disconformidad con, por ejemplo, lo estricto que resulta el pitch clock. Se piden planes de contingencia ante posibles casuísticas, porque como ya sabemos cualquier cosa puede pasar en este deporte. Así lo han expresado tanto de forma pública como privada, por lo que hay conciencia de este asunto.
Lo bueno es que la MLB está escuchando feedback desde diferentes perspectivas y hay una comunicación fluida desde todas las partes.
Creo que esto último resulta clave para seguir construyendo el futuro del baseball en la MLB… pero el futuro está por ver. Mientras tanto, play ball!