La tercera parte de nuestra serie sobre jugadores de los Marlins en el Salón de la Fama. Aquí está la primera parte y aquí la segunda parte de esta serie de artículos.
JEFF CONINE, 1B/OF (1993-1997, 2003-2005) USA. [ 86.5 % ]
¿Quieres saber si alguien es un verdadero fanático de los Marlins? Pregúntale quién es “Mr.Marlin”. Su respuesta debería ser, sin rodeos, Jeff Conine. El algodón no engaña.
Si alguien es querido en la franquicia de los Marlins, ese es el nativo de Tacoma, al noroeste de los Estados Unidos, Jeff Conine. Resulta ser el único jugador en la historia de los peces en jugar el año del debut de la franquicia (1993), para más inri, jugó los 162 partidos de la temporada. Así cómo el único que ha estado en la consecución de los dos únicos anillos de campeones de los Marlins en sus 28 años de historia.
Lo podría dejar aquí, porqué lo comentado ya vale un sitio especial en el Salón de la Fama de la franquicia. Pero aun no siendo una estrella, tuvo muy buenas actuaciones en sus dos etapas en el sur de la Florida.
La primera fue de 1993 a 1997. Seleccionado por los Florida Marlins en el Draft de expansión que organizó la MLB para las nuevas franquicias que debutarían en 1993, Jeff llegó con 27 años y apenas experiencia en grandes ligas. Pero con un promedio mínimo de .290 en cada una de sus cuatro primeros años (81 HR y 361 RBI), muestran su consistencia y su papel de pelotero con muy buena producción ofensiva, que lo llevó a ocupar el tercer lugar en el rookie del año (1993) y jugar en dos años seguidos el partido de las estrellas (1994-1995), considerado en el de 1995 el MVP (primer y único jugador de los Marlins en la historia en conseguirlo).
Es digno de estudio que la temporada 1997, debutando como 1B titular, sus números bajaran de manera exponencial. Su actuación más destacada en los playoffs fue el single que conecto al jardín central para impulsar el 2-1, que a la postre sería definitivo para ganar y poner la NLCS contra los Atlanta Braves 3-2 a favor. Tras ganar el título se marchó con el récord de la franquicia en hits y carreras impulsadas.
Jack McKeon, entrenador con mejor porcentaje de la historia de los Marlins, necesitaba un bate que le ayudara a certificar el pase a la segunda post-temporada del equipo y para ello, los peces cambiaron a dos prospectos por Conine a los Baltimore Orioles. Su poder y su contacto en esta segunda etapa (sept. 2003-2005) no era el mismo que la anterior, pero fue suficiente para ayudar en los playoffs de 2003.
Jugando en la posición de jardinero izquierdo, Conine fue una pieza clave en las tres series necesarias para levantar el título de campeón. Contra San Francisco en las series divisionales en cuatro partidos (2 R, 4 H y 2 RBI); enfrentando a los Cubs en siete partidos, consiguió batear su primer y único home run en post-temporada contra el lanzador zurdo Remlinger en el quinto partido, y en el partido definitivo en Wrigley Field conectó 3 hits y 2 carreras, acumulando un total de 4 R, 11 H, 1 HR y 3 RBI en la serie de campeonato de la Liga Nacional.
Y contra los Yankees, acumuló en la ficha técnica de las Series Mundiales, 7 hits y 4 carreras en el 4-2 global, consiguiendo su segundo anillo de campeón del mundo, siendo el único jugador de la historia de la franquicia en conseguir este hito. A día de hoy mantiene la marca de ser el que más grand slams ha conectado en la historia de los peces.
Su último partido cómo pelotero profesional sería con los Mets enfrentando, a quién si no, los Florida Marlins. A nivel numérico quedó con, juntando las dos etapas con los peces, 1.014 partidos, 1.005 hits, 120 HR y 553 RBI (.290/.358/.455). Para poner punto final a su carrera, firmó un contrato de un día para poder retirarse en el Pro Player Stadium, sede que vio nacer a los Florida Marlins y que vería homenajear a “Mr.Marlin”, Jeff Conine.
JOSÉ FERNÁNDEZ, RHP (2013-2016) Cuba. [ 88.9 % ]
Llegamos al pelotero más votado por el aficionado y los periodistas del equipo de “Fish Stripes” y, consecuentemente, el jugador con mayor honor en formar parte del Salón de la Fama de los Marlins 2020, “El niño”, José Fernández.
El cubano nacido en Santa Clara y conocido en la isla cómo “delfín”, fue una grata sorpresa para el béisbol local. Sus grandes virtudes lanzando con tan corta edad le puso el foco encima de su figura, y su sueño de ir a Estados Unidos, para hacer de la pelota su vida, fue su prioridad. Para ello siempre tuvo el apoyo de sus dos figuras más importantes en su vida, su madre y su abuela. El padre de José los abandonó cuando él era un recién nacido.
Para empezar su gran sueño tuvo que pasar por una serie de calamidades propias del tercer mundo. Intentó varias veces marcharse de Cuba con un bote, interceptado una vez cuando salvó de ahogarse a su madre que le acompañaba y ello provocó, que fuera detenido e inhabilitado de jugar a béisbol durante un año.
La luz salió en su camino y tuvo la oportunidad, en el instituto, de demostrar su gran potencial. Grandes actuaciones llevaron a los Marlins a seguir-le y, finalmente, seleccionarlo en el pick 14 del Draft de 2011. Su rendimiento era reconocido por todo el equipo de menores de la franquicia y nadie dudaba de su enorme techo en el béisbol profesional.
En su debut el 7 de abril con 20 años (segundo más joven de 2013 en la Liga Nacional tras Bryce Harper), lanzó cinco entradas permitiendo una sola carrera y “ponchando” a ocho rivales. Convirtiéndose en el séptimo lanzador menor de 21 años desde 1916, con al menos 8 K en su debut.
2013 fue una temporada explosiva para un pelotero tan joven, con un récord de 12-6, 2.19 ERA y 1.08 K/entrada (28 partidos iniciados, con 187 K). Números que lo llevaron a jugar el All-Star, reconocido cómo rookie del año y tercero en la carrera por el Cy Young.
Las siguientes temporadas 2014 y 2015 fueron damnificadas debido a una lesión en el codo que hizo pasar a José Fernández por la famosa cirugía Tommy John. “El niño”, apodado así por su carácter infantil y su sonrisa infinita, tuvo que buscar una distracción para pasar la frustración que le provocaba el hecho de no poder jugar a la pelota. Y esa fue la compra de un barco para poder salir al mar y pescar, sensación que le hacía sentir vivo.
Su vuelta fue especial, tanto por volver al montículo a lanzar como por conseguir, contra los Giants el 2 de julio, el home run prometido a su abuela. Su sonrisa volvió y así todo el ánimo de la Pequeña Habana.
Para el año 2016, con 23 años y sus lanzamientos tan potentes (bola rápida, curva y slider), consiguió 253 K que le ayudaron a obtener su máximo de juegos ganados en una temporada con 16, así como ser el cuarto mayor número de strikeouts en una sola temporada para lanzadores menores de 24 años, sólo por detrás de Roger Clemens. Acabó en el séptimo lugar del Cy Young. Por delante de él, nombres cómo, Scherzer, Lester, Bumgarner o Kershaw.
Amaneció el 20 de septiembre de 2016 en Miami y cómo cada vez que lanzaba José Fernández, era día de celebración en la capital del sur de la Florida. El lleno del parque estaba asegurado. En palabras del propio lanzador cubano a su compañero Martín Prado, “hoy ha sido mi mejor partido lanzando”. Ese día contra los Washington National en 8 entradas lanzó para 3 H, 0 R, 0 BB y 12 K.
Por desgracia, días más tarde todo se torció de una forma que congeló el aliento de la ciudad de Miami y de la comunidad del béisbol. La misma distracción que en su día le hizo sentir vivo en un momento difícil de su carrera, acompañado de otros ingredientes, le hizo acabar con su vida. Sufrió un accidente de barco a altas horas de la madrugada. Quizá demasiada euforia le pasó factura y su vida, que esperaba una nueva acompañante de nombre Penélope, que aún crecía en la barriga de su mujer, se terminó.
Sus estadísticas lo elevan a un pelotero histórico digno de ser considerado un mito en las grandes ligas. Su corta trayectoria se reflejó con un acumulado de 38-17 y 2.58 ERA en 76 juegos iniciados. Consiguió “ponchar” al 31% de bateadores enfrentados (el mejor récord de la historia de la MLB) y ganó el 69 % de sus partidos, con un balance en el Marlins Park de 29-2. Pero su valor cómo figura de la pelota fue mucho más allá, la conexión que logro con la afición de Miami y de la franquicia de los Marlins, fue única y así perdurará en la historia.
CURIOSIDADES
Para finalizar este Salón de la Fama inaugural, comentaré una serie de curiosidades que se han dado por el importante valor del usuario a la hora de votar.
Destacado que ninguno de los dos MVPs de las Series Mundiales del 97 y 2003, Liván Hernández y Josh Beckett respectivamente, han salido electos.
Josh Beckett estuvo a 2 votos de entrar en la selección por detrimento de Luis Castillo.
El mismo Beckett junto a los 13 siguientes más votados se mantendrán en la lista de 2021. El único que cae en la posible entrada al Salón de la Fama es, Steve Cishek, al recibir el menor apoyo por parte de los usuarios (3,2 %).
La mayor diferencia a la hora de valorar a un pelotero, entre equipo de Fish Stripes y usuarios, ha sido el segundo base Dan Uggla (72,7 % vs 30,2 %).
Nombres propuestos por los usuarios y que no aparecieron en 2020 pero si lo harán en 2021 son, Iván Rodríguez, Robb Nen y Kevin Brown. Junto a ellos podremos ver a otros cómo, Dee Gordon, Giancaro Stanton, Christian Yelich, Adeiny Hechevarría, Marcell Ozuna, etc..
El próximo mes (20-24 de julio) en el sitio web oficial de Fish Stripes se hará una Induction Week. Dónde se publicarán una serie de artículos como reconocimiento, haciendo el paralelismo con la placa que entrega la MLB a los nuevos residentes de Cooperstown, a cada uno de los peloteros elegidos para el Salón de la Fama Marlins 2020.