Vamos a imaginar que estamos en diciembre. En un resort de lujo de Florida, Nevada o el Sur de de California. Son las Winter Meetings. Entramos en una habitación y nos encontramos a Theo Epstein, Bernie Williams, Jake Peavy y Ryan Dempster. Entre los cuatro suman 10 Series Mundiales. También está con ellos Peter Gammons. Medio siglo cubriendo la MLB para distintos medios.
Uno se espera una charla apasionantes sobre béisbol. Anécdotas increíbles. Historias jamás escuchadas. Pues no, lo más probable es que esta hipotética conversación, de haber existido fuera sobre música. Gammons y Epstein son fans acérrimos del rock, en concreto de Pearl Jam. Williams es un gran guitarrista con cierto prestigio en el mundo del jazz. Peavy y Dempster, por su parte, tiran más hacia el country y el folk.
Imaginemos ahora un tugurio infecto. Una de esas salas de conciertos con baños convertidos en pinchódromos que existían en el Nueva York o el San Francisco de los últimos setenta. Allí nos encontramos a Steve Albini, productor de In Utero o Surfer Rosa y entusiasta del hardcore, a Buzz Osborne de los Melvins, a Brad Magers de The Bronx y a Ken Casey de los Dropkick Murphys. La lógica nos dice que estarán hablando de giras locas, de cómo era grabar con Kurt Cobain, de batallas campales en medio de un concierto y de excesos con el alcohol y las drogas. En absoluto, estos cuatro tíos estarían hablando sobre béisbol. Quizás podrían estar hasta intercambiando cromos.
Estos son los dos mundos que se ha empeñado en juntar Jason Dummeldinger en un documental titulado Baseball Furies. Dummeldinger es componente de la banda Red Eyed Legends y realizador amateur que tras años luchando por sacar adelante producciones beisboleras bastante demenciales parece haber dado con la tecla.
En 2013 intentó sacar una serie en formato docudrama que se titulaba Between the Lines y cuyo cometido era abordar historias poco conocidas del mundo del béisbol. No llegó a buen puerto. Dos año después, en 2015, apostó por una sitcom. Se titulaba Somebody Cards y se centraba en el día a día de unos nerdacos que regentaban una tienda de cromos en Chicago. Hasta donde yo sé solo se grabó un capítulo.
Mezclar béisbol y distintas escenas de la música alternativa suena a chino, pero así es como lo justifica el propio Dummeldinger: “Ni el béisbol, ni ningún otro deporte, han bailado pogo al ritmo del punk. Una buena parte del punk se ha basado en el nosotros contra ellos, especialmente en el instituto, donde los deportistas eran el enemigo. Pero a medida que crecí me fui dando cuenta de algo. Algunos de mis viejos amigos que tenían bandas de punk, metal y hardcore, y que una vez fueron adolescentes que criticaron el orden establecido, reconocieron en varias redes sociales ser aficionados acérrimos del béisbol. Hasta ese momento pensaba que era parte de una minoría de punkis viejos que aún le prestaban atención al que considero el mejor deporte jamás jugado. Una sensación similar a la que tuve al escuchar el primer disco de los Ramones y descubrir que no estaba solo, que había otros como yo”.
”Hablé con más gente del mundo del rock and roll y con músicos sobre béisbol y descubrí que éramos legión. Una subcultura dentro de una subcultura de bichos raros que ignoraba la cultura popular convencional, pero que con unos brazos tatuados se aferraba firmemente a la pelota y al bate. Muchos jugaron cuando eran niños, algunos incluso lo hicieron en el instituto y/o la universidad. Algunos lo siguen haciendo en ligas de aficionados mientras que otros se han convertido en entrenadores o árbitros en ligas municipales. Vamos, ¡qué aún tenemos el cuerpo para mucho más béisbol!”
De momento, lo único que hemos visto del documental de Dummeldinger es el trailer. Y lo cierto es que destila amor verdadero, auténtico espíritu DIY e inutilidad a partes iguales. Tampoco hacen falta dos horas largas (que parece que es lo que dura) para contarnos que un puñado de músicos raritos jugaron al béisbol cuando eran niños. Pero es esa absoluta falta de sentido lo que hace del documental algo de lo más apetecible. Si no pasa nada raro (y cruzamos los dedos) Baseball Furies se estrenará en algún momento del 2020. Les mantendremos informados.
Y a modo de despedida les dejamos una playlist beisbolera…
Disco Demolition Night de Chuck Brodsky
Death or Glory (The Clash cover) por Peter Gammons
Tessie de The Dropkick Murphys
Baseball Altamont (The Nightmares cover) por Yo La Tengo
Take Me Out to the Ballgame por Bernie Williams
Drinking with Mickey Mantle de The Taxpayers
Littlest League Possible de Guided By Voices
Go, Cubs Go! por Manic Sewing Circle
Beat on the Brat de Los Ramones
Bill Lee de Warren Zebon