No voy a hablar de la obra maestra de Richard Ford, «El Periodista Deportivo», aquí sólo voy a colgar los escritos que me manda un amigo mío que ha conseguido trabajar para un medio de comunicación americano, para cubrir la MLB. Lo que realmente querría publicar, pero no entra en las líneas editoriales de los medios tradicionales. Le llamaré Frank Ford, Frank por el protagonista de la novela, Frank Bascombe y Ford por el escritor. Hoy me ha mandado un mail, y no hago otra cosa que copiar y pegar.
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He conseguido el trabajo de mi vida, periodista deportivo siguiendo el deporte que más amo, el béisbol, y encima en la mejor liga del mundo, la MLB. Pero nada es perfecto, me pagan una miseria, como me dijeron a los diez minutos de andar por ahí, «si no te gusta el sueldo ya puedes largarte, tenemos cientos de personas en la calle que lo harían por menos dinero.» No hemos nacido para ganar dinero, hemos nacido para ser felices -vaya gilipolleces autocomplacientes que genera la mente de los pobres-. Podré viajar por todo el país, entrar en todos los estadios, ver partidos desde la primera línea, y eso no se paga con dinero -unos cojones, todo se paga con dinero-.
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Y ahora tengo que escribir sobre la postemporada, el mercado de fichajes y toda esta movida, casi siempre basada en rumores o en lo que a mi se me ocurra. Tenemos que llenar páginas con la nada, con ¿qué pasaría sí? Coño, que Manny Machado se va de Tour para hablar con los equipos, ni que fuera el Tour de Francia. Que Bryce Harper habla cinco horas. con su antiguo equipo -pedazo noticia, no podía ni dormir cuando la escuché-. Que si 100 millones, que si 200 millones… Un aburrimiento, si lo que me gusta es escribir sobre lo que ocurrirá en cada equipo, no de esta cantidad de rumores donde sólo uno se convertirá en realidad y el resto será papel mojado.
300 millones por 10 años, ni de coña. Recordad la película de «Moneyball» -si no la has visto, deja de leer, vas a verla y vuelve para seguir leyendo-. Entra Billy Beane (Brad Pitt) junto al economista Peter Brand (Jonah Hill) en una sala de reuniones donde hay unos ocho scouts de la vieja escuela reunidos, allí hablan de los futuros fichajes. El economista es el tipo raro, el de fuera.
Bien, pues hoy en día puede que en la mesa de planificación haya un scout, pero el resto son matemáticos, economistas, ingenieros, un periodista deportivo especialista en Sabermetrics… Y nadie que entienda algo de números puede estar de acuerdo en pagar 300 millones por 10 años, a la larga es un negocio ruinoso, y deja a tu equipo con una losa durante años. Los jugadores bajan su rendimiento a partir de los 32 años -no todos, claro, pero la media si-. Y la gente de The Athletic publicó un artículo donde analizaba los contratos de 10 años, el único que funcionó fue el de Alex Rodríguez, el resto no han tenido buenos resultados, se analizan 13 contratos, ¡Funcionó 1 de 13! Si es por el departamento analítico no se hará, si es por algún propietario, es posible, pero, ¿te gastas millones de dólares en un departamento para no hacerles ni caso? Pues algunos puede que si.
Yo escribiré lo que toca como periodista deportivo, «que el mercado no se mueve lo suficiente, que ya se moverá, que Harper se ha reunido con la vecina del segundo del utillero de los White Sox, que Machado se ha bañado en una piscina propiedad del hermano del gerente de los Yankees, que si el dinero es más importante que la competitividad del equipo, que ir a un buen equipo es más importante que el dinero, que…» Bien, rellenar páginas.
Y el otro tema que tenemos que tratar son las nominaciones al Hall of Fame, que como el MVP parece que hay gente que les va la vida. Mariano Rivera debe estar en el Salón de la Fama, pero, ¿ser el primer jugador que entra por unanimidad por el voto de los periodistas? Ni Babe Ruth entró por unanimidad. Es el mejor closer que ha habido en este deporte, pero ha lanzado muchísimo menos que la mayoría de pitchers que hay en el Salón. Debe entrar, si. Ser el primero por unanimidad, pues no lo será. Predicción tras mi segunda copa de la tarde, Mike Trout será el primer jugador que entre por unanimidad en el Hall of Fame (pues no será así, Mariano Rivera ha entrado con el 100% de los votos, el primero que lo ha conseguido). Y claro de Barry Bonds y Roger Clemens deben entrar, pero con un asterisco más grande que los huevos de Pete Rose, porque han sido jugadores geniales, pero utilizaron sustancias que en esa época estaban prohibidas -no como los jugadores de principio de siglo, que utilizaban substancias que ahora sabemos que son donantes, pero en su época eran perfectamente legales-.
Que me aburren estos días, que tengo ganas de empiecen los partidos, de ver a los nuevos jugadores, de ver béisbol, que en definitiva es de lo que va todo esto, ver partidos de béisbol, disfrutarlos todos, porque siempre hay jugadas en cada uno de los partidos que hacen que nos levantemos del sofá y nos caiga la cerveza. Y este año veré la Liga diferente, porque hoy soy periodista deportivo.