Una de las mejores cosas del deporte es ser aficionado de un equipo, compartir con otro montón de locos unos colores, un escudo, unos héroes, unas victorias y unas de derrotas; en definitiva, ser parte de una familia. Y una cosa importante para sentirse parte de esa familia es compartir una historia común, algo que nos identifique y que nos haga desarrollar esa pasión, para que se te pongan los pelos de punta al ponerte la camiseta y entrar en tu estadio, para llorar en los malos momentos y celebrar los triunfos saltando como locos en un asiento abrazados a un extraño que comparte la misma locura.
Eso es lo que queremos traer aquí: una breve historia de cada equipo para que cada aficionado de cada club pueda sentirse parte orgullosa de una tradición.
Para empezar, vamos a ir con un equipo con una historia breve, pero que ya ha dejado momentos gloriosos y grandes jugadores y también ha tenido tiempo de tener sus travesías por el desierto. Y nunca ha estado mejor dicho lo del desierto, ya que hoy nos tocan esas serpientes de Arizona
Arizona Diamondbacks
Nombres del equipo
- Arizona Diamondbacks (1998-Presente)
Los Diamondbacks llegaron a la MLB en la última expansión de la liga (junto con los Rays), llevando béisbol del máximo nivel y de un estado que ya llevaba varios años siendo la sede de una de las Ligas de Spring Training y de la Arizona Fall League, que cada otoño disputan los mejores prospectos. Los intentos para tener un equipo de Grandes Ligas empezaron en los años 80, pero no fue hasta que Jerry Colangelo, dueño de los Phoenix Suns, decidiera entrar en la puja en 1993 que la intentona tuvo visos de éxito. De hecho, Colangelo estaba tan seguro de lograr el objetivo que en 1995 organizó un concurso para encontrar nombre para el equipo (una actitud competitiva y atacante que mostraría también más adelante). Efectivamente, apenas un mes después, y previo pago de $130 millones como cuota de inscripción, Phoenix logró su equipo. Lo curioso es que originalmente la idea era que Arizona jugara en la AL, pero tras las quejas de algunos equipos de que eso les supondría jugar demasiados partidos fuera de su zona horaria, las serpientes fueron asignados a la Liga Nacional generando esa diferencia que se mantuvo durante varios años en el número de equipos que tuvo cada liga.
Colangelo decidió que el equipo debía representar a todo el estado y que su equipo se llamaría Arizona Diamondbacks y no Phoenix Diamondbacks. Parece que la estrategia funcionó a la hora de atraer a la afición, ya que la población recibió al club con los brazos abiertos y las entradas para el primer Opening Day se vendieron en apenas un par de horas.
Por cierto, lo de Diamondbacks salió del concurso organizado en 1995 y hace referencia a una serpiente de cascabel de la zona y que es famosa por la cantidad de veneno que inyecta cada vez que muerde. Los de Arizona llegaban con ganas de pelea.
Estadios del equipo
- Bank One Ballpark / Chase Field (1998-Presente)
Éste fue el primer estadio de los Estados Unidos en tener un techo retráctil sobre cesped natural. La verdad es que poder cerrar el estadio se hace indispensable en una zona del país en la que la temperatura máxima media en verano es de 37,3ºC. Duro para los jugadores y duro para los espectadores.
Títulos de las World Series
1-2001
Apenas en su cuarta temporada de existencia los Diamondbacks llegaban al Clásico de Otoño ante unos Yankees que se habían convertido en el equipo al que apoyaba todo el país, tan solo un mes después del atentado a las Torres Gemelas. Los neoyorquinos también eran el favorito deportivo para llevarse su 4º título consecutivo.
Sin embargo, Randy Johnson y Curt Schilling se echaron al equipo a las espaldas como hicieron a lo largo de toda la campaña (acabaron 1º y 2º en la votación del Cy Young) y en los playoffs (se combinaron para un 9-1 y 1.30ERA en 89.2IP, mientras que el resto de lanzadores del equipo acumularon un 2-5 y 3.92ERA en 64.1IP) y dieron 2 victorias consecutivas al equipo para abrir las WS. Los de Arizona perdieron los 3 siguientes, pero se vengaron en el 6º ganando 14-2, con un fantástico Johnson. En el 7º Schilling y Clemens llevaron un empate a uno hasta la octava, pero Alfonso Soriano sacó al primero del partido con un HR que daba una ventaja de 2-1 a los Yankees. El encargado de protegerla no era otro que Mariano Rivera. Todo parecía finiquitado, pero el panameño no tuvo su mejor día, permitiendo una carrera y Luis González tenía las bases llenas cuando salió al plate. Un golpecito flojo con el bate roto que pasó por encima de un infield adelantado bastó para que las serpientes hicieran la machada de llevar el título al desierto.
Mejor época
Los inicios suelen ser los más duros. Toca acumular derrotas y picks altos en el draft para desarrollar un buen farm system que permita crecer poco a poco antes de ser competitivo. Bueno, eso es lo que dice la sabiduría tradicional. En realidad, Jerry Colangelo decidió demostrar que había otra vía.
Sí, en su primer año los Diamondbacks acabaron con un record de 65-97, último de su división a 33 partidos de los ganadores Padres. Pero Colangelo no estaba dispuesto a eso. Demostró su actitud competitiva y atacante al copiar la estrategia de Wayne Huizenga con los Florida Marlins y gastar todo el dinero que fuera necesario en fichar a algunos de los mejores jugadores de la época. Para la temporada inaugural trajo a Jay Bell y Matt Williams, dos de los Agentes Libres más importantes de ese año. Un año después llegarían Randy Johnson y Luis Gonzalez y en 2000 fichó a Curt Schilling.
Los resultados no se hicieron esperar. Entre 1999 y 2002 los Diamondbacks lograron 100, 85, 88 y 98 victorias llegando a los Playoff 3 veces (se falló en el 2000) con 3 títulos de división y 1 título mundial. Todo esto era prácticamente inaudito para una franquicia nueva y queda grabada como la mejor época de los cascabeles.
Peor época
El conjunto de Arizona no ha tenido ninguna racha excesivamente negativa. Sí que ha acabado algunas veces como último de división (2004, 2009, 2010 y 2014), pero no ha vivido una de esas situaciones en las que durante varios años el equipo no compite y la afición se desengancha. De hecho, en 2007 y 2011 volvió a llevarse su división con una presencia adicional en postemporada en 2017 como Wild Card.
Todo esto complica la elección de una “peor época”. Quizás el momento que más se acerque a esta definición sea la resaca post-World Series. Es cierto que al año siguiente Arizona ganó su división, pero a partir de ahí el equipo se desintegró rápido. En 2003 el club acabó 3º con varias lesiones de Johnson y Schilling y este último fue traspasado a los Red Sox al acabar el año. 2004 trajo un partido perfecto de Randy Johnson, pero también un record de 51-111, uno de los 10 peores en la MLB desde 1900, y la marcha de Jerry Colangelo
¿A qué se debió esta marcha? Pues a que, con el objetivo de convertir al equipo rápidamente en ganador, el directivo había endeudado severamente al club. Todos los fichajes de agentes libres habían hecho que el payroll subiera de un poco menos de $32 millones en 1998 a $81 millones en 2001 y $103 millones en 2002. Lo peor era que el pago de muchos de esos dolares se retrasó a año futuros. Tantos se pospusieron que, a finales de 2004 la franquicia debía en torno a $250 millones en salarios retrasados. Colangelo se defendió diciendo que se había hecho una gran inversión para lograr la franquicia y que necesitaban asentar una fanaticada que no desapareciera tras la novedad del primer año. Para ello se “compraron” todos esos títulos de división y mundiales. Pero la franquicia se vió en serios problemas económicos y hubo que pedir más dinero a los inversores y subir los precios de las entradas. Finalmente Colangelo se vió obligado a vender su parte en el equipo al resto de socios fundadores del equipo poniendo punto y final a los años gloriosos.
No es que esta época negativa durase demasiado. La nueva gerencia siguió gastando dinero en Agentes Libres (además de deshacerse de las estrellas que quedaban, como Randy Johnson que fue a los Yankees) y los ganadores de la NL Oeste en 2007 ya no tenían el sello Colangelo, ni quedaba ninguna estrella de la época. Sin embargo, sí que quedó una resaca fuerte del triunfo a modo de recordatorio de que los títulos no pueden simplemente “comprarse”.
Mejor pitcher
No puede haber dudas acerca de quien es el mejor pitcher de la historia de los de Arizona. The Big Unit fue el gran ace de los Diamondbacks campeones del mundo y formó una dupla prácticamente insuperable con Curt Schilling a principios de década. En esas seis temporadas marcó registros que hicieron historia armado con su portentoso fastball que llegaba a 100mph y un slider demoledor: record de 103-49, 2.65 ERA (liderando la liga 3 veces), 4 Cy Youngs consecutivos entre 1999 y 2002 y una segunda posición en la votación de 2004 y una Triple Corona en 2002. Pero su mayor seña identidad estadística eran los strikeouts, en 6 temporadas acumuló 1832. De hecho los 1417 bateadores que eliminó por K entre 1999 y 2002 son un record para un periodo de 4 años.
Su mejor año fue 2001 cuando además del anillo, logró 372 K (a 11 del record de Nolan Ryan) y consiguió la W en los 3 partidos en los que apareció en las Series Mundiales incluyendo un shutout de 3 hits en el 2º, una victoria como abridor en el 6º y otra lanzando 1.1 entradas como relevista en el 7º, sólo un día después.
Tras pasar casi todo 2003 lesionado, volvió con 40 años en 2004 para firmar un record de 16-14, 2.60ERA y lanzar un partido perfecto para el equipo que acabó 51-111.
Johnson aún tuvo tiempo de volver de los Yankees para vestir la gorra de las serpientes en 2007 y 2008, aunque problemas de espalda no le permitieron repetir su nivel de años antes. Aún así las estadísticas acumuladas se añadieron a las de los años gloriosos para convertirle en el líder histórico de los Diamondbacks en victorias, ERA, partidos completos, shutouts, innings y strikeouts.
Mejor bateador
Esta elección podría cambiar muy pronto. El motivo no hay que buscarlo más allá de la primera base del Chase Field, donde un tal Paul Goldschmidt se ha convertido no sólo en el icono y piedra angular de los Diamondbacks de la actualidad, si no también en una de las grandes estrellas de la liga. El de Delaware debutó en 2011 jugando apenas 48 partidos, que le sirvieron para convencer a los técnicos de que estaba listo para el Gran Show, sobre todo cuando bateó para .438 y 2 HR en la derrota en la NLDS ante Milwaukee. Desde entonces se ha convertido en una máquina ofensiva, logrando registros de en torno a .300, 30HR y 100RBI, a lo que ha añadido un don especial para el robo de bases (algo poco visto en su posición) y 3 Gold Gloves, lo que le ha convertido en un candidato perenne al MVP y le ha permitido acumular un WAR de 34.7. Le queda un año de contrato y una opción del equipo (que ejecutará al tener que pagar sólo $14 millones), así que en un par de años es muy pobrable que tenga que reescribir esta sección.
Haste que llegue ese momento, habría que contar a Luis González como el mejor hitter de la breve historia de los de Phoenix. Y no sólo por el hit ante Rivera, si no porque a día de hoy sigue siendo el lider de la franquicia en carreras, hits, dobles, Home Runs, RBI y walks.
Gonzalez llegó como un jugador del montón en 1999 al acumular un promedio de .268 en 9 años de carrera, pero en seguida se ganó a los aficionados al batear .336 con 206 hits (líder en la NL), 26HR y 111RBI. En el año 2000 mantuvo el nivel, llegando incluso a los 31HR. Pero el mejor año de su carrera sería sin lugar a dudas 2001. A nivel estadístico explotó hasta los 57HR y 142RBI (esta explosión en sus números hizo aparecieran las acusaciones de uso de PEDs, aunque él siempre lo ha negado), pero lo que hizo más memorable ese año y le hizo un sitio para siempre en el corazón de la fanaticada fue el suave hit que impulsó a Jay Bell para levantar el trofeo. A partir de ahí sus numeros fueron en declive poco a poco hasta que se marchó a los Giants tras la temporada 2006, pero aún así logró acumular una línea de bateo de .298/.391/.529 y 224HR en sus 8 años en Arizona. También bateó 40 o más dobles cuatro veces en ese tiempo y sus 596 dobles totales le sitúan 15º en la lista de todos los tiempos. El de Tampa también ha logrado 5 apariciones en el All Star y 1 Silver Slugger. ¿El premio del club por todos estos logros y ese momento mágico? Retirar su número 20 para la historia, el único que ha recibido ese honor por parte de los Diamondbacks junto con Johnson.
Mejor manager
Los Diamondbacks no han tenido ningún manager de esos que marcan época; de hecho, la mayoría de managers han tenido estancias cortas. En las 20 temporadas de historia del club ha tenido 9 managers, una media de 2,2 temporadas por manager y el skipper que más tiempo ha pasado en el banquillo del Chase Field ha sido Kirk Gibson con 729 partidos entre 2010 y 2014.
Los últimos 3 managers que han llevado a los de Arizona a la postemporada se han llevado el premio al manager del año de la NL ese mismo año: Bob Melvin en 2007, Gibson en 2011 y Torey Lovullo en 2017, siendo este último el jefe de equipo con mejor porcentaje de victorias (.574, aunque en una sola temporada). También hay que recordar que el primer manager del club fue un histórico de los banquillos: Buck Showalter.
Sin embargo, vamos a elegir como mejor manager al que guió al equipo a su único título, Bob Brenly. Tras no entrar en playoffs en el año 2000, Colangelo despidió a Showalter y contrató a Melvin. Éste no tenía experiencia como manager a ningún nivel y sólo había tenido una breve experiencia como coach en los Giants bajo los mandos de Roger Craig y Dusty Baker. De hecho, llevaba desde 1996 como comentarista para las retransmisiones de los Diamonbacks y en FOX. No obstante, supo hacerse con las riendas de un equipo veterano (media de 32 años) y con un plantel de estrellas y llevarlo a levantar el trofeo a final de año tras hacerse con la NL Oeste por segunda vez en la historia de la franquicia. En 2002 repitió título divisional antes de que las lesiones de Johnson y Schilling lastrasen al equipo en 2003. Un año después, no supo guiar a un equipo en plena reorganización y fue despedido a mitad de año en una campaña que acabó con 111 derrotas. En definitiva, y pese al mal final, Brenly es el manager con mayor palmarés con las serpientes y también el segundo mejor porcentaje de victorias (303-262, .536), sólo por detrás de Lovullo, por lo que se merece este galardón.
Hall of Famers
Con tan sólo 20 años de historia y la necesidad de que un jugador haya estado retirado durante 5 para ser elegible, pocos jugadores de los Diamonbacks han podido ser elegidos para el Hall of Fame. En total 3 personas que han pasado por el club están ahora homenajeados en Cooperstown y tan sólo 1 lo está con la gorra de los Diamondbacks
- Randy Johnson, LHP: Elegido en 2015 en su primera oportunidad con un 97,3% de votos, The Big Unit decidió aparecer en la placa con la gorra de Arizona, pese a haber jugado más tiempo para Seattle
- Roberto Alomar, 2B: Si no le asociais con los Diamondbacks es normal, ya que tan sólo jugó 38 partidos con ellos al final de su carrera
- Alan Tramell, SS: La verdad es que ésta tiene truco ya que su relación con el club son los 4 años que pasó como bench coach de Kirk Gibson y los 3 partidos en los que fue manager tras el despido de Gibson
Mi momento Diamondbacks
Está claro que nada debe de poder compararse a cuando el equipo del que eres fan se alza con las World Series, remontando en la parte baja de la 9ª del 7º partido ( y además, a los Yankees). Pero en 2001 yo era poco menos que un ignorante en esto de las 108 costuras y no tenía ni idea de quienes eran Randy Johnson ni Luis Gonzalez.
Así que mi momento favorito no puede ser otro que el único momento bueno que hemos tenido en el último lustro, la vuelta a post-temporada, en partícular la victoria en el partido de Wild Card contra los Rockies. La verdad es que el horario no ayudaba, pero esa noche era una noche especial y había que estar ahí. Se empezó bien, se sufrió luego pero se ganó, triple de Bradley incluido cuando teníamos el agua al cuello… Simplemente espero que no haya que volver a esperar otros 5 años para volver a playoffs.
Gonzalo Díaz (@RescueBlues84) / Fanático de los Diamondbacks
Tras conseguir un título de división en 2011, los de Arizona entraron en una etapa mediocre, no nefasta, (2 años consecutivos con record de 81-81 y sólo una vez último de división) pero si en una especie de terreno de nadie que no le permitía ni competir ni llenar un farm system que ahora mismo está 25º.
Pero en 2017, de la mano de un manager rookie como Torey Lovullo, el equipo sumó 93 victorias y entró en la Wild Card de la National League al quedar sólo por detrás de los inalcanzables Dodgers en el Oeste. Zack Greinke por fin demostró su nivel tras un mal 2016 y estuvo acompañado por una buena rotación con Robbie Ray y Taijuan Walker y por un sensacional Archie Bradley en el bullpen. En el lineup Paul Goldschmidt siguió siendo el líder y candidato al MVP al que nos hemos acostumbrado y estuvo arropado por el poder de Jake Lamb y el buen hacer de A.J. Pollock y David Peralta en el outfield. Pero la clave fue la incorporación a mitad de temporada de J.D. Martinez que en apenas 62 partidos bateó .302/.366/.741 con 29HR. El 2º puesto en la división les llevó al partido de vida o muerte ante los Rockies que acabó siendo un partido ofensivo puro, como se podía esperar de dos equipos que anotaron más de 800 carreras a lo largo del año. Finalmente Arizona se impusó 11-8, aunque sería barrido en la NLDS por los Dodgers.
Este año J.D. Martinez ha puesto camino a Boston, pero la gerencia se ha movido bien con incorporaciones más pequeñas como Steven Souza Jr. y parece que hay un nuevo ambiente en el desierto, mucho más optimista, y se confía en que lo del año pasado no sea algo pasajero y que la afición pueda ver los playofs de manera consecutiva por primera vez desde 2002.