Analicemos juntos el panorama de lo que les está ocurriendo a los bateadores de todos los equipos en esta temporada. El Promedio de Bateo (AVG) es el más bajo de la historia hasta el momento, la ofensiva no es la estrella de esta temporada 2021 de la MLB.
Cuatro juegos “sin hit, ni carrera” se concretaron en el primer mes de la temporada 2021 en la MLB. Los Musgrove, Rodón, Means y Miley están experimentando un idilio beisbolístico, si se me permite este término. Pareciera que es la mejor época para ser un lanzador en la Gran Carpa, atraviesan por una especie de luna de miel. Aunque eso no aplique para todos, pregunten a Luis Castillo, el lanzador estelar de los Cincinnati Reds está pasando las de Caín este año en ciernes. En general, el pitcheo luce saludable por lo conseguido.
Por otro lado, un panorama menos halagador es el que está presentando su contraparte, la ofensiva. Los Freeman, Tucker, Lindor, Ozuna, etc. más que luna de miel lo que viven es un Eclipse de Hiel. Los bateadores están pasando por una situación crítica, el AVG de este año global en la liga es de .235 (hasta el 15 de mayo), el más bajo histórico del que se tenga reporte desde 1870. Si nos referimos al pitcheo como saludable, podríamos decir que la ofensiva luce raquítica y se encuentra con serias deficiencias.
En 151 años de vida del béisbol profesional en Estados Unidos, el Promedio de Bateo actual solo se compara con el de aquel en 1968, conocido como El año del pitcher. Los bateadores registraron .237 de AVG global en la liga. Recordemos al gran Bob Gibson, el cual firmó una de las temporadas más dominantes que se reporten para cualquier lanzador en ese año.
Para 1969 dos cambios significativos vinieron de parte de la MLB, realizaron ajustes en la altura del montículo, llevándolo de 15 pulgadas a 10 y el otro se presentó cuando redujo la zona de strike. El resultado fue una mejoría en el AVG que ascendió a .248, sin duda un alza considerable.
Algo parecido ocurrió en 1920 dejando atrás la famosa época conocida como la era de La pelota muerta, cuando la misma se modificó logrando hacerla más volátil tras colocarle un centro de corcho, el AVG aumentó exponencialmente, lo mismo que los cuadrangulares.
La gráfica tomada de Baseball Reference nos hace una lista con los diez AVG más bajos de la historia. En primer lugar, se observa la temporada 2021 hasta el 15 de mayo, le sigue el “año del pitcher” de 1968. También se aprecian dos años correspondientes a la conocida era de la pelota muerta que comprendió de 1900 a 1920. El 2020 también podría entrar en el listado, ya que los equipos consiguieron AVG de .245 global en la MLB el año previo.
A principios de la temporada en curso, surgieron rumores de que el comisionado Rob Manfred planea hacer modificaciones en la loma de disparos, se habla de situar el montículo a 61.6 pies de distancia del home, es decir alejarlo 12 pulgadas en comparación con su ubicación actual. Hay a quienes les gusta esta metamorfosis, otros prefieren ser más conservadores y mantener el juego intacto.
Aquí el punto es que, el Promedio de Bateo, ese tema álgido que ya hemos mencionado con antelación, puede ser el pretexto perfecto que justifique dichos cambios, de otra forma esto no tomaría sentido. También se han barajeado otros cambios, como alargar las bases o limitar los shifts defensivos de los equipos.
Ejecutar este cambio puede ser un arma de dos filos, sin duda aumentará el contacto ofensivo y a la postre la acción en las bases, los cuales son objetivos de la liga. Sin embargo, habrá que ver cómo se desarrollan los pitcheos rompientes en esas condiciones, una teoría habla de que los lanzamientos al recorrer una mayor trayectoria podrían alejarse mucho más de la zona de strike y ahí se restringe el dominio que puede ejercer un pitcher al restarle colocación de sus lanzamientos, aunado a la velocidad.
Decimos que la velocidad, porque una bola rápida viaja en promedio a 93.4 mph. con la distancia actual de la loma al home. Si se realiza la modificación como lo mencionamos, nos representaría una caída en la velocidad de la pelota a las 91.6 mph., misma media con la que viajaba en el 2010, ese año la MLB reportó .257 de AVG de parte de los bateadores.
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La Liga del Atlántico, una liga totalmente independiente y que no cuenta con filiales de ningún equipo de la MLB, ha dado el visto bueno para realizar el cambio y ser ellos quienes sirvan de conejillo de indias para este experimento y ver las todas las posibilidades de este proyecto potencial.
Esta liga inicia su calendario el 27 de mayo y será interesante monitorizar la evolución con la que curse. Como información para considerar, la última temporada esta liga bateo para .260 de AVG entre los ocho equipos que la conforman, no creo que tengan problema alguno en el contacto de la pelota.
En nuestros tiempos, el AVG en la MLB ha disminuido paulatinamente y no ha llegado solo, vienen con él una baja en el total de home runs. Así mismo, los equipos se están ponchando demasiado, más de una vez por entrada, esto último es la primera vez que se ve en la historia del béisbol.
Es difícil asumir una sola causa de todo esto. Plantearé a continuación probables etiologías que en menor o mayor manera pueden estar contribuyendo para darnos una idea más clara de lo que está aconteciendo:
Los pitchers son más dominantes, las bolas rápidas viajan cada vez más veloces, los lanzamientos rompientes se han vuelto cada vez más efectivos. La cifra que plasmaré aquí es contundente, en 2008 un bateador lograba poner la pelota en juego el 42% de las veces cada vez que hacía un swing, este año ese promedio es de 35.4. Ese mismo 2008 el promedio de falla al intentar conectar la pelota cada ocasión que realiza un swing, conocido en el argot como swing/miss % fue de 20%, hoy ronda el 27.3%, una locura.
Si nos queremos concentrar en que los bateadores no se ponchen y hagan más contacto, quizás no sea la solución ya que es más difícil en la actualidad que cada contacto realizado por el bateador se convierta en hit, esto se traduce que tenemos el BABIP más bajo desde 1989. De igual manera, desde el año pasado a los bateadores se les ha impedido ver videos durante el juego para realizar ajustes durante los mismos, ya sea analizando su swing o la manera de cómo les lanza el pitcher.
Otro rubro que aporta a la causa del mal desempeño ofensivo, es que los pitchers han vuelto a pararse en una caja de bateo en este 2021 tras un año entero de no hacerlo. En 2020 recordemos que existió el Bateador Designado universal y ningún lanzador bateó, retomar esa acción tras un año de no ejecutarla es complicado. El pitcher batea para un promedio de .111 de AVG en este año en la Liga Nacional, en 2019 lo hizo para .131 de AVG.
En la imagen superior visualizamos el AVG generado por los pitchers de la Liga Nacional en 2021. El promedio de .240 de AVG del resto de los bateadores de esta liga podría verse beneficiado si existiera un bateador designado como el año previo, en este caso podría subir este promedio unos puntos más. Se observa que en la Liga Americana este tipo de bateador es exitoso por encima de la media general con .251 de AVG.
Los shifts defensivos son responsables directos en gran medida de la caída progresiva del BABIP, esos ajustes que realiza la defensiva de acuerdo al análisis previo obtenido de un bateador rival son cada vez más frecuentes. En este año, dicha acción se realiza un 40% de las ocasiones que un jugador se para a batear. Para las personas conservadoras o que añoran el béisbol del pasado, podría antojarse viable el limitar el número de este tipo de formaciones por equipo en cada juego como un intento de aumentar el AVG global. A un servidor le agradaría este punto, porque la tendencia es que ese 40% irá in crescendo.
Los pitchers abridores de hoy salen del juego mucho más temprano y los staffs de relevistas son cada vez más especializados. Un bateador enfrenta al mismo pitcher máximo dos veces en el mismo encuentro, rara vez los vemos hacerles frente en un tercer turno al bat. Es tajante saber que en este año los relevistas están lanzado arriba del 45% del total de entradas en las que un lanzador puede participar. Es normal que el ofensivo se vea más confundido al intentar acostumbrarse a nuevos pitchers.
Una hipótesis interesante que también está contribuyendo, es la de “los estadios vacíos”, en ella se hace una analogía con otros deportes. Una información que publicó un periódico de renombre en los Estados Unidos, deja ver que, los basquetbolistas tienen mejor porcentaje de encestes desde la línea de tiros libres y que los jugadores de fútbol han anotado goles con mayor frecuencia desde larga distancia durante la pandemia, en la cual hubo nula o muy poca presencia de público en los inmuebles. La explicación que se le dio a esto es que tuvieron menos distracciones de parte de los aficionados.
Traspolando esa conjetura al béisbol, se piensa que los defensivos pueden responder de una mejor manera al ruido emitido por el bat al momento en que los ofensivos hacen contacto con la pelota, teniendo una mayor oportunidad de capturarla.
Estos son algunos de los aspectos del juego que están sumando para un mal funcionamiento de la artillería en la MLB, veremos si el comisionado Manfred realiza algún tipo de modificación en el reglamento para generar mayor equilibrio entre lanzador-bateador y si las decisiones son fundamentadas en base a estos aspectos del juego u otros que puedan ir surgiendo. Será interesante seguir de cerca la Liga del Atlántico en su intento de ser un sinodal de estos cambios.
Ya en 2020 se tuvo un inicio lento de parte de la ofensiva, es normal que los bateadores inicien erráticos y conforme avanza el año cojan mayor ritmo y mejoren. Sin embargo, lo visto hasta el momento no tiene precedentes.
Al final de la misma tendremos una perspectiva más clara de estos escollos con los que se han topado los bateadores en la MLB y sabremos si pudieron salir bien librados de ellos.