Nuestra octava entrega sobre films y béisbol. Aquí está la primera, segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta y séptima.
El novato del año (The rookie of the year)
Henry Rowengartner es un chaval de 12 años cuyo sueño es jugar en su equipo favorito, los Chicago Cubs. Pero, sin embargo, es muy limitado jugando al béisbol hasta que un día, intentando capturar una bola, tiene un accidente que le destroza el brazo. Cuando se recupera, milagrosamente, se da cuenta que tiene un brazo que lanza a más de 100 millas, lo que le hará fichar por su equipo del alma, muy a la deriva, para llevarlo a ganar las Series Mundiales.
Mi impresión: Típica película diseñada para llevar a familias enteras al cine a pasar un buen rato. Tuvo pocas aspiraciones, pero las cumplió con creces siendo todo un éxito de taquilla cuando es una película bastante simplona. Las escenas de béisbol tienen una credibilidad mínima. Sin embargo, el personaje tuvo bastante recorrido. De hecho, el actor que interpretaba a Henry fue invitado a cantar en Wrigley Field el Take me out to the ballgame y lanzó el primer lanzamiento en un partido de los Cubs. Mucho recorrido para una película tan justa.
El momento: Quizá cada aparición de Daniel Stern como Phil Brickma, entrenador de los Cubs, sea de lo poco salvable de la película. Aunque si hay que quedarse con uno, el puñetazo que le da la madre de Henry a su novio cuando, actuando como representante, les dice que le ha traspasado a los Yankees.
La frase: “¡Tienes un culo gordo!” le provoca el protagonista al pitcher después de haber conseguido un walk y estar en primera base. Quizá sea la más famosa de esta película, aunque yo me quedaría con la que le aconseja Chet Steadman, interpretado por Gary Busey, “No te tomes el béisbol demasiado en serio, Henry, porque cuando menos te lo esperas eres demasiado viejo”.
¿Realidad o ficción?: Muchas concesiones a la realidad en esta película. Todos los equipos que salen en la película existen, con especial protagonismo para los Cubs. Además, los escenarios donde se ruedan las escenas se rodaron en los campos reales como Wrigley Field aunque la escena donde los locales eran los Dodgers se grabaron en el Comiskey Park, estadio de los rivales de los Cubs. También es de destacar entre los SO que hace Henry los que hace a jugadores verdaderos como Barry Bonds, Pedro Guerrero o Bobby Bonilla, jugador más conocido como el jugador que firmó el peor contrato de la historia de una franquicia.
Premio a la más ciencia ficción
Fanático (The fan)
Bobby Rayburn, estrella de la liga, ficha por los Giants de San Francisco. Sin embargo, la competencia en su mismo equipo es brutal. Juan Primo, otra estrella local, no sólo le impide llevar su número, el 11, sino que su rendimiento le eclipsa totalmente en su comienzo de su andadura en la bahía. Pronto, una serie de sucesos extraños con el fin de ayudarle se empiezan a suceder. Un gran fan suyo parece obsesionado con que Rayburn triunfe. Pero una fina línea separa lo que es ayudarle de perjudicarle, robándole su bien más preciado.
Mi impresión: Quizá la macro producción más estelar “dedicada” a nuestro deporte. Robert De Niro, Wesley Snipes (repitiendo papel de jugador de béisbol tras el mítico Willie Mays Hayes de Una mujer en la Liga), Ellen Barkin, John Leguizamo o Benicio Del Toro aparecen en esta súper producción. La banda sonora es digna de mención con clásicos como Sympathy for the devil, Start me up, ambas cantadas por los Rolling Stones o canciones de Nine Inch Nails. Las escenas de béisbol son espectaculares, como no podía ser de otra forma con el alto presupuesto de la película. Las actuaciones de De Niro, muy similar a su anterior papel en El cabo del miedo, como Gil y la de Snipes, como Rayburn, son soberbias. Por eso, yo la podría considerar en el ranking de mejores películas ambientadas en el béisbol, pero no aporta nada al béisbol. Al final poco cambiaría si el jugador que sufre la obsesión de De Niro es de fútbol, fútbol americano o baloncesto. Y como no podía ser de otra forma siendo Tony Scott el protagonista, abundan las escenas con luz tenue, días lluviosos y cámaras lentas.
El momento: Hay varios momentos bastante llamativos en la película. Por ejemplo, el apuñalamiento en la sauna de Juan Primo, interpretado por Benicio Del Toro, es uno de ellos, aunque yo me quedo con la escena donde Rayburn, guiado por Renard, descubre que en su frigorífico se encuentra el tatuaje que lucía Primo con su número. Aunque las escenas de De Niro con su hijo son muy inquietantes.
La frase: Frases abundantes las que hay en esta película. Pero puestos a elegir, me quedo con 3. “Yo deseo todos los días cuando voy al volante la muerte de al menos 5 personas. Pero eso no hace que ocurra. No eres un puto Dios, aunque seas superior a mucha gente”, le dice su agente a Rayburn cuando le dice que se siente culpable por la muerte de Juan Primo. Y la otra es cuando Renard le dice a Rayburn: “Es verdad lo que dicen de los bateadores, Sois muy estúpidos. Yo soy pitcher. Los pitchers usamos el cerebro.” Y otra muy de béisbol es cuando De Niro le dice a su hijo “A mí siempre me han dicho que el mejor golpe en el béisbol es el Sacrifice Fly.” “¿Por qué te sacrificas por el equipo?” le pregunta su hijo. Y le contesta Renard. “Y, además, no cuenta para tu promedio de bateo. Es por eso por lo que el béisbol es mejor que la vida. Es más justo”.
¿Realidad o ficción?: Aunque Bobby Rayburn parece que pueda estar basado en la súper estrella de los Giants en aquellos años, 1996, nada indica que esté basado en él. De hecho, De Niro bromea, cuando De Niro salva al hijo de Rayburn de morir ahogado, con Rayburn diciéndole si es Bonds. Sí que aparece un ex jugador mítico como John Kruk, primera base y exterior de equipos como los Padres o los Phillies y que fue All Star 3 veces. Su personaje es acuchillado por Gil Renard en la escena final.
Premio a la más thriller
Un verano inolvidable (Summer Catch)
Ryan Dunne es el cortacésped de una urbanización de Cape Cod (Massachussets), lugar donde juega como local el Chattam Athletics en la liga de Cape Cod, una de las más prestigiosas del mundo del béisbol. Mientras intenta evitar todo tipo de distracciones, se enamora de una joven, Tenley Parrish, que veranea en la localidad e intenta hacerse paso en el equipo para alcanzar su sueño, jugar en las ligas mayores. Siendo el único local, la presión es máxima, tanto de su familia, como de sus amigos como de sus compañeros. Sin embargo, un ojeador de los Phillies se fijará en las aptitudes del joven pitcher zurdo.
Mi impresión: Comedio pseudoromántica donde Jessica Biel roba todo el protagonismo a cualquier jugador que sale en la película. Pero que sea la típica comedia romántica universitaria no quita que las escenas de béisbol sean bastante creíbles para la película que es.
El momento: El momento donde Ryan conoce a Tenley saliendo de la piscina es difícil de olvidar. Sobre todo, al sector masculino. Si nos tenemos que quedar con otra, y en terreno sentimental, me quedaría con el momento de apoyo incondicional del mejor amigo de Ryan cuando el pitcher se ve jugando en un equipo de pueblo.
La frase: “Ya sabes lo que dicen de los lanzadores zurdos. Que la gravedad nos favorece”. Le dice el entrenador a Ryan. Otra es cuando un bateador batea y mira al bate y dice “Los bates de madera apestan. ¿Por qué Dios inventó el aluminio?”. Y por último un consejo de Tenley a Ryan: “Si quieres grandes recompensas, debes tomar grandes riesgos”.
¿Realidad o ficción?: La liga de béisbol de Cape Cod es una de las más famosas ligas colegiales de béisbol donde han jugado multitud de jugadores que luego serían profesionales. Chris Sale, Aaron Judge, Kris Bryant, Josh Donaldson o George Springer son de los últimos en hacerlo. En la película se citan también varios exjugadores de esta liga como Bagwell, Nomar Garciaparra, Mo Vaughn o Craig Biggio. Aunque la mayor parte de la película la protagonizan jugadores de ligas menores, hay que esperar hasta al final para ver a jugadores como Mike Lieberthal, Pat Burrell o Ken Griffey, Jr., que le batea un estratosférico Home Run en su debut en las ligas mayores. Otros cameos ilustres son los de Carlton Fisk o Hank Aaron, corrigiendo a un radar de velocidad de la bola.
Premio a la más universitaria