Nuestra novena entrega sobre films y béisbol. Aquí está la primera, segunda, tercera, cuarta, quinta, sexta, séptima y octava.
Los picarones (The Bad News Bears)
Morris Buttermaker (sí, creador de mantequilla, sí. Esa es su traducción) es un ex jugador de béisbol con claros problemas con el alcohol. Trabaja como limpiador de piscinas y para ganar un dinero extra, decide entrenar a un grupo de chavales, cuyo mayor valor es la voracidad de sus lenguas más que su juego en el campo, donde son un auténtico desastre. Su comienzo no puede ser peor y las confrontaciones entre el manager y los niños son constantes. Sin embargo, el fichaje de una chica como pitcher, Amanda, y un motero apostador más amigo de delinquir que de jugar, Kelly, les hará llegar a la final.
Mi impresión: ¿Para qué hacer un resumen y una crítica teniendo reciente la que ha hecho Pepe Latorre en nuestra misma página? Por lo tanto, os recomiendo que visitéis el link https://www.beisbolmlb.com/las-otras-peliculas-de-beisbol-i-los-bad-news-bears/ donde evalúa y disecciona todos las claves de esta película de una forma mucho más detallada.
Mucho después, se hizo una nueva versión protagonizada por Billy Bob Thornton, de la cual es mejor olvidarse. El título también para olvidar. Una pandilla de pelotas. ¡¡Vaya nivel!! Y, sinceramente, me parece que El reto: Hardball también es otra película que está muy influenciada por ésta, aunque usando a un barrio mucho más marginal y de dominio de etnia negra.
Otro clásico entre los clásicos, esta vez quizá el mayor dentro del micromundo de las películas de béisbol con niños. Curioso el tema de los apellidos. Sólo en una película como esta puede haber apellidos como Buttermaker o Lupus. Sin duda, una película alejada de todos los clichés que hay en todas las películas deportivas de niños. ¡¡Y qué decir del final!!! De todo menos previsible. Un tesoro a descubrir si no la has visto.
El momento: Hay muchos y muy variados. Si me tengo que quedar con el más emotivo, el mejor es cuando Amanda le pide a Buttermaker que, cuando acabe la campaña, le deje limpiar piscinas con él. La reacción del entrenador es muy inesperada y poco hollywoodiense. Y cada reacción de Tanner es un tesoro. Un personaje para la historia.
La frase: Es difícil quedarse con una cuando los niños son tan deslenguados y sueltan tanta cantidad de improperios de sus bocas. Especial es la mordacidad de Tanner, el niño rubio, así como del gordito cátcher. Por poner un ejemplo, Tanner le suelta a Buttermaker: “Todo lo que tenemos en este equipo son judíos, maricas, negros, latinos y un crío que se come los mocos”. Y cuando se incorpora al equipo Amanda, Tanner vuelve a insistir: “Judíos, maricas, negros y ¿ahora una chica?”. Otra buena frase es cuando Amanda le dice a Morris: “Mira, Buttermaker. Tú no eres mi padre. No voy a mover una pulgada para jugar al béisbol para ti. Así que vuelve a esa lata de sardinas tuya y como si te vas a limpiar el fondo del Océano Pacífico. Yo tengo negocios de los que ocuparme y tu coche está bloqueando a mis clientes”. Y una frase relacionada con el béisbol es cuando le van a dar base por bolas a Kelly y Buttermaker le grita al pitcher: “¿Estás loco? Vas a dar base por bolas con las bases vacías?. Esto es béisbol, no backgammon”
¿Realidad o ficción?: Pocas referencias a la realidad salvo conversaciones donde salen estrellas como Hank Aaron, Ted Williams o Mickey Mantle.
Premio a la más irreverente
Todos queremos algo (Everybody wants some!!!)
Una cuadrilla de estudiantes comienza su andadura en la Universidad de Texas y allí convivirá con sus compañeros del equipo de béisbol. El protagonista, Jake, pronto comienza a darse cuenta de lo que supone la vida universitaria donde aprovecha para hacer amigos, ir de fiestas y, sobre todo, conocer chicas. La película narra los días previos al comienzo de clases y entrenamientos donde cada joven estudiante prioriza el tiempo libre a otras cosas.
Mi impresión: Si quieres ver una película donde el béisbol es el pilar y la base de la misma, si quieres ver escenas de tu deporte preferido o quieres respirar césped, oler al cuero del guante o de la pelota, me temo que esta no es tu película. Sin embargo, si quieres bajar un poco a finales de los años 70 o comienzos de los 80, empaparte de la estética, música y aficiones de aquella época, la vas a disfrutar mucho más. Para poner un ejemplo, no se ve un campo de béisbol hasta ver pasar 1 hora y 20 minutos y es cuando comienzan los entrenamientos y apenas la escena dura 15 minutos. Segunda incursión de Richard Linklater como director en el mundillo del béisbol tras el fallido remake de “The bad News Bears” que se llamó “Una pandilla de pelotas”. Una película divertida y de muy estética hippie, llena de pantalones anchos y bigotes poblados y no tan poblados y con muchísima diversidad, tanto de personajes, como de música, alternando música disco, punk o country.
El momento: Quizá el momento más llamativo de la película es cuando uno de los estudiantes pide un destornillador (combinado alcohólico) al barman, de apariencia claramente sudamericana, y tras echarle un ingrediente que le parece extraño, se enfrasca en una discusión con él, llamándole en múltiples ocasiones Pancho Villa, y que acaba en una refriega y en la expulsión de todos los estudiantes del bar.
La frase: Una de las más famosas es cuando uno de los estudiantes, intentando ligarse a una chica, le contesta a qué se dedica y le dice: “Soy cunnilinguista”. Aunque la que más resume lo que es la película es cuando Jake dice: “Estoy empezando a tener una crisis de identidad. Hemos bailado música disco en una discoteca, country vestidos de paletos y ahora somos punkis. Eso me hace preguntarme quienes somos” a lo que Willoughby, uno de los universitarios le contesta: “Somos dos tíos que haremos lo que sea para mojar”.
¿Realidad o ficción?: Pocas concesiones a la realidad en esta película salvo el mero hecho de estar ambientada en una universidad real, la Universidad de Texas.
Premio a la más universitaria
Ben es un profesor de colegio que, al conocer a Lindsey, se enamora perdidamente de ella. Todo va perfectamente hasta que, al llegar Febrero, vendrá la verdadera prueba para la relación. Comienzan los entrenamientos de Primavera de los Boston Red Sox, auténtica pasión de Ben y principal razón por la cual sus anteriores relaciones fracasaron. Será un año donde este “triángulo” amoroso tendrá sus altibajos. Todo enmarcado en la inolvidable temporada de 2004 donde terminaba la maldición del Bambino para los chicos de Boston.
Mi impresión: Creo que, si eres un fanático del béisbol, encontrarás en la película varios momentos donde seguro te sentirás reflejado. Quizá un poco, como buena película de Hollywood, llevada al extremo, pero hay momentos muy divertidos en la película y la verdad es que logra captar muy bien la atmósfera que se respira en el deporte y especialmente, en el campo de los Red Sox, Fenway Park. Un muy buen homenaje a la ciudad de Boston y a uno de sus estandartes, los Red Sox, de los que, a pesar de su grandeza, no hay abundantes en películas, quizá demasiado centrada en la figura de los Yankees, que aparecen con mucha frecuencia.
El momento: Si el momento más desternillante es cuando una foul ball golpea involuntariamente a Lindsey mientras Ben apenas no sólo no se inmuta, sino que celebra como si nada hubiera pasado, me voy a quedar con otro que es cuando Lindsey está viendo las noticias en la televisión visitando a sus padres y conectan con el Spring Training de los Red Sox en Florida y justamente sale Ben mostrando en todo su esplendor su fanatismo y su amor por el equipo de las medias rojas. El reportero le pregunta a Ben sobre la importancia de los Red Sox en su vida y él contesta “Diría que primero los Red Sox, luego el sexo y después respirar”. Aunque el clímax final donde Lindsey se desliza por el graderío de Fenway para bajar al campo y así cruzar el campo y evitar la venta de los abonos de los Red Sox al amigo de una de sus amigas tampoco desmerece.
La frase: Hay muchas frases que reflejan el amor por el juego que muestra Ben. Me quedo con dos. Una es cuando le dice a Lindsey: “Me gusta formar parte de algo que es más grande que yo. Es bueno para tu alma invertir en algo que no puedes controlar” o “¿Sabes lo bonito que tiene el béisbol? Que en el béisbol no se puede fingir. En el arte, música o en el negocio puedes tener suerte. En el béisbol no. Puedes golpear una bola curva o no puedes. Es así como funciona.”
¿Realidad o ficción?: Todo lo que rodea a la película está basado en la realidad. Los Red Sox es uno de los equipos más míticos de la MLB. Fenway Park y su famoso Monstruo Verde son su campo real y muchos jugadores famosos aparecen como Manny Ramírez, Pedro Martínez, Trot Nixon, Jason Varitek o Johny Damon (que luego también aparecería en Moneyball). Estos 3 últimos no sólo aparecen jugando, sino que también disfrutan de una bonita velada cenando en el mismo local donde cena Ben y sus amigos. Un momento muy divertido es cuando pasa Damon enfrente de donde ven el partido Ben y Lindsey al ir a batear y una de las aficionadas se dirige a Damon catalogándole como el mejor culo de la MLB. Otro homenaje a la realidad es cuando cantan el Sweet Caroline, canción mítica que se canta en Fenway habitualmente. O cuando le explican a Lindsey en qué consiste La maldición del Bambino.
Premio a la más divertida