Como ya hiciera el año pasado, voy a analizar división por división las dinámicas de los equipos para comprender un poquito más el estado en el que se encuentran respecto al año pasado. Aunque aún faltan algunos nombres interesantes que pueden cambiar el barniz de cada uno de ellos. Para ello, voy a categorizar a los equipos en 6 categorías que son:
Pushing for championship: aquí incluiré aquellos equipos que ya optaban a ganar el título en 2023 y que su apuesta en esta postemporada ha sido la de redoblar esfuerzos.
Improving but not enough: en esta categoría analizaré los equipos que han dado un claro salto competitivo pero que no creo que les llegue para más allá que un puesto en playoffs.
Change of strategy: los equipos que han virado su rumbo para poder cambiar algunas cosas que no han funcionado serán los protagonistas en este apartado.
Same status as last year: nuevo año y mismas aspiraciones. Pocos cambios significativos en las franquicias que ocupan esta categoría.
Clear step back: jarro de agua fría para los aficionados de estos equipos que verán reducidas sus aspiraciones de forma evidente en 2024.
Saving money: mientras algunos intentan ganar, otros equipos lo único que buscan es minimizar su payroll para ganar más dinero. El desarrollo de jóvenes y la reconstrucción es la excusa para reducir año sí, año también los emolumentos de sus jugadores.
Hoy sigo con la división Este de la liga Nacional, un equipo cuyo triunvirato se ha diluido en dos aspirantes. Allá vamos.
Pushing for championship: a pesar de la decepción que supuso la eliminación en 2023, al igual que en 2022, ante su bestia negra, los Phillies de Philadelphia, nadie duda de que si hay un aspirante a ser campeón en esta división en 2024 son los Atlanta Braves. Con uno de los equipos más redondos de la liga, su lineup ofensivo asusta al más pintado. A los Acuña (mejor jugador de la liga, tras Ohtani, desde mi punto de vista), Albies, Riley, Olson, Ozuna, Harris y Murphy (con opciones para D’Arnaud), este año han fichado a un Jarred Kelenic que, al principio de temporada, estaba, por fin, poniendo los números que siempre se le habían presupuesto. Un muy mal junio derivó en cierta desesperación que le llevó a su absurda lesión en pie, tras golpear un cubo de agua. Kelenic está aún bajo control hasta finales de 2028 y tendrá poca presión bateando detrás de tanto arsenal. También han firmado, en esta ocasión en un movimiento más arriesgado, a Chris Sale, otrora uno de los lanzadores más temidos de la liga. Pero el zurdo abridor lleva muchas temporadas con problemas físicos, aunque el techo de Sale es evidente. Si sale bien, Sale es un extraordinario fichaje para continuar a Strider, Fried y Morton en la rotación, talón de Aquiles del año pasado. Si esto no fuera poco, han añadido más profundidad al bullpen, firmando a Reynaldo Lopez, renovando a Pierce Johnson o Joe Jimenez, y traspasando por Aaron Bummer, que suplirán a los emigrados Jesse Chavez, Brad Hand o Kirby Yates, mejorando la pinta del mismo. A día de hoy, no veo un equipo mejor construido que los Braves y son los únicos que pueden mirar a la cara a los renovados Dodgers, equipo que tiene más incógnitas.
Improving but not enough: si hay algún equipo que ha mejorado en esta división, me parecen los Washington Nationals. Aunque, obviamente, porque mejorar lo del año pasado (71 victorias) parece un objetico alcanzable. Con pocas bajas importantes en el equipo, muchas de las buenas noticias deben de venir de abajo. De hecho, James Wood, uno de los principales jugadores que vinieron de los Padres en el traspaso de Juan Soto, está sensacional en el Spring Training, y puede adelantar un año su llegada a las grandes ligas. Los Nationals se han hecho con 3 bateadores en operaciones claras de buy low, es decir, firmarlos cuando su cotización está bajo mínimos. Joey Gallo aportará defensa y mucho poder, junto a una gran cantidad de SO, a los jardines capitalinos, Jesse Winker querrá reverdecer recuerdos de su mejor etapa en Milwaukee, mientras Nick Senzel querrá demostrar por qué fue top prospect hace no mucho en Cincinnati. Su lineup no asusta a nadie, pero es bastante mejor de lo que pareció en 2023. En cuanto a pitcheo, los dos aces son Josiah Gray y Mackenzie Gore, dos jóvenes talentos llegados en megatraspasos (Turner/Scherzer el primero y Soto el segundo) que deben dar en 2024 un paso al frente. Con el futuro de Strasburg muy oscuro, Cade Cavalli debe aportar en la segunda mitad de temporada, si su recuperación de la cirugía Tommy John va como se espera. Aún y todo, los Nationals no deben aspirar a nada más relevante que evitar el farolillo rojo de su división, lo que ya mejoraría su año.
Same status as last year: los Philadelphia Phillies siguen teniendo la misma pinta que en 2023, un equipo que debe entrar, con facilidad, en playoffs, aunque no como líder de la división, ya que a los Braves les van a seguir cayendo victorias, casi por inercia. Pero una vez llegados a playoff, es uno de los equipos más duros y difíciles de batir, siempre que estén con la flechita hacia arriba. Porque el año pasado, eliminaban a los Braves, para luego caer ante los D’Backs, cuando todo el mundo ya les consideraba casi favoritos al título. Bryce Harper, su jugador estrella, estará desde el inicio, no como en 2023, y debe ayudar a que se consigan más victorias en temporada regular. Sus movimientos en la offeason han sido pocos, pero de enjundia. La renovación de Aaron Nola, dejando la de Wheeler para el año que viene, el fichaje de Spencer Turnbull como relevista largo o sexto hombre de la rotación y Whit Merrifield como utility estrella les aporta más profundidad y menos dependencia de las lesiones. Su comienzo de la línea de bateo está al nivel de los mejores, con Schwarber, Turner, Harper, Castellanos, con Realmuto, Stotts y Bohm a continuación. La aportación de los jugadores del outfield es el mayor debe del equipo, pero los Phillies deben competir también por todo en 2024.
Clear step back: es curioso que aparezca aquí el equipo con segundo mayor payroll de la liga. Y es que los New York Mets sólo son superados por los Yankees en la MLB con casi 284 millones de dólares, de los cuales casi 50 los pagarán para que otros jugadores (Verlander o Scherzer entre los más destacados, pero también McCann o diferidos como los de Bonilla o Saberhagen) jueguen para otros equipos. O para nadie. Y, además, no ha empezado bien para ellos la pretemporada ya que su ace, Kodai Senga, estará fuera por unos dos meses mínimo, por problemas en el hombro. Preocupante. Si esto no fuera poco, uno de sus estandartes, Pete Alonso, parece más fuera que dentro de la franquicia, en su último año de contrato. A pesar de que aún tienen buenos jugadores en su roster, como Lindor, Marte (cuyo 2023 fue para olvidar), Nimmo, el citado Alonso, McNeil, el recién fichado Harrison Bader o Edwin Diaz, que vuelve a cerrar partidos tras su fatídica lesión en el World Baseball Classic. En la rotación, han apostado por ver renacer a Luis Severino y Sean Manaea, añadiendo a un viejo conocido de su nuevo manager general David Stearns, Adrian Houser. También han reformado el bullpen con veteranos como Jake Diekman, el japonés Fujinami y Jorge Lopez. En resumen, parece que el hype de estos nuevos Mets es mucho más bajo que los de años anteriores, aunque es duro decir que el segundo equipo con mayor payroll sólo parece aspirar a entrar, vía wild card, a playoffs. Y no parece un objetivo muy alcanzable a día de hoy.
Saving money: el payroll de los Miami Marlins ha pasado de 105 millones en 2023 a 86,5 para 2024, lo que habla de las aspiraciones de los Marlins para el año que comienza. La baja de su ace, y estrella, Sandy Alcantara, por la cirugía Tommy John, a finales de 2023 ya daba por perdida la siguiente. La etapa, corta y poco fructífera, de Kim Ng es cosa del pasado y los Marlins han pasado de una de las rotaciones más jóvenes y prometedores de la liga hace apenas 2 años a una rotación donde lidera Jesus Luzardo, con mucho potencial y bastante irregularidad, y un jovencito de 21 años, Eury Perez, que debe ser el ace del equipo…. pero en un par de años vista. Gente como Trevor Rogers, Braxton Garrett o Edward Cabrera parecen ya más aspirantes a parte baja de una rotación que posibles aces, doliendo, especialmente, el caso del primero, cuya temporada rookie fue muy esperanzadora. Se deshicieron de Pablo Lopez y, aunque el retorno no ha sido malo, se me antoja insuficiente. Y más con lo que cuesta encontrar aces ahora mismo en el béisbol. En ataque, han firmado a un Tim Anderson, por un año y 5 millones, con el fin de revitalizar su carrera, pero han perdido a Jorge Soler, su jugador más poderoso del lineup en 2023. En resumen, los Marlins seguirán luchando en las catacumbas de su división, con pocas posibilidades de acceder a playoffs.