Llega el mes de julio, el calor extremo, el Tour de Francia, las playas y el parón del all star en la MLB. Y toca hacer balance de la temporada de los Giants hasta el momento. No será fácil porque en los algo más de tres meses que llevamos ha habido altibajos. Momentos terribles seguidos de rachas muy positivas. Pero si algo han mantenido los jugadores en todo este tiempo podría decirse que ha sido la habilidad para lesionarse. No ha habido semana de la temporada sin, al menos, un par de nombres importantes en la IL. Al menos 13 jugadores de campo han estado en el dique seco por diferentes periodos de tiempo. Y no menos de 7 lanzadores, 4 de ellos abridores.
Con estas limitaciones, hubo un momento allá por el mes de mayo que llegar a octubre parecía una empresa imposible en 2023. Las cosas no estaban saliendo, D’backs y Dodgers abrieron hueco, había varios nombres importantes del cuerpo de lanzadores que tenían que hacer ajustes importantes y los bates no terminaban de explotar. Sin embargo, los Giants han conseguido hacer de la necesidad virtud y se han movido piezas de las menores para tapar los huecos correspondientes con mucha inteligencia.
Las bajas en el infield se cubrieron recurriendo a uno de los prospectos top en defensa que había en las granjas: Casey Schmitt, un jugador polivalente con altas capacidades con el guante. Habituado a jugar en tercera pero con habilidades suficientes como para cubrir la segunda o el shortstop. Su rendimiento ha estado por encima de la media en defensa y con el bate, aunque comenzó de manera prometedora, hasta el momento solo se puede decir que ha cumplido.
En el outfield, las bajas hicieron necesario recurrir al número uno de las granjas de los Giants, y el decimoctavo en el ránking general, el venezolano Luis Matos. A pesar de su juventud, 21 años, sus capacidades atléticas le permiten cubrir los difíciles jardines del AT&T Park con solvencia. Se ha embasado una de cada tres veces y aunque aún no ha demostrado todo el poder que tiene, sí que ha sido capaz de pegar batazos importantes en momentos clave de varios partidos.
Sin embargo, el relevo más importante ha venido en la receptoría. La lesión de Roberto Pérez primero y de Joey Bart después obligó a la gerencia a adelantar el debut en las mayores del tercer prospecto de la franquicia, Patrick Bailey. Sin embargo, su rendimiento ha sido tan bueno que, tras su recuperación, Joey Bart ha seguido trabajando en Triple A Sacramento, porque en las tres campañas que llevaba con los Giants jamás había demostrado el nivel que está poniendo Bailey sobre el campo.
Por lo demás, el plan sobre el montículo de disponer de siete brazos abridores, si no más, no está siendo tan genial como alguno aventuraba allá por el mes de marzo. La Realidad es que los Giants pasan con fluidez de openers a relevos largos de brazos soventes como Jakob Junis, Sean Manaea o los prospectos Keaton Winn o Ryan Walker, que están liberando de sobrecargas tanto al cuerpo básico de abridores (Webb, Cobb, Wood, DeSclafani) como al bullpen.
Los resultados, en general, podrían ser mejores tanto al bate como desde el montículo. Pero de momento han servido para dejar al equipo en el grupeto que compite por los tres comodines. Lejos, pero no inabordable, del banderín divisional, los Giants se mantienen en un ritmo bueno como para disputar al sprint del mes de septiembre las plazas que dan derecho a pelear por la liga.
MEJOR JUGADOR
A principio de temporada ya decíamos en la guía de la liga que el ataque de estos Giants tenía que pasar sí o sí por LaMonte Wade Jr. siempre que el primera base se mantuviera sano. Efectivamente, el de Baltimore ha demostrado que su paciencia en el plato y sus habilidades con el bate son de primer nivel, peleando durante buena parte de la temporada por el liderato de la Liga Nacional en porcentaje de embasarse.
Sin embargo, el resto de sus números no son tan top, aunque sí que son los mejores de su carrera: 9HR, .275 de promedio y .842 de OPS, para un OPS+ de 132.
Su labor ha sido la más completa del equipo con el bate, bien secundada por el poder que ha demostrado J.D. Davis, Mike Yastrzemski y Michael Conforto, la aportación casi infalible de Austin Slater ante pitchers zurdos y la regularidad de los novatos Blake Sabol y Patrick Bailey.
MEJOR LANZADOR
En este apartado, a pesar de que la temporada de Alex Cobb está siendo realmente interesante (una vez más) y de que Logan Webb siga quemando entradas reduciendo los daños partido tras partido, hay que destacar al joven closer dominicano, Camilo Doval.
Con 27 juegos salvados de 29 oportunidades, lidera las mayores en ese ránking. Su combinación de recta cortada, sinker y slider, superando las 100 mph con los primeros y acertando en las esquinas de la zona de strike con el último, le están convirtiendo en todo un seguro en la novena entrada y una máquina de ponchar bateadores: 57 SO en 42 entradas lanzadas.
A pesar de que está concediendo más bases por bolas de las que le gustaría, manteniendo un WHIP superior al 1 (1.05), su capacidad para eliminar bateadores ha reducido los daños, permitiendo un ERA de 2.57. Estos números le han llevado al All Star por primera vez en su vida (partido en el que, por cierto, se llevó la victoria), y le han convertido en uno de los relevistas más destacados de todas las mayores hasta el momento
LA SORPRESA
Cuando a principios del mes de diciembre de 2022 se anunció el canje con Cincinnati de un completo desconocido cátcher por un jugador a ser nombrado posteriormente nadie pensaba que fuese a ser uno de los movimientos clave de la temporada muerta de los Giants. Y menos cuando una semana después se firmaba a Carlos Correa por 350 millones de dólares y 13 años.
Sin embargo, siete meses después, aquí estamos, casi sin acordarnos de Correa y teniendo a Blake Sabol entre nuestros jugadores favoritos. Con la versatilidad que da poder jugar tanto de receptor como en el jardín izquierdo, con poder y un promedio decente al bate (10 HR y .254 a mitad de temporada), Sabol se ha convertido en pieza clave en el ataque de los Giants.
El hombre que da descanso al cátcher titular, Patrick Bailey (que recordemos que al inicio de temporada era el quinto receptor de la franquicia) es también el tipo que, con la baja de Mitch Haniger cubre el expediente en el jardín izquierdo permitiendo que Joc Pederson se mantenga como bateador designado y reduzca sus apariciones defensivas.
Está en todas partes y en casi todas lo hace todo bien. Tener un jugador así saliendo absolutamente de la nada ha sido una de las sorpresas más agradables de estos Giants de 2023.
LA DECEPCIÓN
Esta tenía que ser la temporada de confirmación de Joey Bart. El segundo pick del draft de 2018 había malgastado las oportunidades que se le dieron en 2022, con varios viajes a las menores para ajustar el bateo. Sin embargo sus números, sin ser terribles, nunca alcanzaron el nivel esperado.
Este año, en 26 partidos, su promedio no llegó más allá del .231, pero es que su poder desapareció, pegando un total de 0 HR. Una lesión propició la llamada a Patrick Bailey y ese fue su final, al menos de momento. Bart, ya recuperado, sigue trabajando en Triple A Sacramento con números muy parecidos a los que ofreció en la primera parte de la temporada en las Mayores. 3 HR’s y un promedio de .240 con los Rivercats le dejan muy lejos del nivel de Bailey, que ronda el .300 y ya la ha sacado cinco veces del campo. Y lo que es peor para él, ahora mismo le dejan sin hueco en el roster y con un futuro indeterminado en los Giants. Parece más carne de intercambio que el jugador franquicia que se esperaba que fuera.
EXPECTATIVAS DE MERCADO
Con un equipo hecho con retales, deshechos y viejas glorias infravaloradas, los Giants están ahora mismo en el lugar en el que se esperaba que estuvieran, con opciones de competir, pero un paso por detrás de los grandes favoritos de la Liga Nacional. ¿Qué le falta a este equipo para salvar esa distancia? Exactamente lo mismo que les faltaba a principio de la temporada: una gran estrella.
Sin Judge ni Correa, el mercado tiene poco que ofrecerle al equipo de la bahía. Solo un hipotético e impensable trueque por Ohtani podría convertirlos en favoritos al banderín del oeste. Pero ni la gerencia de los Giants es conocida por hacer locuras para medio año de servicio, ni son la franquicia más generosa en un cambio por el que los Angels van a pedir la cueva de Ali Babá con vistas al Adriático.
En resumen, lo lógico sería esperar algún brazo más que apuntale la rotación (alguno suspira por Lorenzen), algún infielder con experiencia y poco más. Y si no llega nada de eso, tampoco pasaría nada. Con el equipo que hay se va de cabeza hasta donde puedan llegar. Y el viaje habrá merecido la pena.